La lucha contra la desnutrición crónica y la anemia infantil sigue siendo una prioridad crucial en Perú. Aunque persisten desafíos significativos, especialmente en las zonas más vulnerables, existen esfuerzos que buscan generar impactos positivos en la nutrición y la salud de nuestra niñez, en especial durante la primera infancia, la etapa de la vida que va desde el nacimiento hasta los primeros cinco años de edad.
La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la principal fuente de datos en Perú sobre esta temática, ha mostrado cómo la desnutrición crónica en niños menores de cinco años afectó al 12.2% de esta población en el primer trimestre de 2024.
Las disparidades regionales son notables: Huancavelica registró una prevalencia del 26.1% en 2023, seguida por Loreto (21.7%) y Amazonas (19.9%). Es importante destacar que, si bien las áreas rurales han sido tradicionalmente las más afectadas, el ámbito urbano también ha visto un aumento, pasando del 6.8% al 8.3% entre 2021 y el primer trimestre de 2024
La anemia infantil sigue siendo un desafío importante, afectando al 43.7% de los niños menores de tres años según la ENDES 2024, con una prevalencia del 48.4% en áreas rurales y 36.7% en zonas urbanas. Puno, por ejemplo, registró una alta cifra del 70.7% en 2024.
Estas condiciones no solo impactan la salud física, sino que también limitan el desarrollo cognitivo y el rendimiento académico de los niños, lo que subraya la importancia de intervenciones efectivas para construir un futuro más prometedor.

Factores claves sobre la nutrición infantil
La malnutrición infantil es un problema que aborda múltiples factores. La inseguridad alimentaria, que afectó al 51.7% de la población peruana en 2023 es un factor determinante. Sin embargo, más allá de la disponibilidad de alimentos, inciden factores como la insuficiente ingesta de nutrientes, condiciones socioeconómicas deficientes y la falta de acceso a servicios básicos como salud y saneamiento.
La relación entre saneamiento y nutrición es crucial: un acceso adecuado a agua potable y saneamiento puede reducir la desnutrición crónica infantil en un 30%, y el acceso a agua potable disminuye en un 9.6% la posibilidad de anemia. Estos datos subrayan la importancia de un enfoque integral que vaya más allá de la provisión de alimentos.
El Estado peruano ha implementado programas importantes a través de los diversos gobiernos de los últimos 20 años, pero la ausencia de una política de seguridad alimentaria a largo plazo y las limitaciones logísticas en la distribución de ayuda siguen siendo retos que requieren la colaboración de diversos actores, en especial de la sociedad civil.

Banco de Alimentos Perú: 11 años de impacto en la nutrición y el bienestar infantil
¿Cómo puede la sociedad civil hacer incidencia o actuar para enfrentar los efectos de la desnutrición infantil? La experiencia del Banco de Alimentos Perú (BAP) contribuye desde hace 11 años, a aminorar en algo los efectos de este mal. Su labor de rescate y distribución de alimentos, la ha consolidado como una organización pionera en el alivio del hambre y la lucha contra la inseguridad alimentaria.
Su misión es clara: «Aliviamos el hambre a través de la recuperación de alimentos y productos aptos para el consumo o uso; e implementamos proyectos de impacto con altos estándares de gestión y calidad con comunidades en situación de vulnerabilidad alimentaria.»
El modelo del BAP es altamente eficiente: rescata excedentes de alimentos y productos de primera necesidad de empresas productoras y distribuidoras para redistribuirlos a poblaciones vulnerables. Esta estrategia no solo combate el hambre, sino que también reduce significativamente el desperdicio de alimentos.
De acuerdo a la información brindada por el Banco de Alimentos los resultados que se aprecian son los siguientes:
- En 2024, se recuperaron más de 8,500 toneladas de alimentos y productos, distribuidos en 23 regiones del país.
- En el primer semestre de 2025, ya se han rescatado más de 4,300 toneladas, demostrando la continuidad y escala de su impacto.
Este éxito se apoya en un marco legal favorable, como la Ley N° 30498, que promueve la donación de alimentos ofreciendo beneficios fiscales y eximiendo a los donantes de responsabilidades, incentivando así la donación responsable.
En cuanto a la población beneficiaria, en 2024, el BAP atendió regularmente a aproximadamente 200 mil personas a través de más de 1,900 organizaciones sociales. Estas incluyen comedores populares (60%), ollas comunes (4%), albergues (8%), centros de servicio educativo y de protección (7%), y otras organizaciones (21%). En el primer semestre de 2025, el impacto continuó, llegando a más de 180 mil personas mediante 1,600 organizaciones sociales.
Los tipos de alimentos rescatados son variados y nutritivos:
- En 2024: 55% frutas y verduras, 13% bebidas, 8% abarrotes, 6% panadería/pastelería, 5% lácteos y derivados, 4% proteínas, 2% agua, 2% comidas preparadas y 1% confitería.
- En el primer semestre de 2025: 47% frutas y verduras, 18% bebidas, 8% abarrotes, 7% panadería, 5% lácteos, 5% proteínas, entre otros. Esta diversidad es clave para una dieta equilibrada.

Fortalecimiento de la nutrición infantil y prevención de la anemia
El Banco de Alimentos Perú va más allá del rescate y la distribución de alimentos. La organización desarrolla proyectos focalizados de alto impacto en comunidades con alta vulnerabilidad alimentaria. Estos proyectos tienen objetivos claros para romper los círculos de pobreza y la inseguridad alimentaria, con un enfoque especial en la población infantil:
- Asistencia Alimentaria Complementaria: Asegurar que los niños y sus familias reciban alimentos nutritivos.
- Fortalecimiento de Capacidades: Capacitar en gestión, liderazgo comunitario, seguridad alimentaria y nutrición infantil a lideresas y padres de familia.
- Equipamiento Esencial: Proporcionar equipos cruciales a comedores y ollas comunes, mejorando las condiciones de preparación de alimentos.
- Ideas de Negocio: Impulsar la sostenibilidad de las comunidades a través de la implementación de ideas de negocio.
Durante los últimos 5 años, el BAP ha ejecutado más de 8 proyectos de alto impacto en distritos de Lima Metropolitana (Ancón, Santa Rosa, Puente Piedra, Pachacámac, San Juan de Miraflores, Lurigancho – Chosica, San Juan de Lurigancho, Ate), Ventanilla y Mi Perú en el Callao, así como en Ica, Chincha y Pisco. A través de estos proyectos, se ha impactado positivamente a más de 500 organizaciones sociales, atendiendo aproximadamente a 33 mil personas y capacitando a más de 1400 personas entre lideresas y padres de familia.
Un Aporte Nutricional Decisivo para la Niñez
Los alimentos proporcionados por el BAP cubren aproximadamente el 20% de la energía y macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) de la población general. El aporte nutricional promedio por persona es de 306 Kcal, 11.8 gr de proteínas, 51.8 gr de carbohidratos y 8 gr de grasas, lo que complementa significativamente la ingesta nutricional de los beneficiarios.
Crucialmente, para la población infantil, los kits de alimentos nutritivos están enfocados en la prevención de la anemia, incluyendo productos como sangrecita enlatada, conserva de pescado, arroz fortificado, menestras y cereales fortificados. Estos kits aportan el 50% de las recomendaciones de energía y macronutrientes, y un impresionante 90% de hierro, vital para combatir esta condición.
Resultados Positivos en la Lucha contra la Anemia Infantil
Desde hace 2 años, el BAP ha intensificado su trabajo en proyectos específicamente diseñados para la prevención de la anemia en niños y niñas. Estos proyectos se implementan en comedores y ollas comunes de su red y cuentan con una metodología integral:
- Tamizajes de hemoglobina: Realización de pruebas iniciales y finales para medir el impacto.
