EN MEDIO DEL ARROYO. ¿Discriminar la agresión?
Foto: El Otorongo

EN MEDIO DEL ARROYO. ¿Discriminar la agresión?

Compartir
Foto: El Otorongo

Por: Laura Arroyo Gárate

El caso ya es conocido. Utilizo de pretexto la polémica desatada a partir de la discusión (que llegó a los golpes) entre el hijo de Celine Aguirre, conocida actriz, su grupo de amigos y una pareja en un cine limeño, para hacerme algunas preguntas que, confieso, no logro responder.

Me pregunto, por ejemplo, si se puede medir la agresión. Me pregunto si puedo definir si es más o menos agresivo gritarle a una persona “serrano de mierda” (un evidente y, lamentablemente, recurrente discurso racista) que, por ejemplo, escupirle a una persona en la calle solo porque me provocó. Me pregunto si puedo calificar como más agresivo golpear a mi pareja a insultarla todos los días diciendo que no vale para nada.

¿Podemos convenir en que sí se puede calificar un acto como más agresivo que otro? Si así fuera, ¿en función de qué lo definimos? ¿Qué variables consideramos para tomar esta decisión? ¿Deberíamos tomar en cuenta la edad del agresor? ¿Grado de instrucción? Y, por otro lado ¿qué sanciones aplicamos? Lo lógico sería también sancionar más drásticamente el evento más agresivo y más levemente el menos agresivo.

Sin embargo, las posibles respuestas no me terminan de convencer, tal vez porque creo, aunque pueda parecer exagerado, que la agresión siempre es agresión, venga de donde venga, sea del tipo que sea y tenga el resultado que tenga. La sanción puede variar, pero el juicio sobre ella es así de sencillo “agresión es agresión y está mal agredir”.

El caso del hijo de Aguirre ha despertado, sin embargo, lo que llamaré una “entibiada moral” por parte de quienes defienden al adolescente y quienes defienden a la pareja. Esta “entibiada moral” parece una muy mala broma pues ninguno de los dos bandos defensores puede justificar plenamente (al cien por ciento) la actitud de su defendido sin incurrir en una miopía voluntaria sobre lo ocurrido. Quienes defienden a los adolescentes, no tienen mejor argumento (falaz, evidentemente) que afirmar que se trataba de muchachos, de jóvenes, de ciudadanos que casi siguen siendo niños y, por tanto, podrían haber hecho algún comentario racista que se debe pasar por alto pues, “vamos, son jóvenes”. Quienes, de otra parte, defienden a la pareja, sostienen que los jóvenes son los principales agresores pues reaccionaron insultando a quienes les pidieron que guardaran silencio y, encima, utilizaron frases racistas. Justifican que llegaran a las manos casi afirmando (tácitamente) que ante frases como “serrano de mierda”, un puñetazo está justificado o, por lo menos, “entibiado”.

Pero vamos, ¿acaso a alguien le queda alguna duda respecto a la mala actuación de ambas partes? ¿Acaso entibiar la acción de uno o de otro funciona en este caso? ¿Qué clase de sociedad queremos o pretendemos alcanzar si en lugar de sancionar moralmente a ambos grupos involucrados tomamos partido como si se pudiera estar de acuerdo con alguno?

Ambos involucrados son culpables. Unos por expresiones racistas, que en otro país serían consideradas delito, otros por irse a los golpes. Ninguna acción merece nunca un comentario racista, del mismo modo que ningún comentario merece nunca un golpe. Me cuesta definir, en este caso, quién tiene más responsabilidad y qué agresión es más grave.

Lo más terrible me parece, honestamente, la toma de partido, como si algún grupo lo mereciera. En la misma línea, me sorprende la incapacidad de ambos involucrados para admitir que hicieron algo mal. La madre del adolescente agredido no ha mencionado en ningún momento que el comentario de su hijo, o sus actitudes (incluidas las de su grupo de amigos) fueron erradas. Del mismo modo, me sorprende que ninguno de los dos personajes que iniciaron los golpes afirmaran que estuvo mal caer en eso y lo justifiquen diciendo que no sabían que eran adolescentes. ¿Y si no lo eran?

Este caso muestra que el racismo es uno de los peores males vigentes en el país, pero también lo es la justificación de la violencia. Este último resulta aún peor pues relativiza el respeto al otro en función del contexto y sus acciones cuando debiera practicarse siempre.

Actualización (12:55 pm): La pareja involucrada en el escándalo, aceptó hoy que se exaltaron y que no actuaron bien. Ese ya es un avance. El error está cometido, pero el reconocimiento se acepta. ¿Veremos lo mismo del otro lado?

Actualización 2: Celine Aguirre afirmó también en ATV+ que la actitud de su hijo estuvo mal. Si bien ambos reconocimientos no fueron las primeras reacciones, se trata de un avance. No obstante, esto no quita el hecho de que la defensa de unos y otros siga siendo errónea o en todo caso, producto de una «entibiada moral».

