Por: Ricardo Marapi Salas
“¿Has visto Mad Max?”, me preguntó el ingeniero que me acompañaba en el viaje. La respuesta ─para un cinéfilo como yo─ obviamente era sí, pero no dejó de sorprenderme la peculiaridad de la pregunta, especialmente por el lugar donde nos encontrábamos: en medio del río Urubamba, luego de estar viajando durante varias horas en uno de los conocidos botes “pongueros” que surcan los ríos de la selva. “No es tan exagerado como Mad Max, pero en la selva el tema del combustible es parecido. No hay una guerra por la gasolina pero sí hay una tensión alrededor de ella, porque todo aquí depende del acceso a la gasolina”, me explica con marcado acento de la selva, mi compañero de viaje.
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