La reducción de la desigualdad constituye un tema crítico para el Perú, como han advertido diversos organismos multilaterales, incluyendo la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a la cual aspira incorporarse nuestro país en el 2021.
La presión tributaria en Perú actualmente bordea el 14% del PBI, por debajo del promedio de Latinoamérica y de los países OCDE (25,1%)/ Foto: Difusión
Ambos documentos resaltan el hecho que Perú tiene actualmente un sistema fiscal débil, que no aprovechó la época de bonanza económica para recaudar ingresos necesarios para cubrir las necesidades básicas de millones de peruanos y peruanas. Precisan que la presión tributaria en el Perú apenas llega al 14% del PBI, largamente por debajo del estándar de los países de la OECD (25,1%), de modo que no hay antecedentes de un país que con una recaudación tan baja pueda considerarse como parte del club de los países desarrollados.
La contraparte de esta debilidad tributaria, es la grave escasez de recursos para la inversión social y productiva para el cierre de brechas económicas y sociales. Se advierte que si no se incrementa la tributación, ampliando el universo de contribuyentes y eliminando privilegios injustos, será difícil financiar las ambiciosas metas que el actual gobierno se ha trazado, tales como la eliminación de la pobreza extrema, la cobertura pensionaria universal, o la reducción de la brecha en infraestructura. En el actual escenario de contracción de la recaudación, se subraya la urgencia de fortalecer y modernizar la Sunat, de tal forma que tributen más quienes más ganan.
“No hay garantía de que las propuestas del Gobierno en el campo tributario generen un incremento sustancial de la recaudación en el corto y mediano plazo. La situación fiscal ha empeorado y se ha quedado sin margen de maniobra. Será muy difícil que se logren cumplir las metas de reducción del déficit fiscal en el 2017-2018“, dice Armando Mendoza, economista e investigador de Oxfam en Perú.
La caída de los ingresos tributarios es considerable y afecta el financiamiento del Estado. En 2015 los ingresos tributarios del Gobierno fueron menores en S/16.000 millones a lo proyectado, cifra superior a todo el Presupuesto de Salud./ Foto: Difusión
En opinión de Mendoza, se debe atacar frontalmente la evasión tributaria que le cuesta al país el equivalente a 2 veces el presupuesto anual del sector educación. Así mismo, se debe promover un marco que fortalezca la fiscalización, en línea con las recomendaciones de la OCDE (incluyendo el levantamiento del secreto bancario y la reserva tributaria), así como lucha contra el blanqueo de capitales, los paraísos fiscales y la elusión tributaria.
Armando Mendoza (Oxfam): no hay país que con presión tributaria tan baja (14%), como Perú, pueda conseguir estándares de vida altos.
La racionalización de las exoneraciones tributarias es otro tema fundamental. Cada año el Estado deja de percibir un monto superior a todo el presupuesto del sector salud, por exoneraciones y beneficios, que en algunos casos resultan cuestionables. Solo en el 2017 la exoneración del IGV para los juegos de azar y apuestas le costarán al Estado casi S/400 millones, monto con el que se podría financiar todo el presupuesto del Programa Cunamas, o el total de la lucha contra el terrorismo, o el programa de electrificación rural para el 2017.
Los beneficios a la minería afectan el balance fiscal
La menor recaudación ya está afectando la inversión social y productiva, amenazando ampliar la desigualdad y exclusión que padecen millones de peruanos/ Foto: Difusión
Una cuestión abierta es cómo llegar a la meta del 17% del PBI, comprometida por el Gobierno. Para José De Echave, investigador de CooperAccion y ex viceministro del Ministerio del Ambiente, ni siquiera en el contexto del boom de precios mineros logramos cumplir con dicha meta.
De Echave hace notar tres aspectos centrales vinculados a la minería y la tributación: El aporte actual de la minería al total de tributos internos es bajo: sólo poco más del 5%; el canon minero también ha caído: hoy es apenas un tercio de lo que se distribuyó en 2013; y actualmente el Estado le está devolviendo a las empresas mineras más dinero del que recauda de ellas, debido a los generosos beneficios tributarios que goza este sector.
“Habrán caído los precios, pero la minería está en franco proceso de crecimiento en sus volúmenes de producción. Este crecimiento no se expresa en la recaudación, la misma que viene cayendo. Es este escenario, es probable que mega proyectos como el de Las Bambas no paguen Impuesto a la Renta durante sus primeros años de producción”, dice De Echave.
Ambos economistas advierten que los beneficios tributarios a los grandes proyectos mineros, y a otros sectores, van en contra de solucionar la crisis fiscal que atravesamos. Es necesaria una revisión y racionalización de los beneficios tributarios a diversos sectores, a fin de construir una tributación equitativa y sostenible, con capacidad de cerrar brechas de desigualdad en el país.
Este es el espacio de la redacción, el de las notas casi volteadas, coyunturales y que recogen parte de lo que ocurre día a día. Los demás informes son firmados por cada uno de los autores y respaldados por el equipo. Síguenos en @spaciolibre y www.facebook.com/spaciolibre.pe
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