Organizaciones indígenas denuncian desinterés del Estado para combatir al narcoterrorismo
Los pueblos indígenas alejados de Lima y de la mentalidad gobernante / Foto: Servindi

Organizaciones indígenas denuncian desinterés del Estado para combatir al narcoterrorismo

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Foto: Internet

Lima, Perú (Spacio Libre).- Organizaciones indígenas de la selva central denunciaron ante el presidente de la República, Ollanta Humala, actividades narcoterroristas que se han se expanden desde Ciudad Constitución a valle del Pichis, causando temor y malestar entre las comunidades.

La fuerzas de Armadas y Policiales no brindan confianza entre los pobladores porque son testigos de consecutivas acciones «que rayan con la corrupción y el abuso», como los amenzas a los jefes de las comunidades para obligarlos a sembrar coca o facilitar aeropuertos clandestinos bajo amenza, según el clamado de ayuda en carta abierta dirigida a Humala

«Este documento fue suscrito por la Asociación Regional de los Pueblos Indígenas de la Selva Central (ARPI S.C.) y sus federaciones aliadas : Central de Comunidades Nativas de la selva Central (CECONSEC), Asociación de Nacionalidades Asháninkas del valle del Pichis (ANAP) y Unión Asháninka del Valle de Pangoa (KANUJA).

Así como también, el Consejo de Comunidades Asháninkas del Valle de Marankiari (CONAVAMSAT), la Federación de Comunidades Nativas del Bajo Perené (FECONABAP) y la Organización Asháninka del Río Apurímac (OARA)

Violencia y abandono

En los primeros meses del 2012 se han incrementado el clima de violencia, y pobladores indígenas comienzan a recordar momentos traumáticos ocurridos en décadas pasadas. Los ataques narcoterroristas han provocado muertes, heridos y mutilados entre miembros de las fuerzas armadas y policíales.

La gran cantidad de sembrado de coca se realiza de la mano con grupos terrorista como Sendero Luminosos, el cual sirve con comodidad a los intereses del narcotráfico.

Un factor clave de todo este problema son las operaciones fallidas de las fuerzas armadas y policiales, «que que pretenden derrotar al terrorismo sin el apoyo de los Ovayerite (guerreros) asháninka organizados en comités de autodefensa»

El documento también señala que el estado ha abandonado a los miembros activos de los comités, por ello, «sirven en condiciones muy deplorables»; y reclama que a pesar de todos los esfuerzos de los indígenas que han hecho para llamar al estado, no han recibido una respuesta clara con iniciativas de colaboración.

El ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, se comprometió en analizar  -hace 20 días- la propuesta indígena y mantenerse en contactos con las organizaciones pero hasta ahora no han recibido alguna comunicación o respuesta.

Más de 30 comunidades indígenas desaparecieron…

En la selva centro los pueblos indígenas fueron principales víctimas de los ataques terroristas en los años ochenta. Cálculos muestran que durante esos años han desaparecido entre treinta y cuarenta comunidades indígenas.

La Comisión de Verdad y Reconciliación (CVR), registra 10 mil indígenas aproximadamente desplazados contra su voluntad en los valles del Ene, Tampo y Perené; 6 mil indígenas fallecidos y cerca de 5 mil cautivos en la agrupación genocida Sendero Luminoso.

La lucha del pueblo indígena contra el terrorismo

Para combatir a Sendero Luminoso se creó en 1989 el Ejército Ashéninka en el Gran Pajonal. En diciembre del mismo año el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) asesina al Pinkatzari Alejandro Calderón. Tras este hecho su hijo Alcides Calderón » decide restituir a los Ovayeri»

Los Ovayeri ( guerros asháninkas) fueron designados al mando de los pirishikos, “últimos depositarios de los invenki de la guerra y las técnicas de combate ancestral” como indica el comunicado.

Estos guerreros del Pichis se movieron hasta Puerto Bermúdez y tomaron la zona, de esta manera en una acción valiente y en conjunto desalojaron al MRTA del lugar. Después se conformaría el Ejército Asháninka de Perené, y en 1990 se constituye el Comité de Defensa de Río Tambo.

Por todo lo expuesto, y mucho más se debe valorar la determinación y el gran esfuerzo de los indígenas de la selva central, así como la sangre derrama y el sacrificio de los antepasados de estas comunidades por brindar paz a su pueblo. 

Por: Jorge M. Weston / @JorgeMWeston

Con información de  Servindi

 

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