En la cúspide de su mezquindad política, el cuestionado alcalde de Lima, Luis Castañeda, no arqueó ni una ceja cuando dijo -con toda la mala leche que pudo- que a la comunidad shipiba de Cantagallo, afectada por un terrible incendio, le «vendieron ilusiones», al referirse al traslado programado desde el 2012, año en el que se concretó el proyecto Río Verde, que incluía la construcción de viviendas dignas para estos compatriotas asentados en esta zona del Rímac. Por si el alcalde no quiere recordarlo, este es el «memorex» respectivo.
Luis Castañeda en la zona de Martinete, lejos del incendio / Foto: Captura de pantalla Municipalidad de Lima (Facebook)
“Ahí no había ningún proyecto, eso es mentira, es mentira que hubiera algún proyecto como se dijo que tenían los planos arquitectónicos, etc. No tenía siquiera desarrollo urbano ni rural. Se vendieron ilusiones”.
Con esa frase, y al mejor estilo de quién se lava las manos frente a una desgracia, Luis Castañeda marcó distancia de lo que a todas luces es su responsabilidad. El traslado de la comunidad shipiba de Cantagallo a una vivienda digna.
Por si no lo recuerdan (es que aquí olvidamos todo tan rápido), Río Verde estipulaba un programa de vivienda para el traslado de la comunidad shipiba. Es decir, del fideicomiso de 74 millones de dólares, se iba a destinar un monto para la compra de un terreno y la construcción de viviendas.
¿Y recuerdan que pasó con el dinero de ese proyecto? Pues se zurraron sobre él y lo usaron para construir el inútil bypass de 28 de julio. Así que, en principio, que los vecinos de la comunidad de Cantagallo hayan permanecido en la zona del incendio de este viernes, es responsabilidad de Lucho.
Al amigo Leo si le firmaba todo al toque / Foto: La República
Lucho asegura, en microondas complacientes, a un kilómetro de la zona de la emergencia, que el terreno previsto para el traslado no contaba con habilitación urbana. Se trata del terreno comprado por la Municipalidad de Lima, en la zona de Campoy en el distrito de San Juan de Lurigancho.
Entonces, el mismo Castañeda entra en contradicciones. En diciembre de 2014, en los últimos días de la gestión Villarán, Invermet concretó la compra del terreno y fue mostrado a la comunidad shipiba, tal como consta en los archivos periodísticos.
El Fondo Metropolitano de Inversiones – Invermet adquirió un terreno en Campoy, en el distrito de San Juan de Lurigancho, en donde serán reasentados los miembros de la comunidad Shipibo Conibo que actualmente viven en la denominada isla de Cantagallo en el Rímac.
La isla de Cantagallo se encuentra en la zona de influencia directa del megaproyecto Vía Parque Rímac, es por eso que como parte del Proyecto Río Verde, se adquirió el terreno de más de 70 mil metros cuadrados en donde se construirá el Complejo Habitacional Shipibo para albergar a más de 200 familias.
Alcaldesa Susana Villarán mostrando la maqueta del conjunto habitacional para la comunidad shipiba en diciembre de 2014 / Foto: La República
La República incluso, mencionaba la especial dedicación que se le había dado a este proyecto:
Mediante un decreto, publicado en el diario El Peruano, se dispuso que los organismos metropolitanos, en el marco de sus competencias, adopten las medidas necesarias para implementar el reasentamiento de las familias que están debidamente calificadas como beneficiarias del proceso de reubicación en el Complejo Habitacional Shipibo Conibo ubicado en avenida Malecón Checa s/n, así como la correspondiente formalización de su propiedad.
La construcción del citado conjunto habitacional está contemplada dentro del Master Plan de Proyecto Río Verde y Obras de Integración Urbana, aprobado por la Gerencia de la Promoción de la Inversión Privada. La ejecución de este proyecto está a cargo de la empresa constructora OAS S.A. Sucursal del Perú.
Claro, faltaban cuatro días para que Villarán dejara el cargo. Y la lógica de planificación y continuidad dictaba que Castañeda siguiera con los trámites correspondientes. Pero no lo hizo. Se hizo el tercio. Se quedó mudo. No promovió los trámites faltantes y dejó a los shipibos a la deriva. Para cambiar la zonificación del terreno otorgado a los sodalicios no se demoró nada. Para firmar el contrato del bypass y entregar permisos, presentar un estudio de impacto ambiental, ahí si todo el mismo día ¿no?
CASTAÑEDA LOS ABANDONÓ
En enero de 2015, la comunidad shipiba exigía al alcalde de Lima cumplir con los trámites necesarios para el traslado a la zona de Campoy. Esta nota de Canal N, respalda dicho pedido.
En marzo de 2015, Castañeda anunciaba feliz de la vida que el proyecto Rïo Verde se iba al diablo y que con ese dinero se construiría el bypass de 28 de Julio. Esto significaba también dejar en el aíre a la comunidad shipiba. De inmediato las asociaciones de la comunidad levantaron su voz de protesta y le exigieron al alcalde que cumpla con el traslado que había dejado dispuesto la gestión anterior.
Pero como era una obra de Villarán, a Castañeda le valió. Pasearon a los shipibos, los engañaron y los tuvieron en la puerta de la Municipalidad esperando, hasta que después de varios días fue Patricia Juárez, no Castañeda, la que los recibió para dialogar y conformar una mesa de diálogo.
El diálogo se dio. Se hicieron campañas de salud, de vacunación, de limpieza, pero de traslado… NADA. Castañeda tiró todo al río.
No puede decir Castañeda que «se vendieron ilusiones». Había algo concreto y él lo desechó. Su poca empatía con la comunidad shipiba se muestra en varias formas. En algún momento del conflicto en el 2015 por el bypass, dijo que «a los ashaninkas los vamos a apoyar»… Ashaninkas dijo, no shipibos, ashaninkas.
Él no los recibió en ningún momento. Los recibió su teniente alcaldesa. Al parecer no eran dignos de ver en su majestuosidad al burgomaestre.
Hoy en la zona de emergencia, hace su show en la zona donde pretende trasladarlos. A un kilómetro de la zona del incendio, con sus carpas, sus carros y todo lo que lleva su nombre.
Si hoy hay un responsable de esta desgracia es él: Luis Castañeda, alcalde de Lima y sus funcionarios que solo sirven a sus mandatos.
Este es el espacio de la redacción, el de las notas casi volteadas, coyunturales y que recogen parte de lo que ocurre día a día. Los demás informes son firmados por cada uno de los autores y respaldados por el equipo. Síguenos en @spaciolibre y www.facebook.com/spaciolibre.pe
Este es el espacio de la redacción, el de las notas casi volteadas, coyunturales y que recogen parte de lo que ocurre día a día. Los demás informes son firmados por cada uno de los autores y respaldados por el equipo. Síguenos en @spaciolibre y www.facebook.com/spaciolibre.pe
Pingback: 11. El déficit de US$ 11 millones que nadie sabe cómo se cubrirá – El baipás de Lucho
Pingback: ¡Lucho quiere una pasarela de 10 millones de dólares! | Rosa María Palacios