
Conozco la izquierda desde mis tiempos de infancia, desde mis acercamientos a las campañas electorales de Alfonso Barrantes y Henry Pease por motivos netamente familiares, el activismo en casa me forjó ciertos ideales que hoy comparto con mi familia y que me llevan a estar donde estoy cada vez que hay algún tipo de movimiento social en el país.
Es más tengo muchos amigos y compañeros de ruta en la izquierda actual y en este combo multidinámico llamado Frente Amplio, resumida en la capital en la famosa Confluencia por Lima (nominaciones que se van dando de acuerdo al estado de ánimo de quienes lo mencionan). Esta cercanía seguramente hará que algunos de mis amixers se molesten o piensen que los estoy subestimando o que “estoy por encima de esto”, como alguna vez un viejo amigo de promoción me comentó en el Facebook.
Pero bueno, supongo que es menester de los amigos también decirnos las cosas como son, ya si tenemos razón o no será fruto de una mesa con chelas y alguno que otro bocadillo que lo acompañe.
El Frente Amplio y el Diálogo
Me llamó la atención ver en la foto del famoso diálogo del gobierno de Ollanta Humala con los movimientos políticos del país, a los representantes del Frente Amplio. Me llamó la atención porque la foto final fue muy parecida a la que se criticaba cuando el Apra llegó a Palacio a conversar con Juan Jiménez. Un montón de gente que, espero equivocarme, llegaba para aparecer en la foto.
Luego de eso me cuestioné más sobre la productividad del diálogo, cuando en verdad concretaron lo que habían adelantado días antes: la fila de temas que plantearon en esta inusual conversa. Propuestas que pasaron desde la reforma constitucional, hasta los derechos de la comunidad LGTB, la consulta previa, la criminalización de la protesta, hasta la renuncia del ministro Castilla (dicho sea de paso, después del Apra y el fujimorismo, son la tercera fuerza que ha pedido la salida de un integrante del gabinete en el diálogo).

¿Era este el espacio propicio para plantear toda la plataforma de la historia reciente en la izquierda peruana? ¿Era el momento para abarcar tanto y no apretar lo necesario? ¿Es la izquierda peruana una fuerza política tan potente como para proponer estos temas y tratar de cambiar desde una mesa con el gobierno las políticas de Estado que forman parte de un plan de gobierno propio?
¿Qué nos ha diferenciado del aprismo y sus pataletas en la mesa de diálogo? ¿o del fujimorismo que en la sombra de los reflectores apagados seguirá proponiendo el indulto del jefe de la banda? Es decir, que hemos hecho, desde la izquierda para diferenciarnos de las otras fuerzas políticas y proponer un diálogo serio y verdadero y no esa pantomima que se ha propuesto donde todos llegan a Palacio como si se tratase de parlamentar con un rey. Un diálogo donde la mejor parte es la fotito con la prensa al final de la jornada.
De otro lado, ¿es ese el papel que le corresponde a una izquierda que dicho sea de paso fue engañada y utilizada por quién hoy es el presidente de la República? ¿No sería mejor una izquierda fortalecida, con primarias y todo, desde una oposición pensante, con propuestas y manejando de alguna forma esa pequeña bancada (ni siquiera propia) al interior del Congreso?
¿No es acaso el lugar de la izquierda estar al frente en la oposición callejera, aquella que hace (debería hacer) temblar al gobierno? Son preguntas que de seguro tendrán que analizar y pensar los dirigentes de la izquierda peruana y seguro lo hacen, pero no entiendo aún ese afán por querer seguir en la foto, por intentar que siquiera un poquito de sus propuestas entren a un gobierno que casi pudo ser suyo.
¿Saben cuántas propuestas irán a la mesa de Humala? ¿Saben cuántos cambios ejecutados desde las propuestas de la izquierda se harán? Respuestas más que sencillas…
Pero primero lo primero, sobrevivir a la elección de noviembre en un concejo limeño que es muy probable terminen de perder después de esa extraña
componenda con el PPC, donde el partido de Lourdes Flores fue el neto ganador y que hizo casi desaparecer a las fuerzas de la izquierda en la Municipalidad que hoy deberá enfrentar a los “aliados” del frente por el No para mantener su poderío en el centro de Lima.
Así están las cosas, así está la izquierda, así está el Frente Amplio… luchando por seguir ahí…

