OPINIÓN. Miradas transnacionales a la violencia contra las mujeres
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OPINIÓN. Miradas transnacionales a la violencia contra las mujeres

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Por: Sara Cuentas Ramírez desde Barcelona/España para SpacioLibre

El día de ayer, martes 27 de noviembre en el Espai Avinyó (Barcelona, España) se realizó la mesa redonda “Miradas transnacionales a la violencia contra las mujeres”, en el marco del 25 de noviembre Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres.

Este acto fue organizado por la Diáspora Solidaria, organización feminista de mujeres latinoamericanas migradas que promueve los derechos humanos, el vínculo transnacional entre redes y la canalización de recursos para el accionar del movimiento de mujeres en América Latina. Además, el acto contó con la colaboración de la Mesa de Trabajo sobre Migración, Género y Desarrollo, un espacio político de incidencia, integrado por diversas organizaciones de mujeres migradas en Cataluña.

Participaron con sus reflexiones analíticas Raquel Cuentas Ramírez, Subgerenta de Bienestar Social de la Municipalidad Metropolitana de Lima (Perú), Úrsula Santa Cruz, Ex-coordinadora del Circuito de Atención Contra la Violencia de Género del Ayuntamiento de Montcada y Reixac, integrante de la Asociación Q»»atary Perú y colaboradora de la Diáspora Solidaria y Montserrat Cárdenas Cuevas, Responsable de Juventud, Igualdad y Cooperación Internacional del Ajuntament de Parets del Vallès.

Foto: Sara Cuentas para Spacio Libre

“Miradas transnacionales a la violencia contra las mujeres significa compartir, intercambiar y dar una respuesta global a la erradicación y prevención de la violencia contra las mujeres, desde las miradas vitales, comprometidas y expertas, de mujeres que desde su rol como funcionarias de gobiernos locales han venido y vienen desarrollando, a través de la acción directa en las administraciones públicas, mecanismos y programas destinados a la atención de mujeres afectadas por la violencia de género”, señaló Patricia Vera, presidenta de Diáspora Solidaria, al hacer la introducción al acto.

Entre las principales reflexiones desarrolladas se destacan la necesidad de tener una mirada interseccional y no etnocéntrica a esta problemática social estructural, la de que las mujeres se apropien de las políticas y programas desde el proceso de elaboración de las mismas, la de no revictimizar a las mujeres y verlas como números en las estadísticas o casos aislados a tratar, sino de ampliar la mirada a todo el contexto que las rodea, donde subyacen múltiples factores de opresión, discriminación, racismo, relaciones de poder verticales, miedos, silencios, indiferencias, victimización y una marcada y sesgada visión etnocéntricas, sobre en contextos de migración.

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Raquel Cuentas hizo énfasis en que “las políticas públicas creadas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, por muy adecuadas que sean, han de estar acompañadas de mecanismos y estrategias de información y apropiación desde las mujeres, sobre todo las afectadas y de toda la sociedad civil en su conjunto, en coordinación e interlocución permanente con los gobiernos locales”.

De otro lado, Montserrat  Cárdenas evidenció que, “a pesar de tener un considerable avance a nivel de normas y políticas de igualdad, la mayoría de centros de atención a las mujeres afectadas por la violencia de género tienen una visión victimista y nada empoderadora de las mujeres que viven esta afectación. Se invisibiliza su capacidad de agencia y se las trata como afectadas eternas de esta problemática, además de no ser tomadas en cuenta en la elaboración de políticas y programas encargados de dar solución esta problemática y por lo tanto, generando incoherencias y respuestas poco efectivas a la misma desde las administraciones públicas”.

Úrsula Santa Cruz evidenció que “aun en los mecanismos y estrategias para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, subyacen miradas hegemónicas etnocéntricas que ‘culturizan’ la violencia contra las mujeres en contextos de migración e invisibilizan los múltiples factores de opresión, discriminación, racismo, subordinación, victimización e indiferencia que la generan, destacando de manera estereotipada el binomio ‘mujer migrada víctima-, hombre migrado agresor”, cuando la realidad nos habla de que en un gran porcentaje los agresores son hombres españoles en contextos de parejas mixtas”.

“La institucionalización de la perspectiva de género, va más allá de tener normas y políticas en los gobiernos locales. Esta se traduce en la priorización y dotación de recursos, materiales y humanos, para la protección y promoción de los derechos humanos de las mujeres, en la concienciación y capacitación al personal técnico y político encargado de hacerlas efectivas”, recalcó Raquel cuentas mientras compartía las iniciativas que la Municipalidad Metropolitana de Lima, desde la gestión de Susana Villarán, actual alcaldesa, vienen desarrollando, como son los Warmi Wasi (Casa de la Mujer) y la Casa para Niñas y niños víctimas de la explotación sexual.

“Los Warmi Wasi son espacios institucionalizados desde la gestión pública local para promover la protección y promoción de los derechos humanos de las mujeres, y sobre todo para prevenir y erradicar la violencia de género. Las mujeres allí no sólo reciben atención psicológica, sino también jurídica y asesoría para prevención y denuncia, además de ser un trabajo en coordinación con organizaciones de la sociedad civil que tienen experiencia en este tema y las propias redes y movimiento social de mujeres implicados en estas reivindicaciones” expresó Raquel Cuentas.

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“El funcionariado público que trabaja en la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres hemos de dejar a un lado las prácticas paternalistas, de tratar a las mujeres como si fueran ‘niñas’, dejar de considerar que tienen la indefensión incorporada y aprendida por tanto carentes de capacidades propias para superar esta realidad. Dejar de establecer la etiqueta psicológica de ‘mujer maltratada’. ¿Hasta cuándo dejan de ser mujeres maltratadas?, ¿hasta cuándo tienen que cargar y asumir las consecuencias de la violencia?, se preguntó Montserrat Cárdenas.

“Antes de empezar a elaborar las políticas para la erradicación y prevención de la violencia contra las mujeres en contextos multiculturales hemos de tener en cuenta cuál es la mirada de partida que tenemos, cómo vamos a diseñar una ley, si desde la propia experiencia vital de las mujeres, tomando en cuenta sus necesidades e intereses y los factores políticos, sociales, económicos, culturales que condicionan sus vidas, o desde una visión sesgada, donde prima la generación de un conocimiento etnocéntrico y occidental, desde una mirada desigual, de ver ‘a las otras’ como ‘diferentes y necesitadas’, de no tomar en cuenta sus aportes, conocimientos y capacidades”, expresó Úrsula Santa Cruz.

Amanda Alexanian – Integrante de la Diáspora Solidaria y moderadora de la mesa  hizo hincapié, que el actual contexto de crisis está obligando a muchas mujeres afectadas por la violencia a aguantar esta realidad debido a la falta de recursos económicos y por su condición de precarización, realidad que no se visibiliza y mucho menos se da una respuesta adecuada y efectiva desde el Estado.

Cuando se les preguntó a todas cuál sería la estrategia y respuesta transnacional al problema estructural de violencia contra las mujeres, las ponentes señalaron:

“Se acaba de conformar una red Iberoamericana para erradicar la trata y la explotación sexual de las mujeres, donde participa activamente la Municipalidad Metropolitana de Lima, y esperamos que sea una respuesta real transnacional de compromiso de todos los gobiernos locales implicados en esta tarea, tomando en cuenta, sobre todo, el contexto de migración transcontinental, continental e interno que tienen los países latinoamericanos. En este sentido es necesario que se establezcan políticas, acuerdos y programas bilaterales no sólo a nivel de los estados, sino a nivel de la sociedad civil”, expresó Raquel Cuentas.

“Promover y potenciar las redes de apoyo entre mujeres, no sólo a nivel local sino a nivel global, de seguir potenciando iniciativas como la Diáspora Solidaria, de generar sinergias entre el movimiento de mujeres migradas y el movimiento de mujeres en América Latina. Además de crear redes de intercambio de experiencias transnacionales entre el personal técnico y político de las administraciones públicas implicados en esta tarea”, señaló Montserrat Cárdenas.

“Superar los estereotipos etnocéntricos y racistas que no dan respuesta a la realidad transnacional de las mujeres que viven contextos de migración y a la nueva configuración de las familias transnacionales generadas entre parejas mixtas es uno de los desafíos. Por ejemplo, las mujeres migradas que viven una situación de violencia donde sus parejas son españoles se ven atrapadas entre la normatividad legal que no les permite salir del país con sus hijos e hijas, sin el consentimiento de su pareja, y la indiferencia de la sociedad y el Estado de destino que las sanciona y las posterga a condiciones de precariedad laboral. Así, muchas tienen que quedarse en el país de destino en condiciones extremas de vulnerabilidad”, evidenció Úrsula Santa Cruz.

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