OPINIÓN. Argentina movilizada: 8N, 20N, 7D y lo que viene
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OPINIÓN. Argentina movilizada: 8N, 20N, 7D y lo que viene

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Por: Ezequiel Giletta* de Asuntos del Sur / @AsuntosdelSur en sociedad con SpacioLibre

Este martes 20 se realizó un paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) que encabeza Hugo Moyano, líder camionero y ex aliado al gobierno nacional. El paro del denominado 20N sumó otro dolor de cabeza al gobierno luego de la gran movilización del 8N.

El pasado 8 noviembre miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades del país en reclamo contra el gobierno de Cristina Kirchner. Si bien las consignas de la protesta eran múltiples y diversas, el gobierno nacional era el destinatario de las quejas de los manifestantes, observándose un fuerte rechazo a la re-reelección promovida meses atrás.

Esta manifestación fue nutrida principalmente por personas provenientes de clases urbanas medias y altas, lo que motivó variados comentarios por parte de dirigentes del kirchnerismo. Algunos funcionarios expresaron que la manifestación representó el reclamo de las clases altas ante la imposibilidad de la compra de dólares para viajar al exterior (cabe recordar que en Argentina rige un “cepo cambiario” que restringe la compra de moneda extranjera). Si bien las libertades individuales fueron una de las banderas agitadas, la manifestación representó más que eso: no es un dato menor que cientos de miles de personas hayan salido a la calle.

Argentina sufrió hace una década su más profunda crisis, y la gente expresó en la calle el reclamo contra la política (y los políticos) de entonces. Aunque algunos opositores al gobierno insistieron en comparar esta marcha con los cacerolazos de aquél 2001, pero afortunadamente la situación es diferente. Sin embargo, y para sorpresa de algunos analistas, ambas protestas estuvieron signadas por un sentimiento de des-representación.

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No es casualidad esta manifestación en un contexto donde la presidenta ha bajado notablemente sus niveles de imagen y conformidad con la gestión. La presidenta y su entorno son conscientes que el 2012 no ha sido un buen año: una tragedia de trenes donde murieron 50 personas y dejó al descubierto el mal manejo de los subsidios en el sector ferroviario, un vicepresidente investigado por enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias, y la ruptura definitiva con la CGT, entre otras cosas, conforman el cóctel explosivo.

El gobierno continuó los días siguientes al 8N en silencio respecto de los hechos, pero seguramente habrá tomado nota de lo que tamaña manifestación significa. Prefirió, en cambio, profundizar el mensaje del 7D (7 de diciembre), día en que entraría en plena vigencia la Ley de Medios y que afectará a su enemigo número uno: el Grupo Clarín. Para esa fecha, la presidenta planea realizar una marcha donde los sectores afines se expresen a favor de la normativa.

Paro general

Hugo Moyano, líder camionero y titular de la CGT que promovió el paro general para el 20 de noviembre (20N) fue uno de los principales aliados políticos del kirchnerismo. Sin embargo, una serie de diferencias los fueron alejando y el quiebre se produjo meses atrás con la discusión del impuesto a las ganancias que afecta especialmente al sector que lidera Moyano. El gobierno buscó sacarlo de la escena pero éste fue reelegido recientemente en su posición, lo que motivó la conformación de una CGT paralela con sindicalistas afines al gobierno –que, vale decirlo, son varios de los denominados “gordos” que acompañaron en los 90 al gobierno de Menem-.

El paro se convocó, junto a otras cuestiones, en reclamo al mínimo no imponible del impuesto a las ganancias que afecta a trabajadores que superan los 5700 pesos mensuales (1200 dólares). Pero, al igual que el 8N, es una medida en reclamo al gobierno nacional. Aún así, el paro se presentó con relativo acatamiento por parte de los diferentes sindicatos, pero con particular fuerza en la huelga del transporte de cargas y aéreo.

El fin de año no está siendo nada sencillo para la presidenta, quien seguramente querrá que el 2012 termine para que el sol del verano le dé vacaciones a la política. Pero mientras todos descansen en la playa, el gobierno deberá pensar cómo se reordena para enfrentar la gestión del próximo año que trae, nada menos, elecciones legislativas de medio término.

*Ezequiel Giletta es politólogo argentino y editor de Asuntos del Sur (ADS) / @EzeGiletta

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