La acción se registro a las 05:15 horas, cuando un buque de la Armada proveniente de la ciudad de Iquitos rompió las sogas colocadas por los nativos. Incluso, se habla del hundimiento de algunas canoas, propiedad de los nativos del Napo y Curaray, apostados en el puerto de la comunidad de Copal Urco.
Esta acción se produjo para permitir el paso de tres embarcaciones de la empresa petrolera PERENCO que opera en la zona y que recientemente recibiera el respaldo del gobierno central declarando de interés nacional los trabajos de explotación petrolera en el área de la compañía francesa.
“Nos sentimos burlados en nuestros derechos, la indignación es fuerte, todos estamos indignados”, declaró Beltrán Sandi Tuituy, presidente de la Federación de las Comunidades del Curaray (Feconcu).
A través de Radio La Voz de la Selva, el dirigente denunció que el comandante del buque no permite que los indígenas siquiera permanezcan en el puerto del pueblo; incluso, habría pedido que se retiren de la zona porque ahí atracará con su nave.
En tanto, el padre Jack McCarty, misionero de la zona y párroco de Santa Clotilde (capital del distrito del Napo) ha recibido una llamada telefónica, supuestamente del gobernador de Iquitos, pidiéndole que sea el interlocutor entre la Armada y los manifestantes.
Lo extraño de la llamada en mención es que se le preguntó por su nacionalidad, cuando es de conocimiento público, especialmente en la jurisdicción del Vicariato de San José del Amazonas, que el padre Jack viene trabajando por más de 20 años en la cuenca del Río Napo.