
Jesús Martín Crisólogo Galván.
Estamos en setiembre de 2018, el ambiente electoral está llegando a la recta final. Paneles de todos los tamaños, pintas en cada rincón que es posible con las promesas de siempre inundan la ciudad. Si fuera un concurso de afiches no habría ganadores, pues los gustos del electorado van más allá de los estilos de las pintas y afiches.
Aparecerán los primeros sondeos de opinión. Primero, de nuevo el mismo, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, los de siempre, los osados, los nadie.
Para entonces habrá pasado casi la mitad del periodo presidencial del próximo gobierno. Los desafueros y suspensiones de algunos parlamentarios estarán en primeras planas. Las denuncias de corrupción generarán crisis en el gobierno y se hablará de nuevo de inestabilidad política, de malas señales para la inversión privada, etc.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, los de siempre, los osados, los nadie.
Si la crisis se acentúa, los diarios ayayeros de todos los gobiernos publicarán la infidelidad de alguna figura mediática de esos concursos cesudos que trasmite la televisión peruana y que generará que la mitad de los peruanos esté a favor de uno y la otra mitad del otro de los protagonistas del escándalo.
De nuevo otro más de los sondeos de opinión. Primero, de nuevo el mismo, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, los de siempre, los osados, los nadie.
Psicólogos, sociólogos, comunicadores y especialistas en farándula recorrerán los set de la televisión para tratar tan delicado tema. Probablemente estos formatos exitosos se habrán internacionalizado por lo que no se debe descuidar la mercadería. Es que el Perú sigue creciendo y nada lo detiene. Productos con valor agregado como esos deben de preservarse, de mejorarse, de evitar que se molegren.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, los de siempre, los osados, los nadie.
Y si la crisis alcanza dimensiones cataclísticas para el gobierno y sus aliados, algún analista sacará que hay rebrote terrorista en las universidades o en algún lugar que la mayoría de peruanos ni sabe pronunciar, pero que es un peligro mayúsculo para el país. Los medios chichas en sus portadas pondrán: Terrucos de nuevo. Los analistas mediáticos de siempre pasearán sus análisis por todos los canales y todos los medios.
Algunos medios que extrañan tiempos idos publicarán y difundirán la idea que “que los peruanos no deben olvidar la historia reciente ocurrida en el país”. Abimael Guzmán y Víctor Polay, la toma de la residencia del embajador de Japón y la operación Chavín de Huantar. Feliciano y Alipio y su alianza con el narcotráfico otra vez en el tapete.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo pero con menos aprobación, segundo, el que podría ser y podría ser. Otros, los de siempre, los osados, los nadie.
Como siempre, los medios se pondrán la camiseta del candidato/a que “debe” ganar. Las entrevistas familiares, las entrevistas amigables, los reportajes con crónicas de su pasado que siempre lo muestra como buena gente abundará en los medios televisivos, las declaraciones “espontáneas” del público en favor del candidato inundarán los especiales de la televisión, tratando de convencer a los peruanos que este o esta es el elegido o elegida.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo con mayor aprobación que el sondeo anterior, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, los de siempre, los osados, los nadie.
Si sigue la crisis, nuevamente alguien citará la frase crónica de Manuel González Prada en su obra Horas de Lucha: “El Perú es un organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota el pus.” Los análisis del tema serán atendidos por los interesados en el mismo, o sea, casi nadie, pues la mayoría estará atento a las versiones mejoradas de la primera edición de Esto es Guerra o de Combate, o en los chismes de Magaly y en lo que publica El Trome, el periódico más vendido en habla hispana, orgullo nacional.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo con mayor aprobación que el sondeo anterior, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, …
La corrupción no le importa a la mayoría de peruanos. No es con ella, no sabe no opina, no tiene entendimiento. Es problema entre gringos, entre grandazos. De política no sé nada. Me importa mi barrio, que no haya choros, que haya más serenos, que la ciudad se vea cada vez mejor, sea más bonita y limpia. Si me dan alguna chambita, bien chévere para mí y mis causas.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo, es casi el ganador, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, …
Al electorado no le importa si los afiches lo hacen en una imprenta clandestina en el centro de Lima o en algún lugar recóndito de la ciudad. Tampoco le importa cómo es que tal o cual empresa hace el puente o el asfaltado de una pista. Le importa que se haga, nada más.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo, es casi el ganador, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, …
Si el dinero viene del narcotráfico, bien. Si viene del lavado de dinero, bien. Si viene de la corrupción, bien. Si viene del municipio, bien, si viene del gobierno, bien. En suma, todo está bien con tal que se haga obra. Y es que el no robar no importa, eso no se come, no se ve, tampoco duele, como el cáncer. Total, el que tiene plata habla como quiere, hace lo que quiere y dice lo que quiere.
De nuevo otro sondeo de opinión. Primero, de nuevo el mismo, es casi el ganador, segundo, el que podría ser pero no es. Otros, …
Mientras esto sucede los organismos oficiales del Estado invitan a participar en la fiesta democrática de la elección de las nuevas autoridades. Siempre con la advertencia de que el voto es obligatorio y hay multa si no votas o no asumes tu responsabilidad como miembro de mesa.
Es el día de la votación, los comentarios de siempre, los enlaces de siempre. La vida de siempre. El país no cambia, porque a muchos no le conviene que cambie. Los que hacen saber que mucho de acá está mal son los menos, los marginados los retrógrados, los renegados, los frustrados, los caviares, pero esto cambia, todo cambia.