- Kits de alimentos ricos en hierro: Entrega mensual de kits que complementan la alimentación regular de los niños.
- Capacitaciones a padres: Formación sobre prevención de la anemia y desarrollo infantil.
- Acompañamiento constante: Reforzamiento y seguimiento por parte del equipo de nutrición del BAP.
Estos proyectos han atendido directamente a cerca de 400 niños y niñas en 3 distritos, logrando no solo prevenir la anemia, sino también reducir en un 50% los casos de anemia detectados. Este es un dato extremadamente positivo que demuestra el impacto directo y medible de las intervenciones del Banco de Alimentos Perú en la salud infantil.
Propuesta como agente de cambio
En un país donde el trabajo estatal se ve opacado por la coyuntura y el escándalo mediático. el trabajo de organizaciones como el Banco de Alimentos Perú se manifiesta como un agente de cambio para abordar la inseguridad alimentaria y, crucialmente, mejorar la nutrición infantil. Su enfoque en el rescate de alimentos, la diversificación de dietas y, especialmente, sus proyectos focalizados en la prevención de la anemia con resultados medibles, son un testimonio de su impacto positivo y de la posibilidad de un futuro más saludable para los niños y niñas del Perú.
El trabajo del BAP con sus socios, la capacitación a padres de familia y la provisión de alimentos estratégicos ricos en hierro están marcando una diferencia real. Al reducir a la mitad los casos de anemia en los niños beneficiarios, la organización no solo está mejorando indicadores de salud, sino que está abriendo puertas a un desarrollo pleno, un mejor rendimiento escolar y una vida con mayores oportunidades para miles de niños. Este modelo de colaboración y compromiso es una luz de esperanza en la lucha por la nutrición infantil en Perú.
La Logística de la Esperanza
El Banco de Alimentos Perú y su impacto en la nutrición infantil
El Desafío Nacional: La nutrición infantil en cifras
Perú enfrenta retos significativos en la nutrición de sus niños. La desnutrición crónica y la anemia son barreras críticas para el desarrollo pleno, con un impacto mayor en las zonas más vulnerables del país.
Afecta a niños menores de 5 años, limitando su crecimiento y potencial (ENDES 2024).
Prevalece en niños menores de 3 años, impactando su desarrollo cognitivo (ENDES 2024).
La Misión: 11 años rescatando alimentos
Desde hace más de una década, el Banco de Alimentos Perú (BAP) lidera una operación pionera para aliviar el hambre, rescatando alimentos aptos para el consumo y evitando el desperdicio a una escala masiva.
Alimentos y productos de primera necesidad distribuidos en 23 regiones del país.
Asegurando la continuidad de un impacto social y medioambiental vital.
¿A quiénes llega la ayuda?
En 2024, BAP atendió a cerca de 200,000 personas a través de una red de más de 1,900 organizaciones sociales. La distribución se enfoca en los puntos más críticos de la cadena de ayuda comunitaria.
Nutrición en cada entrega
La composición de los alimentos rescatados es clave. En 2024, más de la mitad fueron frutas y verduras, garantizando un aporte nutricional fundamental para el desarrollo infantil y familiar.
El impacto decisivo: Proyectos enfocados en la niñez
BAP va más allá de la distribución. Sus proyectos de alto impacto se centran en la raíz del problema, con programas de capacitación y entrega de kits nutritivos diseñados específicamente para prevenir la anemia infantil. Los resultados son transformadores.
Logrado en los casos detectados entre los casi 400 niños participantes de los proyectos de prevención.
Aporte Nutricional de Kits Infantiles
Del requerimiento diario recomendado.
Del requerimiento diario para combatir la anemia.
El Modelo BAP: Un círculo virtuoso
1. Rescate de Alimentos
Recuperación de excedentes de empresas y distribuidores.
2. Redistribución
Entrega a más de 1,900 organizaciones sociales aliadas.
3. Impacto y Desarrollo
Ejecución de proyectos de nutrición, capacitación y sostenibilidad.
