Gran sorpresa causó un anuncio del presidente Pedro Castillo esta mañana. En una publicación en Twitter, el mandatario hizo pública la flamante contratación de Ricardo Belmont al equipo del llamado «Gobierno del Bicentenario».
Acompañado de una foto en la cual sale sonriente apretando la mano del ex dueño de RBC, anunció que Belmont asumirá la asesoría del Despacho Presidencial. «Su experiencia profesional y política estará al servicio del Perú», escribió el mandatario.
Este es un renacer para Belmont, un hombre que vive del recuerdo de lo que logró en los noventa y que aún mantiene una legión de ‘hermanos’ que lo ven como ídolo. El mismo que alguna vez llegó a ser dos veces alcalde de Lima sin tener experiencia y que afirma que la presencia de pacientes Covid en los hospitales es falsa. ¿Quién es Ricardo Belmont Cassinelli?
Cambio radical en siete días
Para entrar en contexto del por qué causó gran sorpresa la contratación de Belmont, iremos de adelante hacia atrás. Específicamente hasta hace una semana.
El pasado 10 de octubre, Belmont opinó a través de sus redes (como de costumbre) la realidad del actual gobierno. Incluso, se animó a predecir el futuro de Castillo cuando deje el cargo.
«A mi me da pena Castillo, porque va a ser uno más de los que se va a la cárcel o termina rico y fugado del país, ayudado por los otros ladrones. Los que le roban a la patria se unen, y todo el que roba, pero roba para ellos y les da su parte, pertenece a la mafia. […] Yo temo que Castillo termine mal, me da pena por él. Lo veía un hombre sano, pero muchas veces no hay lo otro, que es la base», declaró aquella vez.
Sin embargo, cruzó el charco y hoy está en el lado del que veía preso o fuera del país. Estará como asesor en Palacio, lugar al que nunca pudo llegar como presidente tras haber perdido las elecciones de 1995 y 2016. Hoy, al salir de Palacio, se mostró optimista del nuevo bando al cual se suma.
«Estamos garantizados de que va a ver absoluta libertad de expresión. Vamos a promover como nunca la inversión privada en el Perú. Y vamos a jugar limpio en todas las canchas. […] Creo que hay que unir más que partir. Hay que unir al Perú y dejar de etiquetarnos como buenos y malos. Hay que pensar en el Perú», dijo a la prensa.
¿Ahora él también es «caviar»?
Cuando hubo el último cambio de gabinete, Belmont y su «experiencia» fueron los primeros opinólogos en redes. Específicamente, cuestionó la designación de Mirtha Vásquez como presidenta del Consejo de Ministros, declarando que cuando lideró el Congreso no hizo ningún aporte.
“(Mirtha Vásquez) No quiso mirar nada, no dio ninguna ley, no apoyó nada siendo presidenta del Congreso y ahora es presidente del Consejo de Ministros. […] Yo no sé qué habilidad tienen estos caviares. Se meten por la puerta falsa (en el Gobierno) Y los caviares tienen prensa, son los que promueven el matrimonio gay, la destrucción de la familia, que no haya educación cívica, el aborto», señaló el nuevo asesor presidencial.
La pandemia, un «invento de los poderosos»
Otro de los «momentos destacados» de Belmont en este último tiempo ha sido su posición en contra del SarsCov 2 y la pandemia que ha generado el nuevo coronavirus. Se unió a la línea de los creyentes en que todo es un invento de «una cúpula que busca beneficiarse».
«No será que tras la pandemia, donde todos se mueren con el nombre de N.N, alguien podrá comprar un corazón, riñón, unos ojos o un hígado y que el gran negocio del futuro de los millonarios sea comprar cuerpos nuevos, los desaparecidos en esta pandemia», declaró el año pasado.
Aclara que no niega la existencia de una pandemia, pero cree que el fin de la misma es para beneficiar a algunos y favorecer a otros.
«(La pandemia del Sars-Cov-2) se trata de un proyecto para acabar con la vida de las personas que no tienen derechos. No digan que estoy negando la epidemia, la reconozco desde el primer día. Pero más gente se está muriendo porque no tiene trabajo, no tiene medicinas y tienen un sistema inmunitario sin defensas», señaló.
Asimismo, ha sido uno de los personajes públicos que se ha lucido sin mascarilla desde la aparición de la pandemia. Incluso, fue visto entrando al Congreso en diciembre pasado sin portar la doble mascarilla necesaria.

Discípulo de AMLO
Una de las últimas apariciones internacionales de Belmont se dio en el 2019. En setiembre del 2019, viajó a México para participar en una conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En ella, expresó su admiración por el mandatario mexicano y su plan de trabajo.
“En mi país, el silencio ha sido cómplice para no destacar lo extraordinario, la gran transformación de cambiar la forma de pensar de un país, yo me siento emocionado, especial. Enfrentarse al neoliberalismo como usted lo ha hecho, habría que preguntarle de qué madera está hecho usted, porque muy pocos hombres se atreven”, declaró.
De la misma forma, le dijo a López Obrador que él puede llegar a ser la «gran esperanza para Latinoamérica» y el que «inicie un cambio».
«Usted representa para Latinoamérica: una gran esperanza. La esperanza que usted ha construido es su culpa presidente, porque es la primera vez que un mandatario después de ser electo, se atreve a esto, a una conferencia, a recibir preguntas de todo tipo, a encarar con una paciencia, una perseverancia y una prudencia dignas de un hombre con carácter y ética singulares. Y de ahí esta introducción porque quisiera hacerle muchas preguntas, pero no puedo hacerlas en este momento», dijo Belmont, cuya intervención duró poco más de seis minutos.
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Los venezolanos, sus «enemigos»
En el 2018, cuando era candidato a la alcaldía de Lima, Belmont fue duramente cuestionado por sus comentarios respecto a la presencia de venezolanos en nuestro país.
«Estos venezolanos han venido a trabajar al Perú, a quitarle trabajo a los peruanos. Esa es la verdad del asunto. Más de un millón de venezolanos vendrán de aquí a fin de año con todos los beneficios que un peruano tiene. […] Que los peruanos que adoran a los venezolanos abran un cuarto en sus casas, una cama, y que los reciban para que sean consecuentes con su idea. Yo no meto a un extraño a mi casa», señaló en un video en sus redes.
También opinó que el físico de los venezolanos influye en la aceptación de parte de los peruanos, realizando comentarios machistas sobre las ciudadanas venezolanas.
«Los venezolanos tienen muy buena ‘pinta’, y las mujeres están bastante ‘potables’, ‘maceteaditas’, muy agradables. No parece que vinieran de Venezuela, porque se supone que ahí no hay comida. Sin embargo, están todas bien ‘gorditas’, bien ‘papeadas’, y no hemos visto ninguna que esté en condiciones que realmente nos llame a un dolor», declaró en una de sus transmisiones en redes.
A todo esto, además del ya conocido caso de la estafa a los accionistas de RBC, sumémosle la carrera de Belmont antes de ser alcalde, descrita en el libro ‘El Outsider’ de Umberto Jara: fue timbalero de una orquesta, aprendiz de boxeador, empresario boxístico quebrado, locutor de radio en un local en el Callao, hasta dar el salto a la televisión. Todo esto antes de ganar las elecciones de 1989 y ser elegido alcalde de Lima para el periodo 1990-1992 y ser reelecto para el trienio 1993-1995.
Ese es Ricardo Belmont Cassinelli, otro nombre que se suma a la lista de desaciertos de Castillo. Un nuevo desacierto que va a traer incertidumbre que genere consecuencias en el sector ecónomico, tal cual pasó con Bellido, cuando ya asomaba una ligera estabilidad.