INFORME. ¿Invitó el gobierno peruano a un acusado de genocidio a la Cumbre ASPA?
Foto: The Guardian

INFORME. ¿Invitó el gobierno peruano a un acusado de genocidio a la Cumbre ASPA?

Compartir
Foto: The Guardian

Por: Francisco Pérez García / @franco_alsur

La Tercera Cumbre de jefes de Estado de Sudamérica y Países Árabes (ASPA) terminó y dejó acuerdos entre ambas regiones y una firme intención del gobierno peruano de establecer vínculos y fortalecer negocios con varios de los países del medio oriente.

Sin embargo, la Cumbre ASPA deja varias cosas para la anécdota, algunas interesantes, incluso cómicas pero otras no tan cómplices de una sonrisa socarrona o de una espalda resentida, sino que podría generar más de una llamada de atención en la cancillería peruana.

Como se sabe, a la cumbre asistieron mandatarios y/o cancilleres de casi todas las naciones vinculadas a UNASUR y la Liga Árabe, excepto Paraguay y Siria, rechazados de sus respectivos bloques por cuestiones ya conocidas.

Entre los países invitados se encontraba Sudán, que estuvo representado por su embajador en Brasil, quien participó en las reuniones y estuvo en las fotos oficiales del evento.

Sin embargo, la invitación oficial que salió desde el gobierno peruano habría estado dirigida a Omar Hassan Al-Bashir, presidente de esa nación. Situación que no habría tenido nada de particular si es que Hassan Al-Bashir no tuviera lo que los peruanos llamamos un «anticucho», que de agradable no tiene ni una pizca.

Según el diario «Sudan Tribune», Omar Hassan Al-Bashir «tiene una orden de detención pendiente dictada por la Corte Penal Internacional (CPI), que hace que los estados miembros de la corte, entre ellos el Perú, estén obligados a detenerlo si es que pone un pie en sus territorios».

Consultados por dicho medio, funcionarios de la cancillería confirmaron que Hassan Al-Bashir fue «invitado por razones de protocolo», un protocolo bastante particular que invita con todos los honores del caso a un mandatario que atentó contra los derechos humanos de su propio pueblo.

El Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Católica señala que «La Corte Penal Internacional (CPI) ha hecho historia el 04 de marzo de 2009, al ordenar por primera vez el arresto de un jefe de Estado en ejercicio. Esta decisión implica un importante cambio en la figura de la inmunidad de un presidente de Estado en ejercicio, la que había resultado inviolable hasta este momento».

Señala la citada institución que:

«Omar Hassan Ahmad Al-Bashir, es presidente de Sudán desde 1993 y de quién existirían fundamentos suficientes para considerarlo criminalmente responsable de dirigir ataques directos e intencionales contra una parte importante de la población civil de la provincia de Darfur, como coperpetrador indirecto o coperpetrador.

En dichos ataques se ha asesinado, exterminado, violado, torturado y transferido por la fuerza a gran número de civiles, así como también se ha saqueado su propiedad. De este modo, la responsabilidad de Al Bashir gira en torno a la comisión de crímenes de guerra y de lesa humanidad, desestimándose el cargo de genocidio por falta de pruebas.

En Darfur se han dado enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno sudanés, las milicias progubernamentales y los movimientos rebeldes, ocasionando la muerte de al menos 200.000 personas y el desplazamiento de más de 2,5 millones desde el año 2003 hasta la actualidad».

Cabe señalar que el 31 de marzo de 2005, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 1593, por la que remitió al Fiscal de la Corte Penal Internacional la situación en Darfur para su estudio, determinando que lo acontecido en Sudán continuaba constituyendo una amenaza para la paz y la seguridad internacional.

Rechazado en la Cumbre ASPA anterior

Los funcionarios de cancillería citados por el Sudan Tribune evitaron dar declaraciones sobre la orden de detención que pesa sobre el presidente de Sudán y tampoco supieron explicar como se actuaría en caso llegara a Perú.

Parecían no recordar que en la cumbre anterior realizada en Doha el jefe de Estado sudanés se encontró con momentos embarazosos cuando los presidentes de Brasil y Argentina se negaron a sentarse o aparecer con Bashir en la foto grupal.

¿Conocían estos antecedentes los funcionarios de Cancillería? ¿El gobierno peruano fue consciente que invitaba a la cumbre y a su país a una persona acusada de genocidio? ¿Qué repercusión política habría tenido en el país recibir a una persona procesada por delitos de lesa humanidad cuando enfrenta toda una tensión por el posible indulto a un exmandatario sentenciado por este tipo de delitos?

Hasta el momento la cancillería peruana no ha respondido al pedido de información solicitado por Spacio Libre para saber si invitaron al presidente de Sudán y por qué lo hicieron.

Sobre el autor

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *