Por: Francisco Pérez García Este post es la continuación de este otro, que sugiero lo lean primero.
*Sobre Philip Butters y su discursito violentista. Aquí tengo que hacer una puntualización necesaria. Un periodista, como Butters, quiérase o no es un “líder de opinión”, nos guste o no, su opinión es escuchada por miles de personas, y de esas miles unas cientos la asume como propia, la absorbe y la vuelve suya con cierto grado de transformación, en algún punto (los “neonazis” que amenazaron a un activista pueden ser uno de esos cientos).
*Es decir, Butters (al igual que Hildebrandt en su momento, Alvarez Rodrich, Rosa María Palacios, Mónica Delta, etc) tiene quiera o no, una influencia en la gente y más aún si está detrás de un micrófono. Entonces, decir a viva voz “que le va a romper el alma” a dos personas por darse muestras de cariño… disculpen, pero es una SALVAJADA… así con mayúsculas. En un país de por sí violento, soltar ese tipo de declaraciones sólo lleva a un conflicto que podría explotar.
*Sobre la libertad de opinión y expresión: “Lo quieren obligar a que se disculpe” “la homosexualidad ya tiene su bastión televisivo, Butters no es marica y eso les ha dolido” “lo odian sólo por opinar” “quieren bajárselo por que opinó”. Comentarios que he leido en diversos blogs, en Facebook y otras redes a propósito de este affair. Sin embargo, lo que quiero decir es que a Butters no lo están juzgando por opinar (okey, quizá algunos sí), pero lo que quiero decir es que a Butters lo están cuestionando por faltoso, por violento, por promover algo contra lo que se está luchando por años… el odio hacia “lo diferente, lo no establecido”.
*Butters tiene todo el derecho del mundo de opinar lo que quiera. Pero ojo, él debe saber que tiene un poder (grande o pequeño) estando ante un micro y aunque muchos de los colegas lo nieguen, los periodistas rankeados si tienen un poder al hablar en un medio. Y como dijera el buen tío Ben “todo poder conlleva una gran responsabilidad”.
*Nadie quiere someter a Butters. Pero lo justo es que el señor en mención, siquiera levante un poquito la ceja y diga aunque sea “sí me excedí… no volverá a ocurrir”. ¿Siquiera eso no? Pero con él no es…
*Lo más importante: Lo que empezó como algo que debió ser una sana discusión sobre la inclusión de los derechos de la comunidad LGTB en las leyes nacionales, se convirtió, por obra y gracia de algunos candidatos presidenciales y sus seguidores, en un dogma de fe… para luego convertirse en una pelea de calle con represión policial y ahora esto… y sin embargo queda pendiente discutir este tema y dar muestras de una tolerancia que hasta ahora, tal parece, en el Perú jamás se dará.
*Esto, sumado a quienes celebran el arrebato de machito de Butters, y que serían capaces de ir a meterle golpe a los homosexuales junto al periodista, sólo me hacen pensar que los besos no deberían ser contra la homofobia nada más, sino también contra la intolerancia
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