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Foto: El Comercio
Por: Susana Chavez (Promsex)

Soy de las que piensan que a Ruth Sayas no la mató el rating, sino personas que ella conocía y probablemente confiaba que nunca le harían daño, pero que se atribuyeron el derecho de darle una lección acabando con su vida. Pues tal como algunos señalan, su muerte no ocurrió aquel fatídico día que fue interceptada por sus asesinos, sino mucho antes, cuando en un programa concurso, ella decidió contar sus más “turbios y temidos” secretos a cambio de dinero.

Bajo estas premisas hay dos temas de análisis:
a) Un programa de televisión, cuyo éxito se basa en desnudar a la gente, pero cuyos participantes son principalmente mujeres y como tales, buena parte de sus preguntas están orientadas a saber si engañaron o no a sus maridos o si alguna vez, se vendieron por sexo.

b) Una muerte provocada por exponer públicamente algo que jamás debió contar en su vida pues con ello, “ofendía” más que a su familia, a los hombres que se sentían sus dueños, pues solo así uno se puede explicar un odio tan brutal.
Respecto al primer punto, coincido que este programa no es diferente a la mayoría de programas basura de la televisión, cuyo éxito se basa en hacer escarnio público de las personas que acuden allí por alguna necesidad y que coincidentemente, la mayoría de sus participantes son mujeres. El morbo de una producción y un público ávido de sensacionalismo es la combinación perfecta para que un programa sea el más visto y en ello, desde mi punto de vista, no hay ninguna diferencia entre el programa de Laura y el de Beto.

Sin embargo, no creo que el programa sea el responsable de la muerte de Ruth y asumir ello, tendría consecuencias muy nefastas para las mujeres, porque estaríamos aceptando de manera muy sutil la idea de que Ruth merecía ser asesinada.

Estoy segura de que si Ruth hubiese sido hombre y hubiese declarado que se vendió por sexo, nada hubiese pasado y muy al contrario, habría tenido su minuto de fama y ya habría engrosado la lista de personajes de la farándula. El problema de Ruth es haber dicho lo mismo, siendo mujer y lo que hubiese sido un éxito en los hombres, en ella fue objeto de reprobación y de repudio.

Bajo esta premisa, la muerte de Ruth no es diferente al de otras miles de mujeres que son asesinadas por el hecho de ser mujeres y aunque hoy en día existan mujeres exitosas, no significa que las cosas hayan cambiado para la mayoría, pues aún la condición de género de las mujeres, continua otorgando desventajas, incluyendo una menor valoración de sus vidas. Solo así se puede entender porque las mujeres tienen menos posibilidades de educarse, menores oportunidades laborales, están más expuestas a ser víctimas de violencia sexual y sus muertes sigan siendo explicadas por los celos, por no cumplir las reglas o por no ser una buena esposa. Ruth no murió por salir en televisión, a Ruth la mato un hombre que creyó ser dueño de su vida y porque hay una sociedad que refuerza esta desvaloración de las mujeres y hay un Estado que así lo permite.

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Por Spacio Libre

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