VOZ ALTERNA. La «Camila Vallejo» peruana
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Por: José Miguel Silva Merino

Recuerdo que uno de los días más felices cada año en mi pregrado era el día de las elecciones del tercio estudiantil.
Aquel bendito día se suspendían las clases y podías ir cuando te daba la gana a votar siempre por una sola lista. En mi universidad se votaba para elegir una autoridad que pida computadoras nuevas (que nunca llegaron) y pensiones bajas (que nunca fueron una realidad).

El punto es que hoy no recuerdo el nombre de ningún presidente del llamado tercio. Sí recuerdo que votaba viciado siempre. Escribía siempre «y dale U» y no me avergüenza porque la democracia estudiantil peruana está por los suelos. Ahora paso a la PUCP, y me da la impresión que la cosa es parecida.

En un país en donde la bella Luciana León es la más votada del único partido del Perú, no sorprende que ahora una coloradita ojos claros y fanática de Diez Canseco y Mocha asuma el liderazgo de jóvenes que quizás también votaron con tanta indiferencia como yo lo hacía. En fin, esta dirigente socialista, apodada «la Camila Vallejo peruana» viene de las canteras del partido socialista y tiene ideas tan «progres» que generan mucha risa. Además reemplazó a un confeso ex »ppkausa».

Entonces tenemos una federación que pasa de un »ppkausa» a una socialista en lo que yo me cambio las medias.
Confusión total, aprovechamiento o como se quiera llamar, la jovencita esta y sus fanáticos “tuiteros” se convierten en el árbol que esconden un bosque por lo menos preocupante, la falta de gremios estudiantiles que defiendan intereses de los miles de jóvenes que reciben educación en nuestro país.

Carecemos de un gremio estudiantil que defienda derechos de estudiantes que acusan a profesores de coimas y pedidos indecentes para «pasar» un curso.

Mientras acá en Lima nos cegamos por una flaquita cuyo único logro es crear buenos #hashtags en los otros departamentos ni siquiera hay elecciones, menos tercios y por ende, «soluciones».

Así que por el bien de todos, hay que mirar más allá de lo evidente e imaginarnos que mientras una universidad lucha por su autonomía universitaria y tiene varios rincones de cobertura mediática, el resto de universidades, pobres pero honradas, como diría Don Ramón, sufren las de Caín y Abel.

Pero claro, mucho de eso está bajo la alfombra. Y dudo mucho que salga a la luz.

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