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Foto: La Primera

Por: Martín Hidalgo Bustamante

Muchos se han lanzado a calificar de “papelón” el trabajo de la Megacomisión. Y es comprensible, la mayoría de medios recién se han acercado con sus cámaras a intentar conocer -en apenas dos días- toda la historia del informe preliminar sobre las irregularidades en la remodelación de los Colegios Emblemáticos.

La historia comenzó el pasado viernes cuando se empezaría a debatir lo que ahora califican como el primer borrador del informe. A dicha sesión, de manera improvista, asistió Javier Velásquez Quesquén. Pese a ser una sesión reservada, se le permitió el ingreso al aprista, quien incluso participó del debate en una defensa, no solo de la gestión aprista, sino también de la Universidad San Martin de Porres.

El “borrador” había sido entregado por el presidente de la comisión, Sergio Tejada, la noche anterior (jueves) al resto de congresistas integrantes (Cristóbal Llata, Juan Pari, Pedro Spadaro, Carlos Tubino, Enrique Wong y Yohny Lescano). El dato curioso –y quizás relevante- es que solo a uno de ellos se le entregó -por error- de manera digitalizada. El resto recibió una copia impresa a sus despachos.

Según a la información que tuve acceso y que salió publicada el sábado en La República, solo se hallaron indicios en el ex ministro de Educación José Antonio Chang y otros seis funcionarios del sector, supuestamente involucrados en irregularidades de distinto nivel en la remodelación de los Colegios Emblemáticos.

En ninguna parte del documento se señalaba responsabilidad al ex presidente Alan García y otros ministros de ese entonces como Yehude Simon, Pedro Sánchez o Luis Carranza. La única mención era por sus firmas aparecidas en el Decreto de Urgencia 004-2009. Rúbricas que aparecían en las normas legales de El Peruano.

Tampoco se acusaba a la Universidad San Martin, solo se señalaban indicios razonables encontrados durante la investigación, para lo cual recomendaban a la Unidad de Inteligencia Financiera indagar a dicho ente universitario.

Sin embargo, existió un primer borrador que fue inmediatamente mandado a corregir el mismo viernes después del debate entre los congresistas que habían recibido el documento la noche anterior para su estudio. En ese mismo debate se dijo que no se iba a imputar responsabilidades a personas que no habían sido citadas. Aunque claro, no se esperaban que un aprista estuviera presente en el debate y usara la información allí obtenida, pese a la reserva del caso. Más aún cuando dicho primer borrador sería corregido apenas horas después.

En resumidas cuentas, existió un primer borrador del equipo técnico de la Megacomisión que mandó a ser corregido inmediatamente, y no por la presión aprista o de los medios, sino por iniciativa de los mismos congresistas durante el primer debate del viernes.

Aunque a pesar a ello, el lunes en la mañana saldría Velásquez Quesquén en una entrevista a Canal N  asegurando que se estaba acusando a Alan García, Yehude Simon y otros ex ministros sin haberlos citados a la comisión. En la noche, su versión sería ratificada por una nota periodística en América Noticias. En el noticiero se mostró el  primer borrador con la etiqueta de “confidencial” donde supuestamente se acusaba de asociación ilícita para delinquir, malversación de fondos, colusión, abuso de autoridad y omisión de funciones, a Alan García y cuatro ex ministros.

Esto impulsaría a generar un circo mediático, donde hasta Yehude Simon ha salido a criticar a la Megacomisión tomando como verdadera la versión del aprista y del primer informe “confidencial”.

Los mismos miembros de la Megacomisión ha rechazado ese informe “confidencial” y el titular Sergio Tejada incluso aseveró que pueden existir borradores modificados por personas ajenas al equipo del grupo de trabajo que preside.

Pero al fin y al cabo, el juego a los apristas les resultó redondo. Quesquén le ha dado el mejor regalo de cumpleaños a García: No solo logró que se retrase la aprobación del informe, sino que de antemano conseguió crear una imagen negativa de la comisión que en los medios se traduce en “papelones”.

Lástima que por ello la población tenga que postergar su derecho a conocer la verdad sobre los hechos que encierran al régimen aprista. Un juego aprista en el que la Megacomisión no ha debido caer.

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Por Spacio Libre

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