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En tiempos de «lujo» en el Perú, donde los funcionarios, ministros y asesores son de «lujo», parece que la corrupción también es de «lujo», por ello evoco la reflexión que Pedro Sánchez el líder del PSOE, hizo durante su pedido al presidente del gobierno español Mariano Rajoy, para que en aras de la decencia renuncie a su cargo.

Foto: Semana Económica

Por Miguel Del Castillo
@mdc2021

En su alocución expresó que «la corrupción no es una persona, pero tiene cara, no tiene partido, pero financia todas las campañas, no candidatea en las elecciones, pero siempre las gana, asiste a todos los mítines, la corrupción no es el primer ministro, pero tiene varios miembros en el gabinete, no tiene gobierno, pero está detrás de quienes nos gobiernan».

El daño de la corrupción es irreparable para nuestra moral, hace que el dinero público vaya a engordar las cuentas de los funcionarios en paraísos fiscales, la corrupción nos desangra como una vil corrida de toros.

Pero quién tira la primera piedra cuando el techo es de vidrio, lo vemos con nuestros exgobernantes porque a todos nos cayó, nos coqueteó, nos sonrió. Pero, así es la corrupción te quiere embarrar, quiere decir «tú eres de los nuestros, todos somos corrupción».

Deslindemos con ella, desde el lugar donde estemos, escuela, universidad, trabajo, desde cualquier posición de gobierno, liderazgo o simplemente desde tu hogar. Le decimos a la corrupción basta, para ti no hay espacio.

La corrupción no es exclusividad de una persona o de un partido como desean hacerlo sentir algunos “santos” de la pantalla chica, aceptemos que está en todo lugar y a todo nivel del gobierno actual o pasado.

¿Qué hacer? El estado debe ser justo no eficiente, esa bendita eficiencia que buscan los gobiernos, sacrificando las medidas de control, dejando de lado la tecnología y el principio de justicia que debe primar en el gobierno que dirige el país.

Justicia para brindar oportunidades para todos, ricos y pobres, hombres y mujeres, reivindicando los derechos de los peruanos, en el marco de un estado de bienestar con salud para todos, servicios públicos, educación de calidad, seguridad y respeto al estado de derecho.

Por eso señor presidente Pedro Pablo Kuczynski dejémonos de lujos, porque su recreo ya se acabó y hasta el momento está desaprobado, tendrá que quedarse después de clases, junto a su desaprobado Primer Ministro.

La corrupción se está comiendo el gobierno, no perdona, está conviviendo con usted, está fuerte y convencida que lo derrotará, pero la buena noticia es que los peruanos en su mayoría son íntegros y tiene una población que con su creatividad, esfuerzo y capacidad podrá arrinconarla en su miseria

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Por Spacio Libre

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