Por: Jorge Weston / @JorgeMWeston y Francisco Pérez García / @franco_alsur
El sábado 5 de abril, se recuerda un año más de una de las etapas más funestas de la historia reciente en el país. Cuando en 1992, Alberto Fujimori emitió un frío mensaje a la nación donde anunciaba con un severo «Disolver», el inicio del fin de la democracia en el país. Desde ese momento la maquinaria militar y civil manejada por Vladimiro Montesinos y el mismo Fujimori se encargaría de atrapar a los «enemigos» del régimen, a los congresistas que se oponían al sistema implementado por el hoy reo exdictador.
El Congreso fue cerrado, los medios de comunicación tomados por patrullas militares, todo foco de «oposición» fue neutralizado. Los tanques en las calles no dejaban presagiar nada bueno. Cinco meses antes, el grupo Colina, del cual no se tenía aún demasiada información, ya había perpetrado la matanza en una quinta de Barrios Altos. Desde el 5 de abril las operaciones clandestinas de ejecución extrajudicial serían más frecuentes, mientras el senderismo seguía asesinando gente inocente en la sierra del país. Ese año, 1992, los Colina ingresaron a la Universidad La Cantuta y se llevaron a 9 estudiantes y un profesor que nunca más aparecieron.
Por ello, para los familiares y víctimas de violaciones a los derechos humanos, el 5 de abril es una fecha más para recordar, para no olvidar a aquellos que víctimas de la sinrazón de agentes del Estado y de la violencia terrorista, perdieron la vida, desaparecieron o frustraron mucho de sus proyectos personales. Y recordar no sólo a las víctimas del fujimontesinismo, sino también a las que perdieron todo en los gobiernos de Belaunde y de Alan García.
El memorial «El Ojo que Llora» será escenario nuevamente de una actividad por la memoria. A partir de las 2 p.m, de este sábado 5 de abril, se realizará una ceremonia para agregar 18 nombres de víctimas del conflicto armado interno, además de 3 casos colectivos: Morcolla, Humanquiquia y Pukta. Esta ceremonia es una iniciativa del Equipo Peruano de Antropología Forense, Caminos de la Memoria y Coordinadora Contra la Impunidad, instituciones que luchan en defensa de los derechos humanos. Asimismo, participará la Asociación Paz y Esperanza y la Coordinadora Nacional de los Derechos Humanos. «¡Tu recuerdo es parte de nuestra memoria, Acompáñanos!», contempla el texto que invita a todos los peruanos a revivir la memoria colectiva de aquellos actos repudiables que cubrieron nuestro país de violencia en la época de los años 80 y 90, y que dejó como secuela miles de muertos y desaparecidos.
Al respecto, Gisela Ortiz, representante de los familiares de las víctimas de La Cantuta recuerda que el Ojo que Llora fue creado como una iniciativa de la sociedad civil, como un lugar para la representación de cada una de las víctimas, cuyos nombres tienen que estar escritos para conmemorarlos, recordarlos.
En declaraciones a Spacio Libre, Ortiz Perea señala que «hasta la fecha, no están escritos los nombres de todas las víctimas, pues esto se hace de a pocos, cada vez que el Registro Único de Víctimas-RUV vaya entregando las constancias, por eso hemos organizado este evento para el 5 de abril».
Si bien es una iniciativa de los colectivos civiles, Ortiz expresa que esperan la presencia de autoridades que con su presencia, «reconozcan la valía de cada una de estas personas, el derecho al reconocimiento que tienen y la persistencia de sus familiares».
Finalmente afirma que este proceso forma parte de una reparación simbólica, sin embargo asegura que «las reparaciones tienen que ser entendidas en la integralidad de derechos que representan y que tienen que ser atendidos, todos, para ir reconciliándonos con quienes perdieron a sus seres queridos».