
Por: Francisco Pérez García / @franco_alsur
El periodista y editor de Culturales de Spacio Libre, Javier Contreras fue premiado por la Asociación de Escritores y Artistas del Orbe (AEADO) con la medalla César Vallejo, por su ensayo «Ser escritor y vivir para contarlo», documento que relata el panorama existente en Perú para el desarrollo profesional de los escritores en el país.
En una ceremonia realizada en la Casa de la Literatura, Contreras Martínez recibió esta distinción al obtener los mejores comentarios del jurado del Concurso Internacional de Ensayo Breve para la Ley del Escritor en el Perú, premio que buscaba reflexionar sobre la promoción de una ley que asegure y garantice la labor y promoción de los escritores y literatos en el país.
Conversamos con Javier, quien aparte de su carrera como periodista intenta hacerse un espacio en el siempre difícil terreno de la literatura en el país. A sus 22 años considera que no aspira a «ser un escritor conocido, así Vargas Llosa o García Márquez, ni a ganar el Nobel, quiero ser un escritor que pueda dedicarse a lo que realmente me gusta, que es contar historias, y en ese sentido veo este premio, como un indicador que en el Perú si es posible dedicarse a las letras, y hay gente – poca, pero la hay- que valora, y aprecia lo que uno hace».

Sobre el trabajo premiado, el jurado conformado por un grupo de escritores asociados en la AEADO, ha tenido palabras elogiosas hacia este ensayo breve. Así tenemos que el jurado Jorge Luis Roncal señaló:
«Leídos los trabajos presentados al Concurso Internacional de Ensayo Breve para la Ley del Escritor en el Perú, y atendiendo tanto a los requerimientos propios del género como al vuelo del pensamiento y la reflexión acerca del tema, consideramos que el resultado más justo es un empate entre Rossana Favero-Karunaratna por su trabajo «Algunas reflexiones sobre la propuesta de Ley del Escritor» y «Ser escritor y vivir para contarlo» de Javier Francisco Contreras Martínez”.
Por su parte Julio Benavides, Miembro del Jurado, dice del trabajo de Contreras Martínez que a su juicio considera ganador:
“Los méritos que veo en este trabajo es la fluidez en su prosa, oficio y claridad para enfocar el problema a pesar de su novel edad y está más cercano a nuestra realidad en el inherente papel del escritor que lucha incansablemente por forjar en este mundo de contradicciones la mejor perspectiva para salir adelante frente a los tonos grises que caen, día a día, frente a la ignominia y la desidia en un estado acéfalo. Este trabajo escribe la hermosa utopía del ser escritor».
Otro comentario de Benavides señala que que:
«Frente a la construcción de un mundo que ahora parece fragmentado, Contreras Martínez en su meritorio gran trabajo menciona la frase de Thomás S. Elliot sobre la cultura: ”es una reserva restringida a un grupo minoritario de personas” acaso como la alegoría de la cavernas estamos en el inframundo sin ver la luz que nos da la cultura y en particular la literatura, todos los literatos somos como “lobos esteparios” especies en extinción y aislados del mundo total a la manera de Hesse».
¿Crees que estás abriendo de a pocos un camino para los escritores de tu edad, de tu generación?, le preguntamos a Javier, quien prefiere guardar reservas al respecto y señala:
«No lo sé, ojalá y si, me da pena que cada vez haya menos gente que quiera dedicarse a escribir y es, en buena medida porque sientes que en el Perú no se puede escribir pero yo no me creo paladín de nada».
Sobre la problematica de ser escritor en el Perú, eje central de su ensayo, Javier considera que «en el Perú no hay condiciones para ser escritor, o por lo menos, no las mejores, por eso es importante esta ley del escritor que se está promoviendo desde AEADO pero talento, madera, casta, pasta, linaje para escritores hay y de sobra lo que no hay son espacios, vias para que estas plumas maduren.»
En el equipo de Spacio Libre estamos contentos con este premio a nuestro colega y orgullosos de tener a un fiel creyente que se puede hacer literatura y periodismo cultural en el pais.
Lea el ensayo: Ser escritor y vivir para contarlo