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Lima, Perú (Spacio Libre).- El día de hoy, en algo que parece no haber tenido el rebote necesario, Juan Carlos Valdivia en sus «Columnas Bizantinas» nos recuerda que el APRA para variar ha hecho lo que ha querido, y es que Javier Velásquez Quesquén debió renunciar a la presidencia del Congreso antes de asumir el premierato, pero parece que no lo hizo.

A continuación la columna.

COLUMNAS BIZANTINAS
Por: Juan Carlos Valdivia

QUE RENUNCIE VELASQUEZ QUESQUEN
Javier Velásquez Quesquén debió haber renunciado a la presidencia del Congreso como acto previo necesario para asumir la Presidencia del Consejo de Ministros. ¿Por qué a nadie le ha llamado la atención este hecho? ¿Es normal que una persona tenga la representación de dos poderes del Estado?

Que el presidente en ejercicio del Congreso asuma la Presidencia del Consejo de Ministros ya es una señal de que la separación de poderes que ordena nuestra Constitución, y es base de cualquier democracia, es letra muerta. Pero que Velásquez Quesquén se niegue a renunciar a la presidencia del Congreso para asumir la conducción de otro poder del Estado es un acto claramente inconstitucional.

Al momento de escribir estas líneas no se ha publicado en Normas Legales la renuncia de Velásquez Quesquén a la presidencia del Congreso, tampoco se ha publicado ninguna norma en donde el primer vicepresidente asuma la presidencia y se convoque a elección para completar la Mesa Directiva, tal como lo ordena el artículo 12° del Reglamento del Congreso. Y todo esto en las narices de la oposición, que ha sido víctima de las argucias y malas artes de Velásquez Quesquén, especialista en organizar mayorías en base a prebendas y arreglos bajo la mesa.

¿Cuáles son las consecuencias de que no haya renunciado a la presidencia del Congreso? Probablemente el Tribunal Constitucional determine que todos los actos de Velásquez Quesquén a la cabeza del Ejecutivo son nulos, y con ello el nombramiento de sus ministros, y todos los actos que se vengan produciendo en estos días. Todo por un capricho que al parecer sólo busca satisfacer vanidades, sin importar la separación de poderes ni el ordenamiento constitucional.

La democracia debe respetar las formas esenciales para su funcionamiento. Que el Congreso haya estado sometido al Ejecutivo no significa que puedan dejar al Legislativo descabezado mientras quien lo dirigía asume también la representación del Ejecutivo. La concentración de poderes tiene un nombre: dictadura. No lo olvidemos. Velásquez Quesquén debe regularizar su renuncia a la presidencia del Congreso.

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