
Lima, Perú (Spacio Libre).- Javier Diez Canseco Cisneros nació el 24 de marzo de 1948, de profesión sociólogo, vivió desde muy pequeño las adversidades que el destino le ponía al frente, sufrir de poliomelitis fue un primer reto del cual salió victorioso.
Pese a vivir en una familia acomodada Diez Canseco siempre fue sensible a los temas sociales, a la realidad política de un país que en los años 60 vivía de manera acelerada los brotes del socialismo internacional.
El diario La República, recoge unas declaraciones de Diez Canseco al programa No Culpes a la Noche, respecto a ese cambio
«Relató que, siendo ya universitario, se ofreció de voluntario en Cooperación Popular y viajó a una comunidad de Puno. «El día que llegué estaban enterrando a un chico de 17 años que había muerto de tuberculosis. Estaba en una caja de madera que decía en varios tablones: »del pueblo de Estados Unidos al pueblo del Perú». Era una de las cajas en que se enviaban alimentos», refirió.
Esa experiencia cambió su vida. «Fue un choque brutal. Yo venía de un mundo completamente distinto. Mi país era mi barrio, mi colegio», señaló.»
En 1970 luego de estudiar Derecho en la universidad de San Marcos, y estando en la Católica estudiando Sociología fue elegido presidente del Centro Federado de Estudiantes de Ciencias Sociales de la PUCP y al año siguiente presidente de la Federación de Estudiantes de dicho centro universitario.
Durante el gobierno militar fue expulsado a Argentina, pese a ello postuló a la Asamblea Constituyente de 1978 donde salió elegido, para luego continuar una carrera parlamentaria desde 1980 hasta 1992 cuando la dictadura fujimorista disolvió el Congreso, momento en el cual Diez Canseco se convirtió en uno de los principales opositores al funesto régimen de Montesinos y Fuijimori.

En su calidad de diputado, formó parte de la primera Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados del Congreso. Fue también uno de los principales denunciantes del caso La Cantuta.
Fue su tenaz lucha contra la dictadura lo que le valió presidir, luego de la caída del régimen fujimorista, la Comisión Investigadora de Delitos Económicos y Financieros durante el gobierno de Fujimori, donde investigó los procesos irregulares de privatización, el uso de recursos del Estado para el salvataje de empresas financieras, la apropiación de recursos públicos para financiar la red de corrupción entre otros.
Como Presidente de la Comisión Especial de Estudio sobre Discapacidad del Congreso de la República (2003 – 2006) impulsó la promoción de la Ley de Personas con Discapacidad y su posterior promulgación.
Pese a su trayectoria política Diez Canseco no tuvo suerte en la aventura de candidatear a la presidencia con su recién formado Partido Socialista en el año 2006, donde perdió las elecciones por amplio margen y se alejó de la política activa, pero no dejó de denunciar irregularidades cometidas durante los gobiernos de Alan García y de Fujimori, ni de impulsar y promover normas a favor de la igualdad social.
Para el 2011 respaldó la candidatura de Ollanta Humala y postuló al Congreso siendo el tercer candidato más votado, retornando así al Parlamento, sin embargo su consecuencia hizo que dejara la bancada oficialista al criticar al mandatario por no cumplir con las ofertas electorales prometidas en campaña y al mal criterio para el trabajo en el grupo congresal, desacuerdos que hicieron que el grupo nacionalista le diera la espalda para presidir la comisión investigadora del segundo gobierno de Alan García.

Fue el 16 de noviembre de 2012, que en un acto infame el Congreso se basó en informaciones inexactas para suspenderlo por 90 días de sus funciones del Congreso.
Al conocerse la gravedad de su enfermedad, los fujimoristas intentaron jugar con su imagen pidiendo que se levante la sanción. Estoico y consecuente Diez Canseco rechazó la movida de sus eternos rivales y señaló que aceptar ese pedido sería asumir que la sanción fue justa y que el cometió una falta.
Semanas después el Poder Judicial le daría la razón a Javier Diez Canseco, emitiendo una resolución en la cual se solicitaba al Congreso suspender dicha medida sin embargo en un acto artero y revanchista, el oficialismo y el fujimorismo se negaron a hacerlo y más aún la comisión de Ética presidida por un irreconocible Humberto Lay decidió que el Parlamento apelaría dicha sentencia.

Pese a todo, Diez Canseco fue reconocido por propios y ajenos. Políticos como Lourdes Flores no dudaron en saludar las cualidades de un destacado hombre. Tampoco lo olvidaron sus amigos, partidarios y seguidores que en reiteradas oportunidades aprovecharon para brindarle un homenaje en vida para saludar y reconocer a un político luchador y consecuente.
A los 65 años, Javier Diez Canseco Cisneros ha partido, pero su legado queda presente y es menester que continúe siempre vigente, sobre todo en una izquierda que sigue luchando por remontar la partida y seguir adelante. Hasta la victoria siempre, Javier.
Por: Francisco Pérez García / @franco_alsur


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