
Lima, Perú (Spacio Libre).- Hoy se cumplirán 4 años desde el 5 de junio de 2009, momento en el que estalló un conflicto en Bagua, Amazonas, con el triste desenlace de 33 personas fallecidas, un desaparecido y decenas de heridos. Hasta la fecha no se ha logrado determinar a los responsables de estos incidentes, por lo que el Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos ha elaborado una serie de puntos destacados al respecto:
Los especialistas que tratan el tema muestran su preocupación por cómo se reprimió a los pueblos indígenas amazónicos de Bagua. El impacto en las vidas de estas personas, sobre todo en quienes perdieron a alguien, es considerado uno de los episodios más violentos en la historia reciente del país. Además, es penoso que los procesos judiciales abiertos tras los incidentes no hayan servido para determinar las responsabilidades penales de los funcionarios comprometidos en la represión, ni de quienes respondieron con exceso de agresividad.

Lo sucedido en Bagua plasma el conflicto histórico Estado – pueblos indígenas. La sociedad dominante requiere todavía abrazar la naturaleza multicultural de Perú, reconociendo el derecho de los peruanos en el interior a la participación y el desarrollo. Pese a algunas excepciones, aún imperan los motivos que llevaron a los pueblos amazónicos a protestar en 2009: Una actitud “colonialista” del Estado, imponiendo un modelo extractivista a los pueblos asentados en las zonas que cuentan con los principales recursos del país, dejando en segundo plano sus voces y necesidades.
Como ejemplo de lo anterior está la manera en que se aplica la consulta previa: Pareciera buscarse una flexibilización en el cumplimiento del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), incluido en el marco legislativo vigente desde 2011 gracias a las protestas amazónicas. Se llega a atentar contra derechos fundamentales.

El Estado debe reformarse internamente para garantizar la participación de los pueblos indígenas en las decisiones que les incumben. De lo contrario, la herida de Bagua seguirá abierta con un orden social injusto, exigente y marginador. La sociedad debe reflexionar en lo sucedido y analizar sus condiciones para evitar que se repita, promoviendo además una Democracia Intercultural que incluya a TODOS los peruanos y peruanas.
Los aún vistos como pueblos indígenas cuentan con el apoyo y compromiso de las organizaciones de defensa de derechos humanos, como la Coordinadora y el Instituto de Defensa Legal, para saldar las deudas históricas en pos de una realidad donde prime la convivencia con paz y respeto mutuo.
Por: Jaime Canicoba / @Canicoba307