
Lima, Perú (Spacio Libre).- Maldita efeméride, un día como hoy, hace 12 años renunció el expresidente Alberto Fujimori dentro de panorama en el que el Perú se encontraba perdido en un limbo de Estado a causa de la publicación del primer ‘Vladivideo’, en el que se veían involucrados el ex asesor, el congresista Alberto Kouri y todos los bolsillos peruanos.
Mientras algunos lo consideran su mayor “error político” otros hablan de una falta total de respeto por el país, la verdad es que, la incapacidad moral que dejó este suceso no se puede olvidar y mucho menos ahora, que se habla de un eventual indulto al ex dictador.
El 13 de noviembre del 2000 se convocaba a la oficina de prensa de la presidencia peruana, en la que se anunciaba un allanamiento a “una viviendo donde estaba el asesor Vladimiro Montesinos”.
Todo esto no era más que otra jugada desleal para ocultar la salida de Fujimori de Palacio de Gobierno hacia el Grupo Aéreo N° 8 para su fuga del país. El ex dictador no participaría de dicho allanamiento.
«Formulo, pues, ante usted, señor presidente del Congreso, mi renuncia formal a la Presidenciade la República, en concordancia con el artículo113, inciso 3 de la Constitución Política delPerú.”
Así renunciaba Fujimori mediante una carta enviada por fax a Valentín Paniagua, el recientemente electo presidente del Congreso.
Fujimori se encontraba el Asia, con motivo de participar en la Cumbre APEC, abandonó el territorio nacional unos días antes de su renuncia.
Finalmente, el Congreso no aceptó la renuncia y decidió destituirlo del cargo por ‘incapacidad moral’.
Conoce la carta:
Sr. Dr. Valentín Paniagua
Presidente del Congreso de la República
Presente
De mi mayor consideración:
En primer término, deseo expresar a usted mis felicitaciones por su reciente elección como presidente del Congreso de la República.
Soy el primero en reconocer que hay un nuevo escenario político en el país, una de cuyas expresiones recientes es una nueva correlación de fuerzas en el Parlamento. Consciente soy, asimismo, de posiciones e intereses en ese Poder del Estado, que podrían conducir a una confrontación de poderes, a pesar de mi iniciativa para acortar el mandato presidencial y convocar a elecciones en estricto cumplimiento de la promesa que hiciera en mi mensaje de setiembre, y de los acuerdos alcanzados por el Gobierno y la Oposición en la Mesa de Diálogo promovida por la OEA.
A lo largo de estos últimos diez años, y como consta al país entero, a pesar de errores, que reconozco, he actuado sin cálculo político, mucho menos preocupado por la popularidad, circunstancias que hubieran impedido la exitosa ejecución de un programa económico antiinflacionario, el proceso de pacificación interna y luego, alcanzar la paz definitiva con Ecuador y Chile entre otros logros fundamentales de mi Gobierno. Jamás pensé, en todas estas oportunidades, sino en los sagrados y permanentes intereses de la República, actué a pesar de la resistencia ofrecida por el negativismo, la demagogia, el chauvinismo inconsciente e intereses personales o de grupo. Nada de ello me detuvo.
En esa línea principista se inscribió mi decisión de acortar mi mandato de Gobierno y convocar a elecciones generales para abril del 2001, objetivos ya cumplidos. Aún, sin embargo, no se ha recuperado la estabilidad política necesaria para llevar a buen término este período de transición que culminará con la elección de un nuevo Gobierno. Abrigo la esperanza de que bajo la honorable presidencia suya, esta estabilidad pueda alcanzarse en breve.
He vuelto, entonces, a interrogarme sobre la conveniencia para el país de mi presencia y participación en este proceso de transición. Y he llegado a la conclusión de que debo renunciar, formalmente, a la Presidencia de la República, situación que contempla nuestra Constitución, para, de este modo, abrir paso a una etapa de definitiva distensión política que permita una transición ordenada y, algo no menos importante, preservar la solidez de nuestra economía.
Formulo, pues, ante usted, señor presidente del Congreso, mi renuncia formal a la Presidencia de la República, en concordancia con el artículo 113, inciso 3 de la Constitución Política del Perú.
Hago fervientes votos por el éxito de su gestión, porque eliminada la supuesta causa de desavenencias y desencuentros entre Gobierno y oposición, todos se avengan a buscar con serenidad y patriotismo la forma más adecuada de garantizar para el Perú, para su pueblo, un futuro de verdadera democracia, es decir un sistema político que se traduzca en bienestar y desarrollo para la mayoría de los peruanos.
Muy atentamente.
Ing. Alberto Fujimori.
Por: Mario Ramos / @mariorm7
