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Por: Francisco Pérez García

Nunca supe si las situaciones límites te llevaban en verdad a hacer un balance de todo lo que ocurrió en tu vida. Nunca lo supe hasta que me tocó vivir en estos días esa extraña sensación de haberse burlado de la muerte sin más argumento que un corte profundo y un sistema corporal medianamente sano para enfrentar un momento intenso.

Estar tan cerca del límite te hace revisar lo que hiciste, lo que no has hecho y lo que podrías hacer. Revisar tus aciertos, revivir tus errores, hacer un listado de la gente que ayudaste o que te quiere y de los corazones que partiste por cualquier motivo de los grandes desarreglos que no se pueden reparar con una máquina del tiempo inexistente.

Simplemente, es motivo de reflexión, de darle vuelta a tus años de vida y pensar que debes ponerle más punche a ciertas cosas. Definitivamente la experiencia que me ha tocado vivir no se la deseo a nadie, producto del más estúpido sistema burocrático en salud y la incapacidad e indolencia de un granuja que se puso un mandil de doctor y se limpió con el juramento hipocrático, por el simple hecho de no asumir una responsabilidad grande (algún día escribiré de eso pero hoy no).

A algunos les parecerá exagerado, pero el hecho de pensar (luego de salir de la parte más difícil del post operatorio) que no pasaría la Navidad al lado de los míos, me hizo temblar, temer, me tiró en la depresión más profunda y simplemente rogué (literalmente) para que eso no ocurriera. Mis propias creencias fueron puestas a prueba, nunca sentí tan cerca esa sensación de mirar al techo, cerrar los ojos y pedir un manto protector de un dios que creí lejano por mucho, y además recordar a quienes hoy están en el cielo para que me den una mano.

Hoy estoy de vuelta en mi mundo. Aún no al 100% pero estoy regresando de a pocos, encontrándome conmigo mismo y sintiendo que en lo peor es posible incluso rencontrarse con esa fe que parece por años enterrada en algún oscuro lugar del corazón.

Mi esposa, mi hijo y mis padres han jugado un papel fundamental para esto. Decía una canción que todo lo que necesitas es amor… y lo he comprobado. Sin el apoyo fundamental de ellos no hubiera podido estar aquí y mucho menos escribir estas líneas, que espero sepan disculpar el protagónico “yo” de esta columna… pero necesitaba hacerlo, necesitaba desfogar.

¿Y el 2013?

Se vienen grandes retos. Hemos recuperado un proyecto súper interesante que a pasos agigantados se convierte en una realidad. Dejar la conducción de Spacio Libre fue una decisión difícil, pero no he podido dejarla al 100%, la vitalidad y la energía de un grupo de muchachos ha hecho que no me despegue de esta pasión que es el periodismo, por más que mis destinos me hayan llevado a otro reducto laboral, las ganas por hacer un periodismo distinto están ahí y fueron explotadas por un equipo fantástico.

Estamos a punto de dar el gran paso, de instalarnos en una redacción, con equipos propios, poquitos pero nuestros, con ganas de seguir corriendo, de crecer y de demostrar que en el país, si se puede hacer periodismo sin necesidad de maletear, mentir o venderse al mejor postor.

Somos (son) jóvenes que creen que hacer periodismo es viable, que se puede dejar de lado el lucro para poder gritarle a la sociedad que hay temas que están ahí que la “inclusión social” no es sólo un mensaje bonito por fiestas patrias o que la “gran transformación” se dará cuando nos demos cuenta que existen derechos por respetar, heridas por sanar y brechas por disminuir.

Es nuestro humilde grano de arena para mejorar esta sociedad y que sirve para sentir que estamos haciendo algo. Por eso Spacio Libre promete harto para este 2013.

No puedo terminar el año sin agradecer al tremendo equipo que hace posible que esto siga adelante: A Jack y Jorge por convencerme que podíamos seguir adelante cuando la crisis nos cayó de golpe y parecía que todo se terminaba y por su espíritu guerrero. A Medallit por su inesperado apoyo y su emoción trepidante en cada cosa que hace, cada comisión que cubre y cada locura que planeamos. A Jaime por sus “sólidos” aportes y por sus ganas de poner esa mente extraordinaria al servicio del equipo. A Mario por sus ideas y auto motivaciones para hacer sus comisiones y estar siempre presente. A Javier por su genial talento para lo cultural y por sus ganas de darle la contra a todo. A Vilma por su reciente y fresca aparición y su confianza en el proyecto.

A David por su talento gráfico. A Karol por estar y por saber que volverá. A Kathy, Carla, Martín por aparecer y colaborar con sus aportes. A nuestros columnistas, a los que están, los que se fueron, y los que volverán… gracias por confiar en nosotros y por cultivar más nuestro Spacio…

A ustedes por la paciencia de leernos e identificarnos… porque queremos ser más que una página, queremos ser más que un medio… queremos ser el SPACIO LIBRE para poder tratar todo lo que los demás no quieren o les duele…. Simplemente GRACIAS

FELIZ AÑO 2013… y que viva el Perú.

Sobre el autor

Por Spacio Libre

Este es el espacio de la redacción, el de las notas casi volteadas, coyunturales y que recogen parte de lo que ocurre día a día. Los demás informes son firmados por cada uno de los autores y respaldados por el equipo. Síguenos en @spaciolibre y www.facebook.com/spaciolibre.pe

2 comentario sobre «PLAN D´ESCAPE. Reflexiones (muy personales) de un fin de año intenso»
  1. Hola Francisco me da mucho gusto leer tus columnas y saber cual es la línea que has seguido, espero poder establecer comunicación.

    Saludos

    Lorena Ruiz (del cole Ntsra Señora de la Asunción-época de la primaria)

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