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Foto: Internet
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Roma, Italia (Spacio Libre).-  Hace 8 años la Iglesia y gran parte del mundo lloró la partida de Juan Pablo II y hubo que elegir a un hombre valiente y de fe enérgica para que asuma la gran responsabilidad de suceder al hoy beato, y quien asumió tal misión fue el Cardenal Ratzinger bajo el nombre de Benedicto XVI.

Desde aquella elección han sido 8 años luminosos para la Iglesia- en palabras del Cardenal Ángelo Sodano-, pues Benedicto XVI ha invertido todos sus esfuerzos pastorales en hacerle frente a las políticas que atentan contra la doctrina de la Iglesia, motivando y revalorando a la familia como el núcleo más preciado de la sociedad.

Pero el fragor de una actividad pastoral tan prolífica desgastó la salud del pontífice, quien a sus casi 86 años, decidió dimitir del cargo, en un anuncio que ha conmovido al mundo. Fue el propio Benedicto XVI quien esta mañana anunció su decisión a la Curia Romana, la misma que ha paralizado a la Iglesia, que no esperaba tal resolución.

Aseguró que permanecerá en el papado hasta el 28 de febrero a las 8 de la noche (hora de Roma) para luego dejar la cátedra de San Pedro Vacante, además prometió dedicarse a la oración por la Iglesia Universal y por quien sea su sucesor.

La carta de dimisión 

Radio Vaticano difundió la carta escrita por Benedicto XVI en la que dimite al papado, la cual transcribimos a continuación:

Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. […]

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Habemus Cónclave

Para la elección del nuevo pontífice, se celebrará un cónclave  entre quince y veinte días después del 28 de febrero, fecha de la renuncia de Benedicto XVI, en el que se espera participen 120 cardenales de todo el mundo católico. La cita será en la Capilla Sixtina y los los prelados se alojarán en el edificio «Domus Sanctae Marthae» en el interior de la Ciudad del Vaticano.

Aunque los cardenales son trasladados de Santa Marta al Palacio Apostólico en autobús, su aislamiento es total y para ellos rigen las estrictas normas del secreto, tienen prohibido mantener conversaciones telefónicas o correspondencia con el exterior, y los teléfonos celulares y la televisión están vetados en estos días, además está prohibido, so pena de excomunión, a los electores desvelar a cualquier otra persona noticias sobre las votaciones, antes, durante y después de la designación del nuevo Papa.

La tradición indica que los cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro si no se ha elegido papa, o blanco si la votación ha dado como resultado la elección del nuevo pontífice: es la conocida «fumata negra o fumata blanca».

Una vez que el elegido «acepta su elección canónica» como Sumo Pontífice, el primero de los diáconos -cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica vaticana la elección del nuevo Papa con la tradicional fórmula: «Nuntio vobis gaudium mágnum: Habemus Papam!»

Papables 

Aunque es un total misterio quien pueda ser el sucesor del Papa Benedicto XVI, suenan muy fuerte nombres de cardenales latinoamericanos, asiáticos y africanos, por ser en estos continentes donde más esta floreciendo la fe católica, elección que sería histórica pues hasta la fecha todos los sucesores de Pedro, han sido europeos y la mayoría de ellos italianos. Serán días de tensa espera.

Por: Javier Contreras/ @Javiperiodismo

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Por Spacio Libre

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Un comentario sobre «Inesperada renuncia de Benedicto XVI sorprende al mundo Católico»

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