VOZ ALTERNA. “La tía regia” en su momento más difícil.
Foto: José Silva Merino

VOZ ALTERNA. “La tía regia” en su momento más difícil.

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Foto: José Silva Merino
Por: José Miguel Silva Merino
Conocí a Susana Villarán cuando ella era la opción que las encuestas nunca registraban. Yo tenía un blog algo conocido y recuerdo que, como buen estudiante desempleado, solía armar mis “notitas” con el dinero que me enviaba mi mamá desde España.

Aquella candidata de hablar fluido y de mirada maternal, patinaba casi siempre al intentar lograr empatía con los vecinos que, días después oh sorpresa, la harían su alcaldesa. La “tía regia”, como muchos la llaman, competía contra dos titanes, Lourdes y Kouri y sin embargo ella jamás dio muestras de perder la fe.

En el pasado, fue una ministra de la Mujer sin muchos brillos y luego no le recuerdo más CV. No obstante, debo reconocer que nunca me dio una imagen de “corrupta”, y para mí eso es básico.

Porque puedes ser torpe, lento o incluso inútil, pero si te metes al bolsillo solo lo que la ley te asigna, te mereces mi respeto, siempre.

Villarán representaba eso último. Yo no sé si vivía del partido Fuerza Social, si los hoy regidores pagaron cupos para postular y la verdad, eso poco importa ahora. Lo que importa, es que la autodenominada “frejolita” de la actualidad, sufre una aprobación bajísima y así la temida revocatoria no es un hecho tan alejado de la realidad.

Con Marco Tulio, con galletas de soda o con un chibolo que falsifica firmas como loco, igual Villarán no está haciendo una buena gestión. Una labor honesta de su parte, por supuesto que sí, pero no tiene una gestión sobresaliente.

Un botón: su manejo de comunicaciones. La madrugada del terremoto uno se dio cuenta que el jefe de Social Media está tan asustado como la burgomaestre cada vez que llega fin de mes y debe aparecer una encuesta. Confundió dos cuentas de Twitter en un mismo celular. Parece que el equipo edil está capturado por el temor, que no necesariamente es creado por los insultos de algunas “chiquitas”.

Por eso señora Villarán, mire a su alrededor y recuerde sus días de candidata. En esos momentos, en donde solo la seguía este servidor con su Handycam, y los amigos de Canal N (que por su logística van a todos lados), usted siempre caminaba con su jefa de prensa y dos señoras “regias”, que le cantaban barras como fans enamoradas.

Quizás esas dos tías pitucas, que miraban siempre con recelo las sucias calles de Barrios Altos, mientras usted entregaba besos y recibía miradas curiosas, hoy se han multiplicado a su alrededor y le siguen cantando música de dormir en las orejitas. Eso era lindo, pero ya fue. Hoy usted está contra el tiempo y creo que si logró ser la primera mujer alcaldesa de Lima, no le será tan difícil taparse los oídos ante esas adulonas que nada bien le hacen.

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