
Por: Jack Hurtado
El 10 de marzo cumplo 20 años. Nací 5 meses antes de que el criminal más sanguinario de la historia joven de nuestro país, Abimael Guzmán Reynoso, sea capturado en su casa en Surquillo. Por ende, estoy “condenado” a estar en el grupo de jóvenes desmemoriados, que no saben nada de la historia de terror que vivió el Perú; que no conocen lo que sufrieron miles de peruanos, que no le suena Tarata, Lucanamarca o Chungui; o que fácilmente confundiría a Elena Iparraguirre con una artista de cine. No señores.
Más allá de los variopintos reportajes (¿por qué no los hacen en vivo?) que han intentado demostrar que si los jóvenes reconocen la foto de Abimael Guzmán, el terrorismo se habrá ido del país, todavía existen muchachos apenas con dos décadas a cuestas, que saben bien que el conflicto armado interno desgració el país. No todos los jóvenes se dejan guiar por el maldito pensamiento Gonzalo, no todos somos presas fáciles del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), no todos levantamos el puño y nos zurramos en las tumbas, fosas o en algún lugar de las casi 69,280 víctimas. No señores.
Respeto, valoro y entiendo todo el dolor que pasaron los familiares de las víctimas, esos apagones, esos coches bombas, esos amedrentamientos y amenazas de muerte, sin embargo, eso no puede ser motivo para ufanarse de la desgracia, enorgullecerse del dolor y echarle en cara a los jóvenes que ellos no tienen derecho a hablar del terrorismo, no tienen voz. No puedes ponerle un parche, un freno y aclararles que no tienen voto en esos tópicos. No hablemos entonces de la Guerra con Chile o combates que se libraron en el país, ¿para qué? Si no lo vivimos. ¿No, señores?
¿Y los jóvenes Movadef?
Ellos también en marzo, y a lo largo de este año doce, cumplirán 20 años, ellos tal vez son silenciados para hablar del terror, sin embargo, ellos también conocen lo que fue Sendero Luminoso, pero conocen “su verdad”, y curiosamente ya le impusieron otros estereotipos: comunismo, amnistía general, derechos fundamentales, marxismo, leninismo, maoísmo; pensamiento Gonzalo le dicen.
Felizmente, se viene investigando la falsificación de firmas del Movadef, pues no me explicaría como más de 300 mil personas pudieran ser cómplices de una reaparición en la sociedad de esta fachada del terror. Muchos de estos jóvenes, quizás no tuvieron desde pequeños un conocimiento de la grave situación que afrontó el Perú, nadie sabe la debilidad mental o problemas sociales que aquejen, para haber sido artífices y fieles escuderos de Guzmán y compañía, pues lo consagran como su ídolo y se trazan ese camino a seguir, transitar por ese… “sendero luminoso”.
Con una rápida elucubración, si hace menos de veinte años nada más, en gobiernos pasados (léase Alan García, Alejandro Toledo, y otros) se hubiera incluido en los textos escolares un ‘cachito’ si quiera de las conclusiones finales de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), estos jóvenes no andarían diciendo que Abimael Guzmán no es asesino sino “ideólogo”, pero ese resumen del informe debe ser real. No solo endiablar a Sendero Luminoso o al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA); si no también a las Fuerzas Armadas, porque fueron responsables del 37% de los muertos y desaparecidos según ese mismo informe. Cierto o no, necesitamos una verdad y no una verdad a medias; que sea enseñada en los colegios, instituciones y hasta universidades ¿por qué no? nunca es tarde. Esos temas no pueden quedarse en tabúes.
Pese a todas las críticas que pueda tener, ese informe, es lo más cercano a la verdad que tenemos, y debe ser compartido. ¿o creemos que está “sobredimensionado” y “teatralizado” con las víctimas? como declaró nuestro titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), Óscar Valdés, que después –curiosamente- dijo que sus declaraciones no fueron en ese contexto. No señores, creo que debe existir una enseñanza total, y no parcial de esa verdad, pues no existen verdades a medias. Buena noticia es saber que Patricia Salas, ministra de Educación explicó que desde el próximo año los textos vendrán con dicha información, habrá que verlos.
Solo espero que si eres un señor o una señora que si ha vivido al terrorismo, de cerca o de lejos, -pero lo ha vivido-; y tengas en casa a un joven, no lo tildes de ignorante (de ignorar la historia), en lugar de eso edúcalo, enséñale –o compartan conocimientos- no seas egoísta con tu historia, coméntasela; si es niño mucho mejor, eso servirá para que de aquí a varios cumpleaños míos no sigamos viendo más adeptos a ideologías sanguinarias, o más jóvenes estereotipados o censurados para hablar de estos temas. Gracias señores. Nos leemos más tarde.