
Quito, Ecuador (Spacio Libre).- Aplastante mayoría. Rafael Correa, en el escrutinio del 61% de los votos totales, lleva casi 57%. Muy por encima de su principal opositor, Guillermo Lasso, que solo llega a 24%. El Consejo Nacional Electoral, a través de su presidente Domingo Paredes, explicó que los resultados podrían varias en uno o dos puntos porcentuales, pero que lo que mandaba era la tendencia y, de esa forma, la reelección del presidente ecuatoriano era inevitable.
Los que siguen, con ínfimas cantidades, son Lucio Gutierrez con 6%, Mauricio Rodas con 4,2% y Álvaro Noboa con 3,67%. Los demás suman menos de 10% en conjunto. Lasso, siendo segundo en las preferencias, aceptó su derrota y felicitó públicamente a Correa.
Las reacciones internacionales tampoco se han dilatado. Según un comunicado oficial emitido a través del Ministro de Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, Hugo Chávez «hace suya la alegría desbordada del pueblo de la hermana República del Ecuador tras la contundente victoria del líder de la revolución ciudadana, compañero Rafael Correa». El mandatario venezolano indicó que esta era una victoria del ALBA y las fuerzas bolivarianas.

Correa, por su parte, ha manifestado que el triunfo no es suyo, sino de la «revolución ciudadana» que su gobierno ha llevado a través de su plan. Dijo que el crecimiento del país es positivo y que la inversión extranjera debía seguir en el país del norte, sin que esto signifique hipotecar Ecuador en función de las demandas de los inversionistas. En tal sentido, manifestó su intención de continuar con las políticas que lleva desde el 2007, año en que asumió la presidencia.
Sin embargo, la continuidad de rumbo indica que tampoco parará el proyecto de ley mordaza a los medios de comunicación, ni la persecución a aquellos críticos con su gestión. No se detendrán los proyectos mineros, que han provocado más de un conflicto con los movimientos indígenas, ni los elevados impuestos de importación que aumentan el costo de vida de la mayoría de ecuatorianos.
Estos puntos tienen que ser tomados en cuenta por el gobierno, que actualmente disfruta de un apoyo mayoritario debido a los programas sociales con la pobreza (el «bono de desarrollo»), su gestión exitosa en sanidad y la inversión en carreteras de calidad.
Tal parece que el «socialismo del siglo XXI» será longevo en América Latina. ¿Pasará en Perú?
Por: Leonardo Cárdenas / @epidemor