Sobre el autor

9 comentarios

  1. Leí la mitad del artículo y si bien tuve la intención de leerlo todo pero al ver que se pone con el mismo peso el argumento de decir «sólo son chicos» me parece desproporcionado porque una persona de 8, 10, 12, 13, etc ya puede reconocer cosas tan básicas como la agresión, la palomillada, la viveza, etc… y si su límitada experiencia con niños o adolescentes le da la facultad de creer que no saben lo que hacen a esa edad entonces ya empieza mal.

  2. Estimado Miguel, si lees bien el artículo… en ningún momento se justifica el accionar de los muchachos porque «sólo son chicos». Tal vez si leyeras completo el post.
    Saludos

  3. Ena

    Muy bonito el articulo,si viviesemos en un pais de angeles, pero se trata del Peru. Y falto informarse además.El niño-adolecente victima de su propio racismo,sintiendose con todo el derecho frente a los cholos,fué quien insultó a la sra. le escupió y más.La sra.le dió una cachetada,una cachetada,algo que hubiesen hecho muchos en Perú,una respuesta natural frente al despotismo de un mocoso al que había que ponerle un límite.Si uds.pueden mantenerse tranquilos,bien por uds.Pero el responder con indignación,con una cachetada,no nos hace violentos, por favor….Cuando el chico respondio con un puñete fué ahi que el sr. fué y jaloneo al chico,porque este se pusó agresivo con su esposa..? Acaso hubiese sido mejor que el deje al niño que siga asi con su esposa. La reacción correcta es separarlo a arrastres o como sea. Entonces no minimizen la actitud del chico o pongan las 2 actitudes en el mismo nivel. Triste ahora que un niño-adolecente este siendo agredido en la redes,eso es peor que la cachetada,pero los mayores culpables son sus padres,que en lugar de protegerlo y enseñarle a que pida disculpas públicas y acabe esto,insisten en el tema de juicio, exahberando más los animos de la gente que lo pagan con el pobre chico.Pero de esto son sus padres los mayores culpables.Desapruebo total la violencia,sobre todo con los niños,como el que pasó con el energumeno enfermo que golpeo a un niño por rayar su auto que fué realmente horrible, pero en este caso , por favor… No le llamen Violencia a una Cachetada.

  4. Creo que tu artículo intenta eso mismo «entibiar» el asunto. Es decir, que estan a mano, parches, peor aún intentas decir que la violencia para tí es peor porque es una cachetada. Es momento de que sepas que la violencia verbal, es tanto o mas agresiva que la física porque intenta amedrentar, someter, disminuir la condición humana de igualdad, si la agresión verbal logra su cometido la parte agredida sera sometida en cuerpo alma y espíritu, estaríamos hablando de un esclavo, o en mejor de los casos de un tonto. Creo que es un error muy grueso el intentar subestimar la agresión verbal. Por cierto se sabe que cuando una persona esta histérica y fuera de sus cabales es bueno y necesario, un poco de agua fria en la cabeza o una buena cachetada para reequilibrar el temperamento de cualquier desaforado.

  5. Ayer, viendo un reportaje sobre las juergas en el sur, escuché decir a una chica, que había sido expulsada de una discoteca, la siguiente lindura: «puta, huevona ¿acaso tú dejarías que te metiera la mano… un serrano de mierda?» Bien, acá tenemos un caso de violencia contra la mujer y otro de discriminación, porque, claro, supongo que al especificar que quien le metió la mano fue un «serrano de mierda», para ella no hubiese sido tan grave si el «alce» se lo hubiera metido un tipo rubio, bronceado y con pinta de efebo griego. Entonces, concluyo que lo esquizofrénico de nuestra sociedad es que, muchísimas veces, el agresor y el agredido son un par de buenas basuras. En el caso del hijo de Aguirre, sin embargo, me surgen un montón de preguntas distintas: ¿Que pasaría si una mancha de «niñitos» de 13 años empezara a acosar y a decir cosas obscenas a Céline Aguirre en la avenida Tacna, por ejemplo? Y si Céline Aguirre (en esta imagen, que es surrealista por la imposible presencia de Céline en el centro, pero que es muy real para otras mujeres) se animara a abofetear a alguno de ellos ¿alguien se animaría a denunciarla por maltrato infantil? ¿Alguien se ha puesto a pensar que un chico de 13 años puede medir 1.50, pero también podría medir 1.80, y que en una mancha de diez adolescentes bien alimentados, muchos de ellos pueden ser grandes, fuertes y temibles? ¿Qué harías tú, como mujer, si 10 chibolos te empezaran a decir «serrana de mierda, tú no sabes quién soy yo»? ¿Bajas la cabeza y te vas para evitarte líos? ¿Qué debería hacer tu novio, si lo tuvieras, si ve que, luego de que tú le metes una indignada cachetada a uno de ellos, él te responde con un puñete? Aunque yo no sé lo que pasó en ese cine, me da mucha curiosidad saber qué debería hacer alguien en un caso como el que acabo de sugerir. Gracias.

  6. Estimado José Carlos… tus comentarios han sido moderados por ir en contra de las reglas de nuestro sitio http://www.spaciolibre.net/index.php/las-reglas-del-spacio/
    Respetos guardan respetos y tú no has mantenido eso en ninguna línea de tus comentarios insultando y calificando a nuestra columnista.
    Muchas gracias
    Francisco Pérez García
    Editor general

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *