
Por: Jaime Canicoba / @Canicoba307
Hoy es 3 de noviembre del 2012. Los nacidos en 1990 somos muy jóvenes para recordar que algo trágico en particular sucedió este día hace 21 años, pero asumo que muchos – como yo – hemos tenido a quien nos cuente en consciencia cómo vio, escuchó o leyó lo acontecido. Y también debe haber otros que por voz de conocidos o amigos tienen una cercanía aún mayor con la historia que compartiremos aquí. Pero ninguna de estas perspectivas se compara a la de quienes estuvieron ahí, y vivieron para contarlo.
La noche del 3 de noviembre de 1991, vecinos de la quinta nº 840 del Jirón Huanta, ubicado en la zona de Barrios Altos de Lima, realizaba una pollada con el fin de obtener fondos que pudieran utilizar para pagar por reparaciones al servicio del desague del lugar.
Repentinamente, un “Cherokee” y un “Mitsubishi” equipados con luces y sirenas policiales se detuvieron fuera del inmueble. Operativos militares usando pasamontañas y armados con pistolas ametralladoras bajaron de los vehículos y entraron intempestivamente en el lugar del evento.
Narra Alfonso Rodas Alvitres, sobreviviente a la masacre, que “al promediar las diez de la noche estábamos celebrando una `pollada´, que era para recolectar fondos para hacer mejoras en ésta quinta. Entonces, a esa hora, abruptamente ingresaron un grupo de seis uniformados con dos que dirigían, que estaban encapuchados. Comenzaron a proferir palabras como….’miserables terroristas, ahora van a ver’ y otras cosas más. Nos insultaron y tuvimos que tirarnos al suelo porque así lo ordenaron”.
¿Quiénes fueron los asesinos?
Los 6 sujetos, de entre 25 y 30 años, eran miembros del grupo paramilitar Colina y estaban ahí bajo las órdenes del extinto Servicio de Inteligencia del Ejército. En el sitio se encontraban 19 civiles, entre ellos un niño de 8 años.

Mediante golpes e insultos, y entre forcejeos, los agentes obligaron a los reunidos a tenderse boca abajo en el piso y, sin previo aviso, dispararon contra ellos durante por lo menos dos minutos para inmediatamente abandonar el lugar en los dos vehículos, haciendo sonar las sirenas que habían apagado antes de entrar en el patio del inmueble.
Incluyendo al niño, cuyo nombre era Javier Ríos Rojas, 15 personas murieron. Otras 4 quedaron gravemente heridas, entre ellos el entonces heladero Tomás Livias Ortega, quien fue dejado permanentemente paralítico.
Quienes sobrevivieron declararon que los disparos sonaban “apagados”, asumiéndose entonces el uso de silenciadores. En efecto, la policía halló 111 cartuchos y 33 proyectiles correspondientes a pistolas ametralladoras, como se mencionó párrafos antes.
¿Qué es el «Plan Ambulante»?
Una semana después, el congresista Javier Diez Canseco reveló a los medios la copia de un documento llamado “Plan Ambulante”, que describía un operativo de inteligencia llevado a cabo en la escena del crimen. En el documento estaba señalado que supuestamente varios subversivos se reunían en el lugar de los hechos bajo el disfraz de vendedores ambulantes, desde 1989. Las posteriores investigaciones judiciales e informes periodísticos confirmaron que el Grupo Colina era un “escuadrón de eliminación”, que llevaba a cabo un plan antisubversivo propio.
¿Indulto humanitario?
Así, por 13 acusaciones contando entre ellas este incidente y el también resonado caso “La Cantuta”, el ex presidente Alberto Fujimori fue extraditado de Chile por aprobación unánime de los jueces de la II Sala Penal de la Corte Superma de ese país en 2007, y condenado a 25 años de prisión por la Sala Penal Especial en razón de delitos de violación a los derechos humanos el 7 de abril de 2009. Esta sentencia fue confirmada el 3 de enero de 2010 por la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema. En 2011, el Tribunal Constitucional declaró infundada una demanda de hábeas corpus interpuesta por el procesado, ratificando que la medida fue promulgada sin afectar los derechos de este. Fujimori también está condicionado a pagar una reparación civil de 27 millones de soles por delitos de corrupción.
Los cuatro hermanos Fujimori Higuchi presentaron formalmente un pedido de indulto humanitario el 10 de octubre de este año en el Ministerio de Justicia, argumentando gravedad en diversas dolencias médicas que su padre padece. La decisión de conceder o no esta gracia sólo la puede tomar el presidente Ollanta Humala.

Para que NUNCA SE OLVIDE a las víctimas:
Placentina Marcela Chumbipuma Aguirre
Luis Alberto Días Astovilca
Octavio Benigno Huamanyauri Nolazco
Luis Antonio León Borja
Filomeno León León
Máximo León León
Lucio Quispe Huanaco
Teobaldo Ríos Lira
Tito Ricardo Ramírez Alberto
Manuel Isaías Ríos Pérez
Javier Manuel Ríos Rojas
Alejandro Rosales Alejandro
Nelly María Rubina Arquiñigo
Odar Mender Sifuentes Nuñez
Benedicta Yanque Churo
Tomás Livias Ortega
Compartimos un documental del recordado Bruno de Olazábal sobre la masacre de Barrios Altos:

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