Obama seduce a Berlín

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Berlín, Alemania (Spacio Libre/Radio Nederland).- Sin duda, fue un acontecimiento único, ya que nunca antes Berlín había sido escenario de un encuentro electoral norteamericano. En la tarde de ayer, doscientos mil berlineses escucharon el discurso de Barack Obama, en el centro de la capital alemana.

La amplia avenida que conduce a la Puerta de Brandenburgo está atestada de gente, entre quienes muchas familias y jóvenes; tanto berlineses como turistas, quienes han aguardado horas bajo el ardiente sol para poder admirar a un político de quien se asegura que podrá cambiar a su país, Estados Unidos, y quizás al mundo.

«Espero que si conquista la presidencia, Obama ponga fin al discurso belicoso de su país y que se recurra nuevamente a soluciones diplomáticas, negociadas», manifiesta un joven padre de dos hijos. En otras palabras, espera el final de la era Bush y sus repudiadas guerras en Iraq y Afganistán. Se trata de una esperanza que, como consecuencia de la llamada ‘obamanía’, ha cobrado gran auge en Alemania.

Pero, ¿por qué en Berlín? La respuesta la da el propio aspirante demócrata en su alocución, cuando dice que «Berlín es un símbolo de la lucha contra el comunismo, y, por tanto, símbolo de la unidad en Occidente.»

Derribar muros

Según Obama, «el muro que separa dos antiguos aliados a ambos lados del Atlántico no puede subsistir; el muro que separa a los países más ricos de los más pobres no puede subsistir; el muro entre las etnias, las poblaciones autóctonas y los inmigrantes, entre cristianos, musulmanes y judíos, tampoco puede subsistir. Estos son los muros que ahora debemos derribar».

Las guerras en Afganistán e Iraq, sobre todo esta última, han causado una crisis en las relaciones transatlánticas, sobre todo entre Estados Unidos y Alemania. De ganar las presidenciales, una de las principales tareas de Obama será restablecer la confianza en el liderazgo estadounidense. A su juicio, entre aliados debe existir constante atención, mutua confianza, disposición a escucharse recíprocamente y a aprende entre sí.

El discurso de Obama tuvo una buena acogida entre el público berlinés. El candidato demócrata a la presidencia norteamericana se presentó como un hombre con ideales, un líder que intenta abordar en un ámbito internacional los grandes problemas del mundo actual, es decir, el cambio climático, la pobreza y el terrorismo.

El futuro

Obama propone evitar dejar a las futuras generaciones un mundo en el que el nivel de los océanos aumenta, se difunden las enfermedades y las tormentas arrasan con nuestros campos. Además propone intentar que todos los países del mundo, incluido el suyo, obren con la misma responsabilidad para, como lo hace Alemania, reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Uno de los presentes, en cuya camiseta se lee un texto en el que propone a Obama como Canciller federal alemán, manifiesta que se sentirá satisfecho incluso si Obama apenas logra realizar la mitad de lo que promete.

Pese al entusiasmo de los doscientos mil berlineses que salieron a escucharlo, en realidad, con su discurso Obama apunta al electorado norteamericano. Su alocución fue más que todo una intervención televisiva que fue transmitida en directo en Estados Unidos. Su presencia en Berlín ante una multitud tal debe convencer a su pueblo de sus dimensiones internacionales y de su capacidad para ser, como presidente norteamericano, un verdadero líder mundial. Si ése ha sido su objetivo, los berlineses se comportaron tal como él lo esperaba, y Obama puede sentirse satisfecho y agradecido.

Fotos: Internet

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