
Por: Jaime Canicoba / @Canicoba307
Laura Rodríguez Guzmán, enfermera técnica en el “Sagrada Familia”, trabaja ahí desde hace 3 años. Está contenta por ver la capacidad de cada anciano en el lugar con las actividades que se organizan en el lugar para mantenerlos activos. Esto le viene permitiendo estar constante con ellos, midiéndoles la presión cada mañana o atendiéndolos en alguna emergencia, todo con cariño, no dejándolos, no permitiendo que se empeoren.
La señora Laura me explica que la directora Pantoja busca continuamente donaciones para mejoras que hacen falta en la infraestructura del albergue, como los baños o la cocina. “La cocina es donde se celebran los cumpleaños, se prepara la comida. La dirección ve lo que son los agasajo, los regalos, la torta, todo eso. Invita a los donantes, que pueden ser de tu propia gente. Llega el día y ya están (los residentes) contentos, como unos niños, esperando”.
“No solamente eso, también los paseos y Mistura les pone activitos, se ven cosas bonitas que me ha gustado realmente ver en cada uno de ellos. Tienen también sus problemas, por supuesto, pero tenemos que hablarles, hacerles ver las cosas lindas que tienen acá, el amor y el cariño que se les da en el albergue ‘Sagrada Familia’”.

Sobre el particular también me conversa la directora María Pantoja Pérez. Siendo la construcción del “Sagrada Familia” de adobe y quincha, necesita un programa de mantenimiento continuo. Algunas habitaciones están inactivas, por lo que han solicitado la participación directa del Ministerio de Vivienda. Lamentablemente aún no se puede atender su pedido, y les indican que de repente les enviarán mano de obra de la Escuela Taller de Lima, pero mientras las habitaciones no estén operativas, no podrán atender a más personas que demandan su ingreso en los Centros.
“También necesitamos atender lo que es sistema eléctrico, puertas de ingreso y de los residentes, y equipos de cómputo para poder brindar mejor información. Pasamos informes trimestrales a la Contraloría, al INABIF (Instituto Nacional de Bienestar Familiar), la misma Beneficencia, el SISFOH (Sistema de Focalización de Hogares).

Además de eso, Pantoja me comenta que les sería muy útil un proyector para llevar a cabo talleres de sensibilización cuando vienen grupos de voluntarios, universidades, y ven la realidad de los adultos mayores en el lugar. Muchos de ellos padecen por la familia perdida, pero el personal que labora en estos centros se identifica con esa problemática y surge, afortunadamente, un tratamiento personalizado.
Al igual que la señora Laura, María Pantoja también se preocupa por la necesidad de una movilidad para el Centro, ya que si bien los residentes cuentan con el Seguro Integral de Salud, que les permite ser atendidos en los distintos hospitales del Ministerio de Salud, el deterioro y problemas físicos que pueden presentarse en ellos por su edad avanzada requieren una atención de emergencia que debe ser canalizada oportunamente.
“Cuando hay que hacer visitas domiciliarias, nuestra trabajadora social tiene que salir a zonas altas como Pamplona Baja, Lomo de Corvina o Ventanilla. La distancia es enorme, pero si contásemos con esa unidad móvil, creo que avanzaríamos mucho más”.
