
*** EDITORIAL *** / @spaciolibre
Nadie discute la buena intención que ha tenido la alcaldesa de Lima Susana Villarán, de querer implementar una nueva forma de hacer política, basada en dos pilares fundamentales: la honradez y la ausencia de la mañosería propia de políticos más curtidos. Entendiendo por mañosería, la capacidad del doble discurso, el ataque artero y el golpe bajo.
Hasta ahí: bienvenido sea el nuevo estilo. Hasta podría decirse que esos modales, tanto de Villarán como de sus principales lugartenientes, les permitió ganar (por un pelito) las elecciones municipales.
Sin embargo, la coyuntura no da para seguir haciendo el papel de estar con una bandera blanca, sonreírle a la cámara y de paso a los rivales de turno y hacerles una simple caricia que los pone atentos al nuevo vaivén de la primera alcaldesa elegida por voto popular en Lima.
La revocatoria, con sus virtudes y defectos, constituye (en democracias mejor establecidas) un instrumento de evaluación de las autoridades elegidas por la ciudadanía. Sin embargo en nuestra Lima, este proceso que debió ser una consulta popular, se ha convertido en un maléfico escenario donde las palabras vienen acompañadas con gestos que definen en el colectivo de la gente, quién es el que tiene más cancha en una contienda política.

Porque eso es lo que está ocurriendo en la “Ciudad de los Reyes”, una contienda política para elevar el ego de algunos que se han plegado a la pelea y enriquecer los apetitos económicos de quienes se han sentido vejados por el estilo honrado que Villarán ha pretendido ejercer.
Sin embargo, ni Villarán ni sus aliados de Fuerza Social y la izquierda que la acompaña se han dado cuenta que están en un escenario donde se debe andar con el cuchillo entre los dientes. Un escenario donde está prohibido seguir apareciendo como los buenitos de la historia y el cuento de hadas, donde los “turbios” son las hadas malignas disfrazadas de brujas que pretenden acabar con la heroína del cuento.
Tan alejados están de ese escenario político, que no logran entender que a la población que repudia a la gestión se llega no con “memes”, ni con campañas creativas por Facebook o Twitter, sino que hay que enumerar todo lo que se ha hecho, decirle a la gente que están construyendo escaleras, que han hecho hospitales, que han arreglado miles de metros cuadrados de pistas, que han construido lozas deportivas, que les han mejorado sus parques zonales, que están trabajando por mejorar el caótico transporte, que se está mejorando el sistema de mercadeo en la ciudad, que se está trabajando con la Policía para cuidar a sus hijos, entre otros aspectos positivos de la gestión.
Además de eso, los que integran el comité de campaña para evitar la revocatoria, deben entender que no podrán captar con letreros en formato vintage, casi hipsters y con mensajes poco claros a una población que encima no se deja atraer con artistas que en algunos casos no le son conocidos.

Si a esto le sumamos que la alcaldesa de Lima, quiere seguir llevándose bien con todos, no ejerce su rol de lideresa de una agrupación y no le pone siquiera un poco de picante a sus declaraciones POLÍTICAS entonces no podrá generar alguna corriente de simpatía por parte de personas que están acostumbradas a ver a su autoridad firme, ojo no decimos dictatorial y autoritaria sino firme.
Otro punto débil, a nuestro entender, que rodea a Susana Villarán es que a comparación de los apristas, los solidarios y los fujimoristas, ni Fuerza Social ni sus aliados tienen a esos íconos que puedan salir a demarcar la cancha con sus declaraciones, ese elemento que pueda salir a “guerrear” como lo hace Mulder, Patricia Juárez o Martha Moyano.
Una sugerencia interesante en ese aspecto, sería permitir que la regidora Marisa Glave tenga más contacto con los medios, que saque el carácter de la activista oenegera que luchaba contra la gran minería contaminante, y que tiene el discurso por los Derechos Humanos en pie, la que debatía durante la campaña y la que tiene la sangre suficiente para liderar un plantón y una marcha.
No contribuye a la causa del NO, algunas alianzas que hacen temblar un poco. Juntarse con un personaje como César Acuña, cuestionado por múltiples denuncias y con un pedido de vacancia a cuestas, no sirve. Más aún cuando es un caudillo político sólo en Trujillo más no en Lima. Tampoco ayuda tomarse una foto con Kina Malpartida (campeona y todo, pero evasora de las reglas) ni con un personaje farandulero como Monique Pardo, que más bien le da un tono poco serio a la intención de captar votos.

Finalmente, no apoya para nada a la lucha por el municipio, el hecho que la alcaldesa aparezca en entrevistas con periodistas que la apoyan en demasía, como Álvarez Rodrich o Rosa María Palacios que tienen todo el derecho y se les felicita por ello de tomar una posición en este caso (cosa que deberían hacer todos los periodistas que tienen un espacio, tal como lo ha hecho Philip Butters a favor de la revocatoria o como creemos en Spacio Libre, que con sus errores y aciertos la alcaldesa debe continuar y terminar su período).
¿Se imaginan a una Susana Villarán en una entrevista con Aldo Mariátegui? Pero una entrevista, con las cifras claras, con el carácter bien puesto, lista para confrontar a su crítico más acérrimo en medios, sin la sonrisita y la actitud de maestra de escuela, sino como la política y periodista que es. Sin duda sería un golazo, porque podría poner en su sitio, sólo con los hechos, a un personaje que peca de majadero y malcriado. Sin embargo, no lo hace, tal vez aconsejada por sus asesores, tal vez porque no quiere que la gente la vea molesta y dejar de lado ese carácter de la política bondadosa.
Señora Villarán, señores de Fuerza Social, señores asesores, queda casi un mes para que se decida el futuro de las autoridades de la ciudad, es hora de cambiar el carácter, es hora de asumir que esto ya no es la lucha entre la decencia y la corrupción, entre buenos y malos: Esto señores, es una batalla política, es el preámbulo para el 2016 y la revocatoria es la oportunidad de varios actores para salir a la palestra… que no sean ellos los ganadores, sino usted señora alcaldesa. HAGA ALGO SEÑORA VILLARÁN.

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