Chosica, las dos caras de una misma moneda y el desdén de una autoridad «eterna»

Por: Javier Contreras Martínez/ @Javiperiodismo y Enzo Alminagorta Via y Rada/ @EnzoAlminagorta

Estimado lector, si al leer el titular de esta nota, usted trae a su mente la imagen de un monumento que se eleva entre las casas, imponente, así como este:

O quizás, de un parque repleto de turistas, iluminado por los cuatro extremos y bien resguardado por un fuerte contingente de serenos.

Permítanos informarle, que no conoce la verdadera realidad de Chosica. Este distrito, conocido por su cálido clima de verano que perdura durante todo el año, y cuya actividad económica fundamental es el turismo y sus derivados (restaurantes, clubs campestres, discotecas, hoteles y hostales, bares, etc), se extiende y colinda por el norte y el este con la provincia de Huarochi.

Spacio Libre, fue a la otra Chosica, a donde no llegan los turistas (ni la presencia de un alcalde enquistado en el sillón municipal hace ya 20 años) y estas fueron las imágenes, casi de película, que encontramos:

Las fotos antes expuestas, corresponden al centro poblado de La Florida, en Cajamarquilla, aquí no hay agua potable ni desagüe, la luz eléctrica es racionada, no hay pistas, mucho menos veredas, tampoco presencia policial ni de serenazgo. Aquí lo que abunda, es la basura, la delincuencia y la inseguridad.

Intentamos conversar con los pobladores de esta zona, para que fueran ellos mismos quienes expliquen sus necesidades, pero todos evitaron dar declaraciones, por temor a represalias. «Todos los que han hablado han terminado o golpeados o muertos», nos dice un vecino desde dentro de su casa.

Logramos acceder a conversar con un poblador, cuya identidad no revelaremos para protegerlo.

¿Este centro poblado pertenece a Chosica?

Claro que sí, aunque usted no lo crea. La Florida y todo Cajamarquilla pertenece a la jurisdicción de Lurigancho – Chosica y del alcalde Luis Bueno, solo que como acá no llegan los turistas no se preocupa por nosotros.

Cuéntenos, cuáles son sus principales necesidades…

Aquí no llega agua potable, tenemos que comprar al aguatero que viene todos los lunes y que vende al precio que quiere. Tampoco tenemos desagüe, muchos postes de luz están malogrados y aunque llamamos a la empresa eléctrica, no vienen a reparar. El camión de la basura pasa 1 vez a la semana y eso, a veces. Hay otras que se olvida y no vienen hasta en quince días o más.

Otro punto es el tema de las pistas, el señor Bueno, cuando estuvo de campaña en los dos últimos procesos, llegó hasta aquí y se comprometió a poner asfalto, pero hasta ahora no cumple su promesa.

Que no haya pista, ni alumbrado público, influye en el tema de la seguridad.

Sí, ya da miedo caminar de noche, en las esquinas hay drogadictos y como ya no hay moto, hay que venir caminando desde la avenida (carretera principal) y ya han robado a vecinos. Es muy peligroso. A veces viene el serenazgo a patrullar, como estos meses, porque Lucho (Bueno), está de campaña para reelegirse, pero después que se quede volverá a desaparecer.

Usted, quién cree que tiene la culpa.

Yo creo que el alcalde, que solo se preocupa por adornar el centro de Chosica, nosotros también somos Chosica y necesitamos que venga y se preocupe por nosotros. Ya hemos hecho muchos pedidos por medio de los comités vecinales, pero no nos hace caso.

Hicimos el intento de comunicarnos con el alcalde o con uno de los regidores, para que responda por qué no se atiende a estos pobladores de esta zona, pero se negaron a atendernos. Esperamos, sin embargo, que en la brevedad nos concedan una entrevista, para poder hacer uso del derecho a réplica que tienen y que estaremos gustosos de atender.

Esta historia, creemos, aún no ha terminado…

Sobre el autor

Javier Contreras

Periodista de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Interesado en investigar temas relacionados a la cultura, educación y sociedad. Sueño con un mundo mejor, más justo, honesto y solidario y creo que el periodismo es una herramienta para conseguirlo. Comprometido con los derechos humanos pero no con el falso activismo.

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