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Volante de convocatoria para la marcha / Foto: Facebook Unión Civil Ya
Volante de convocatoria para la marcha / Foto: Facebook Unión Civil Ya

Por: Laura Arroyo Gárate / @menoscanas

La semana pasada paseaba por Providencia, un barrio santiaguino, acompañada de Jaime, un amigo chileno que es concejal de Providencia, y César, colombiano de Medellín. Nos diferenciaban el acento, las edades, los oficios, las costumbres, etc., pero nos unían muchas cosas, sobre todo una sobre la cual compartimos mucho: la unión civil. Y es que la lucha por la igualdad de derechos para todas las parejas no se está librando únicamente en Perú. La estamos compartiendo con nuestros vecinos. Es una lucha por la justicia y la igualdad que nos acerca.

Jaime Parada es el primer homosexual declarado que ha sido electo para ocupar un cargo público en Chile. Publicó el libro «Yo gay» hace unos meses y anda con el pin de la bandera de la diversidad sexual en el saco. «Nosotros vamos por el matrimonio igualitario», me cuenta. En Chile están un poco más avanzados que nosotros. La unión de hecho para parejas del mismo sexo ya existe, pero hace falta más. No hay normativa para tenencia de los niños por ejemplo, punto crucial en el debate.

El objetivo no es conseguir una unión de bienes únicamente. El matrimonio igualitario fue un tema importante durante la última campaña presidencial, pero Michelle Bachelet, recientemente electa, sugiere que se debata el tema. «¿Cómo es posible debatir sobre derechos? Entonces que se debatan también sobre los derechos de las mujeres, o los derechos de los niños. Es un absurdo. Se trata de derechos, no hay nada que debatir.» Preciso.

Aun así el panorama, Jaime me cuenta algo que me cuesta creer: no se hacen bromas homofóbicas ni discriminadoras en los medios. Si ello ocurre le cae encima a quien lo haga, un gran rechazo ciudadano. Hace cinco años, los medios se han puesto esa camiseta de manera tácita. «Por eso le tengo buena onda a los periodistas», dice, «se han comprado el pleito, como debe ser». Aquí, hace una semana el diario Expreso mostraba su homofobia en una nota de sus «chiquitas» descalificando a un embajador porque podría ser homosexual. Como si aquel argumento fuera válido. Y ni qué decir de los lugares comunes en las bromas que caen en la homofobia en programas cómicos de la señal abierta, con mucha facilidad.

marcha union civil

César es diseñador de museos y estaba de pasada por Chile. En Colombia el tema de la unión civil entre personas del mismo sexo se ha vuelto una pesadilla legal. La Corte Suprema estableció que el tema debía ser votado en el Congreso colombiano en diciembre del año pasado. Los congresistas, mayoritariamente conservadores, en un acto de irresponsabilidad tremendo, no llegaron a ningún acuerdo en diciembre. Pasado un plazo prudencial se asumió como aceptada la norma y varias parejas se presentaron a diversos juzgados para unirse. El procurador, sin embargo, inició una cruzada contra todos los jueces que estaban oficiando estas uniones. Muchas parejas quedaron des-unidas y han iniciado un proceso de apelaciones. Si bien muchas van ganando las apelaciones, lo cierto es que se trata de casos particulares. La norma no existe. Se trata de un terrible vacío legal y todo indica que demorará en cubrirse.

Aquí en Perú la campaña por la Unión Civil salió a la luz en septiembre del año pasado. Desde entonces, muchas personas se han sumado, pero también los detractores se han hecho sentir, liderados por un conservadurismo irracional, muchas veces con una biblia en la mano y la intransigencia a flor de piel, han elaborado argumentos que van desde el «gen gay», hasta decir abiertamente que la orientación sexual no es un derecho humano. Por si fuera poco, hay congresistas que se suman a ese discurso discriminador.

Este proyecto constituye un primer paso, y como todo primer paso tiene alcance limitado. Personalmente, creo que a iguales derechos debe ponerse iguales nombres y por eso estoy a favor del matrimonio igualitario. Entiendo, sin embargo, que ese no es el objetivo de la unión civil. Este es un proyecto que busca que todas las parejas sean reconocidas ante la ley, que puedan comprar bienes en conjunto, que puedan acompañarse y decidir en los momentos difíciles como, por ejemplo, cuando la salud es fragil. Como vemos, no hay razón para el escándalo. Se trata de menos que lo mínimo.

Pero a esta iniciativa hace falta un actor más: nosotros. Porque hay espacios donde la ley no llega. De nosotros depende que con nuestro ejemplo en nuestros propios espacios eliminemos la discriminación y violencia de la cual son víctimas homosexuales, bisexuales, trans, intersexuales, etc. todos los días. Cada vez que condenemos una conducta discriminadora, evitemos la risa frente a una broma homofóbica, denunciemos los estereotipos que en diversos medios y espacios en general buscan perpetuar una ideología discriminadora y tóxica, estaremos dando también ese primer paso mínimamemente indispensable.

Y habrá quienes se opongan desde el púlpito de la intolerancia, pero siempre los ha habido. Mañana, nuestra cita es en el Parque Washington a las 3pm y la consigna es marchar por la igualdad. Y marchamos por nosotros, no por otros, porque una sociedad violenta genera violencia y la violencia no discrimina ni raza, ni edad, ni género: nos golpea a todos. Mañana marchamos por el país que queremos y lo hacemos contentos porque si se han unido tantas voces por la justicia, la lucha ya la hemos ganado. Y estoy convencida de eso, de que la justicia y la igualdad es una victoria a priori, sólo nos falta concretarla. Ahí nos vemos, nos abrazamos y gritamos juntos. Por ti, por mí, por todxs los de hoy y los que mañana, gracias a nosotros, vivirán en un Perú un poquito mejor.

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Por Spacio Libre

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