Compartir
Foto: Internet

 Por: Jack Hurtado

“Las cifras son frías pero siempre dicen la verdad” reza un añejo proverbio. Cifras, estadísticas, porcentajes, todo sirve al gobierno de turno para valerse de esos gélidos números y pregonar a los cuatro vientos que la pobreza en el Perú se está reduciendo. Sin embargo, ¿es lo que comprobamos en las calles? No todos sabemos qué el Producto Bruto Interno (PBI) es el valor monetario de los ingresos de bienes y servicios, pero si conocemos que la pobreza en el país sigue más vigente que nunca. ¿O no?

A ver, un breve ejercicio mental. Cuando salgo al trabajo, a las 6 de la mañana más de 2 niños con ropa rasgada ofrecen caramelos en los carros. Al salir a comprar el desayuno, otros cuantos menores de edad sacuden los trapos con los que limpian autos. Más tarde, al salir del trabajo y camino al paradero, ancianos piden limosna por las pistas. Una vez en el microbús, el desfile de indigentes es incontable. Esta rutina visual se repite durante todo el día, todas las semanas, y todo el año. Siempre. Y esto pasa en algunos distritos de la capital. ¿Y en Huancavelica, en Puno, en Madre de Dios? La pobreza es mucho más feroz. ¿Y ustedes a cuánta gente pobre ven en las calles? ¿diez, quince, quizás veinte? Pongámoslo en números que así las cabezas del país entienden mejor.

Las declaraciones del magnate billonario Bill Gates causaron gran furor en el país por muchas razones. No me pondré a escudriñarlas, o a decir que las cifras que utilizó no son las correctas. Pero, si voy a cuestionar su adhesión a la sarta de personajes que piensan que los números lo son todo: los índices, los gráficos, los porcentajes, etc. El fundador de Microsoft debió tener un poco más de tino, ya que sus declaraciones pesan mucho, como lo señaló el escritor Gustavo Faverón, ya que siendo un hombre tan importante, está en el ojo de todos los que nos ayudan internacionalmente, y su palabra, en muchos casos, es ley.

Lamentablemente la ayuda foránea es sumamente importante para el país, y digo lamentable, porque la idea es valernos por nuestros propios medios, y no depender de nadie. Pero no podemos tapar el sol con un dedo, o vendarnos los ojos. La pobreza está aún presente, ¿cómo podemos reconocer que se “ha reducido notablemente” cuando la calle nos dice lo contrario? ¿quién le explica a los infantes indigentes, a las madres sin trabajo, o a los ancianos sin hogar, que hay números rondando que afirman que ellos ya no son “tan pobres”? ¿El presidente acaso? ¿quién?

Hagamos algo entonces: implementemos más programas de ayuda social (léase más), proyectos de responsabilidad social, y sensibilicémonos un poco con estas personas. “Todas las vidas valen lo mismo”, expresó el poderoso Gates en otro momento, hagámosle caso pues.

No nos sintamos mejor cuando nos digan que la pobreza se ha reducido, o nos expliquen con diagramas o barras que el porcentaje ha bajado mucho. No, sigamos nosotros en lo nuestro, ayudando, colaborando, aportando en cierta medida, porque hasta “que los números no digan lo contrario”, los niños seguirán vendiendo caramelos, sacudiendo los trapos con que limpian los carros; las madres y los ancianos pidiendo limosna, hasta que los números finalmente digan lo contrario. Nos leemos más tarde.

Sobre el autor

Por Spacio Libre

Este es el espacio de la redacción, el de las notas casi volteadas, coyunturales y que recogen parte de lo que ocurre día a día. Los demás informes son firmados por cada uno de los autores y respaldados por el equipo. Síguenos en @spaciolibre y www.facebook.com/spaciolibre.pe

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *