
Lima, Perú (Spacio Libre).- En la sala de hemodiálisis del Hospital Central de la Policía Nacional se vive una situación para todos los efectos indolente ante el pesar de los pacientes con insuficiencia renal que cumplen con la pesada rutina de pasar tres horas y media en conexión con la máquina que limpiará su sangre, prolongando artificialmente sus vidas por unos días más.
Oficiales y subalternos, de todos los rangos en la policía, se vuelven iguales en este lugar donde son sometidos a la misma condición que no deberían soportar en aras de la dignidad humana y, más allá, de la legalidad: cada uno porta insumos químicos, galoneras, guantes y agujas que no deberían haber comprado, llegando a portar productos de limpieza para las máquinas de diálisis. Ya que el hospital no los dispone, ellos mismos deben entregarlos al personal del lugar si desean ser auxiliados.

Un punto de alta importancia llama la atenciòn: el tratamiento de diálisis, con la pequeña cantidad de 110 millones de soles que el Estado destina al Fondo de Salud Policial (FOSPOLI), se supone que sea totalmente gratuito para los 290 pacientes registrados en la sala. En la práctica, sin embargo, las circunstancias en el hospital les imponen comprar lo que necesitan.
El director de la Policía Nacional (y presidente del FOSPOLI entre 2010 y agosto del 2011), general PNP Raúl Salazar, indicó a IDL – Reporteros que el fondo se esfuerza para otorgar al hospital todos los insumos necesarios.
Respecto al desabastecimiento de la unidad de hemodiálisis, el asesor legal de FOSPOLI, comandante PNP Jorge Maldonado, señaló que “estadísticamente estamos cubriendo al 100% de pacientes”. Con inevitable sorna, vemos como los 290 pacientes que deben comprar sus propios paquetes médicos son considerados un caso menor entre los 852 mil beneficiarios del Fondo, y peor aún, vistos como números.

Pacientes y familiares entrevistados por IDL – Reporteros señalaron que los laboratorios tampoco cuentan con los reactivos que requieren los análisis mensuales para medir la evolución de sus tratamientos. Tampoco se provee regularmente las caras medicinas necesarias para la medicación del cáncer en la unidad de quimioterapia.
Esto no ha ido sin reclamos: Los familiares de los pacientes de hemodiálisis denunciaron el desabastecimiento a RPP en julio de 2012 y fueron atendidos en su momento, pero eventualmente se volvió a descuidar el asunto.
El general Salazar y los demás reunidos en su despacho creen que la falta de insumos se debe a “plazos y términos” impuestos por la normativa de contrataciones del Estado. Los procesos burocráticos y tiempos de ejecución estarían obstaculizando que los almacenes se llenen oportunamente, como lo señala el gerente general de FOSPOLI, Luis Jiménez. “La ley está hecha para comprar muebles, sillas, no medicinas”, corrobora el comandante Maldonado, quien responsabiliza a los procedimientos.

Salazar afirma también que logró efectuar un 97,04% de su presupuesto durante su gestión en FOSPOLI. A pesar de ello, una consultoría externa llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a FOSPOLI reveló hasta 70% en nivel de desabastecimiento en el Hospital de Policía.
“No deberían esperar a que se acabe el ácido para recién comprar”, reclama Berta Zamudio, quien desde hace 9 meses lleva a su esposo a ser atendido, gastando cada vez S/.10 por galón de ácido, S/.5 los cinco guantes, S/.15 por la heparina. Esto cuesta a los pacientes unos S/.360 por un tratamiento de 3 veces a la semana, ante lo cual muchos de ellos compran los insumos necesarios al por mayor en galerías del Cercado de Lima, donde los encuentran a mitad de precio y, la mayoría de las veces, robados de otra institución.

“Tenemos una población de salud hiperdemandante que se ha acostumbrado a no pagar nada”, sostiene el general Salazar justificando el desabastecimiento de medicinas. Lo secunda el director de Sanidad de la PNP, el general médico Prado Maggia: “Reclaman cuando les hace falta cosas… en otros hospitales de las Fuerzas Armadas no lo hacen”.
“¿Somos pacientes demandantes?, ¡¿Entonces, para qué creen que está el presupuesto?!, contrapone el coronel PNP en retiro Víctor Cancino, incorruptible investigador en el caso Villa Coca que ahora debe someterse a una diálisis interdiaria también adquiriendo los insumos que no debería comprar. Afirma que la situación ya no es sólo administrativa, sino que envuelve una sostenida corrupción: “La fiscalía tiene que entrar a destapar la olla, nada más”.
FOSPOLI es un fondo asistencial que tiene autonomía técnica, administrativa, económica, financiera y contable. Su propósito es financiar todo lo que requiera la atención integral de la salud del personal policial y sus familiares en todo el país.
Anualmente, recibe S/. 110 millones del Estado basados en el 6% del sueldo del personal policial. La Dirección y Administración dependen orgánicamente de la Dirección General de la Policía Nacional del Perú.
Con información de Esteban Valle Riestra / IDL – Reporteros
Por: Jaime Canicoba / @Canicoba307
