Ica, Perú (Spacio Libre/El Comercio).- A tres días de cumplirse un año del terremoto que azotó Ica, se vive un clima de tensión en esa región del sur. Las organizaciones de damnificados del sismo alistan en Pisco un paro para este viernes 15 y ayer los ministros de Vivienda, Enrique Cornejo, y del Interior, Luis Alva Castro, debieron hacer frente a las quejas de la población respecto a la lentitud en los trabajos de reconstrucción en Ica, Chincha y Pisco.
Cornejo, quien llegó a Ica para repartir títulos de propiedad, tuvo que reconocer que la reconstrucción marchaba a paso lento «pese al esfuerzo desplegado por el Gobierno», por ello pidió a los beneficiarios de los bonos de S/.6 mil que autoconstruyan sus viviendas «a fin de que les pueda alcanzar el monto asignado».
Por su parte, Alva Castro, quien arribó a Pisco para entregar camionetas, automóviles y motos que reforzarán la seguridad en la zona, debió soportar las pifias de un numeroso grupo de pisqueños.
En sus intentos por calmar los ánimos de los pobladores, el titular del Interior dijo que respetaba «la anunciada paralización provincial prevista por las autoridades y pobladores de Pisco para este viernes 15, como protesta al deficiente proceso de reconstrucción de las ciudades afectadas por el terremoto de hace un año».
Refuerzos policiales
En previsión a que la tensión aumente y el paro del 15 se desborde, ayer 300 policías de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) llegaron al aeropuerto pisqueño y se desplazaron a Ica, Pisco y Chincha.
A las protestas de ayer, se sumó la queja de unos 50 pobladores de siete asentamientos humanos del distrito de Subtanjalla, ubicado a seis kilómetros al norte de Ica, quienes durante cuatro horas tomaron las oficinas del Fondo de Reconstrucción del Sur (Forsur).
Los manifestantes exigían acelerar la aprobación de los trabajos de saneamiento básico que requieren ocho mil personas.
Foto: Spacio Libre