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El sábado 17, horas antes del partido que marcó la vuelta de la selección peruana de fútbol a un Mundial después de 36 años, nos despertamos con la noticia de que la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria (Sunedu) anunciaba que una nueva institución obtuvo el licenciamiento y grande fue mi alegría al ver que se trataba de la Jaime Bausate y Meza, donde estudié mis cinco años de formación periodística.

Por Javier Contreras Martínez
@javier_contmar

Este es un proceso que la Bausate, antes escuela de periodismo, y antes instituto superior, empezó en el 2014, con la conformación de los órganos de Gobierno universitario, el Consejo de Facultad, el Consejo Universitario y la Asamblea Universitaria. Y entonces, inició un camino bastante complicado, y que – creo- aún no se ha terminado.

Modernizar una institución educativa que por entonces, parecía anclada en el siglo pasado, demandó escribir un nuevo estatuto, reconfigurar el organigrama, creando la figura del Rector (que hasta hoy ocupa merecidamente don Roberto Mejía Alarcón), pensar en un centro de investigación (que hoy ya da sus primeros frutos, con investigaciones tan analíticas como la de la periodista Lilian Román sobre publicidad estatal).

Se tuvo que remover las estructuras físicas, y traer abajo aquella vieja casona, con aulas pequeñas y techos con gotera, para dar paso a un moderno edificio, con cocheras subterráneas, aire acondicionado y equipo multimedia en cada aula; pero más importante todavía, se tuvo que remover las estructuras mentales y pensar en un nuevo plan de estudios, acorde a los retos que la tecnología les presenta a los hombres y mujeres que hoy trabajan en los medios de comunicación.

Fue necesario y muy doloroso, prescindir de algunos buenos maestros, históricos maestros bausatinos, experimentadísimos periodistas, que – por las mil comisiones y estresantes jornadas de cobertura- no cumplían con los requisitos académicos que la nueva Ley exige para ser docente universitario.

Como exalumno de esta casa de estudios siento orgullo que se haya llegado a este momento, muchas veces recuerdo haberme cruzado con José García Sosaya, actual vicerrector, quien en medio de la premura me contaba de los esfuerzos y acciones que venían tomando para que llegase este día.

Y es que si algo juega a favor de Bausate es la ‘camiseta’ de quienes hemos pisado esas aulas, algo que no he visto en compañeros y colegas egresados de otras casas de estudio en los centros de trabajo donde me ha tocado estar.

Bausate y Meza, con su única escuela profesional de periodismo, ha logrado (creo yo) posicionarse en los medios de comunicación, y esa frase que nos repetían los profesores “Allí a donde vayas encontrarás un bausatino”, no es una metáfora, es la más pura realidad, y lo digo, luego de haber pasado por la prensa escrita, la televisiva y ahora, desde la prensa institucional, siempre se encuentra a alguien que te dice que es bausatino, que te da la mano, y con quien sabes puedes contar.

¿Es el licenciamiento el final de la carrera?
No, definitivamente no. Y menos en el caso de Bausate, toca seguir por el camino de la modernización, llevar a la vida efectiva de la universidad los cambios que la Asamblea ha aprobado. Que crezca la oficina de investigación, que se modernice los equipos audiovisuales, que se eduquen periodistas multimedia, sin abandonar aquella rica formación humanística que solo los bausatinos podemos exhibir, menudo reto que acepta y afrontan los directivos, maestros, alumnos de hoy y que, por supuesto, los exalumnos debemos, desde nuestras trincheras, avalar y apoyar.

Pero el licenciamiento de Bausate, universidad dedicada únicamente a la formación de periodistas, se da en una semana en la que, desde el Congreso, dos proyectos de Ley muy relacionados al ejercicio del periodismo se han discutido.

El primero, ya vigente, es de autoría del aprista Mauricio Mulder, quien durante muchos años, antes de ser parlamentario ejerció el periodismo. Mulder logró que el Pleno apruebe por insistencia el proyecto que impide a los organismos públicos contratar anuncios publicitarios en los medios de comunicación privada.

No tenemos evidencia, pero no podemos dejar de pensar que se trata de una iniciativa digitada desde el fujimorismo (para la que el aprismo se presta como furgón de cola), como venganza a medios puntuales, como La República y Caretas, que por efecto perverso de la concentración empresarial que hay en el sector, cada vez reciben menos publicidad privada, porque los dueños del monopolio informativo, en abuso de su poder de dominio les cierran los canales publicitarios y al menos, tienen ingresos en la publicidad que el Estado paga.

Y no es que el Gobierno haga un favor a los medios al ponerles pautas publicitarias, es una necesidad, para el ejercicio de la política pública poder comunicar a la ciudadanía de los programas, avances, logros, retos, proyectos y obras que se viene ejecutando. Anoche, en Cuarto Poder, el ministro de Justicia, Salvador Heresi dijo que esta semana el Ejecutivo presentará una acción de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, tal como lo había anunciado el propio presidente Vizcarra.

Y el segundo, obra y gracia del kenjista Clayton Galván, que pretendía prohibir del ejercicio periodístico a quienes no sean licenciados en periodismo o ciencias de la comunicación y además, estén colegiados.

Esta iniciativa ha sido catalogada como “valiente” por el actual decano nacional del Colegio de Periodistas, Max Obregón, quien parece haber olvidado que si en el Perú existe un enemigo de la prensa independiente (que debe defender el Colegio de periodistas), ese es el fujimorismo, que mandó tanquetas a los medios de comunicación, que fundó medios chichas para difamar a colegas que denunciaban los delitos fujimoristas, que pagó montañas de dinero para comprar las líneas editoriales de los canales de televisión… sí, a ese fujimorismo, hoy el decano le dice valiente.

Yo soy periodista, estudié periodismo en la Bausate, pero cuando llegué, por primera vez a una sala de redacción, aprendí mucho que experimentados hombres de prensa, periodistas con todo el derecho de usar el gentilicio que nos define, pero que se habían hecho en la cancha, curtidos por las comisiones y que no habían pisado un aula universitaria.

Ellos me enseñaron mucho, tanto o más que los profesores de la Universidad, y no concibo que pueda ser cierto que el fujimorismo, partido en el que se recibe a gente que miente hasta en su educación escolar, haya pretendido alejar de los medios a estos colegas, maestros en el ejercicio del periodismo.

Y aunque la iniciativa ha sido retirada por el legislador, no debería sorprender que la retome y busque su debate y promulgación, pues el fujimorismo, sin vergüenza alguna, hace y deshace en nuestro Congreso Nacional, como si se tratara de una monarquía naranja, con kimono incluido.

Así llega Bausate y Meza a su licenciamiento, con una iniciativa que podría eliminar plazas de trabajo para sus egresados (porque un medio sin plata, se verá, necesariamente obligado a ajustar su planilla) y que incluso, en palabras del decano del Colegio de Periodistas, su egresado, podría hasta cerrarla.

Tremendo contexto, que la reta, aún más, a formar nuevos y mejores periodistas, más preparados, más críticos, más analíticos y, sobre todo, más éticos.

Ahí está tu reto, amada alma mater, ojalá – en correspondencia a tu historia- la asumas.

Sobre el autor

Por Javier Contreras

Periodista de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Interesado en investigar temas relacionados a la cultura, educación y sociedad. Sueño con un mundo mejor, más justo, honesto y solidario y creo que el periodismo es una herramienta para conseguirlo. Comprometido con los derechos humanos pero no con el falso activismo.

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