
Lima, Perú (Spacio Libre).- En el Perú, el acceso a la seguridad en salud es privilegio de pocos. La mayor masa de la población que trabaja de manera informal no posee protección social alguna ni acceso a los servicios de salud pública, mermando sus posibilidades de una adecuada calidad de vida.
Sin embargo, esta situación podría cambiar si estuvieran mejor organizados y existiera un mejor sistema que favorezca su formalización, su afiliación a programas de aseguramiento y pensiones.
Para Elsie Guerrero, socióloga y experta en procesos de formalización del comercio informal, uno de los principales problemas existente en los trabajadores independientes es la falta de una cultura de aseguramiento, pues el día a día solo les permite cubrir necesidades básicas y a pocos les alcanza, ya sea por bajos ingresos o escasez de ahorro, para pensar en una adecuada protección social y servicios de salud de calidad.
“Esto hace que tengan poco interés en conocer la oferta de seguros de salud”, expresó la especialista, resaltando que muchos comerciantes hasta desconocen los costos, procedimientos y coberturas del Seguro Integral de Salud (SIS).
Trabajadores bien asociados consiguen beneficios
No obstante, a nivel nacional, existen algunas asociaciones de trabajadores independientes que poseen un buen número de miembros y han logrado mejoras para sus integrantes. Así tenemos a la Federación Nacional de Trabajadores de Mercados, la más antigua, que data de 1970 y agrupa a más de 30 asociaciones, con más de 10 mil miembros solo en Lima.

La Federación Nacional de Vendedores de Diarios y Revistas (1973) que reúne a 97 asociaciones y posee más de 15 mil integrantes. Esta asociación cuenta con un policlínico propio que ofrece atención en medicina general, pediatría, ginecología, psicología, medicina física y rehabilitación. Además brinda a sus trabajadores un fondo de sepelio, un centro de alojamiento y esparcimiento y acceso a créditos mediante la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide).
También está la Federación Nacional de Lustradores de Calzado (1988), que agrupa a 12 asociaciones y cuenta con 6 mil asociados. Posee un local institucional en Lima donado por la Beneficencia Pública donde otorgan subvenciones a sus agremiados para la compra de medicinas y, en casos de urgencia, una asignación excepcional.
Otros sindicatos formalmente constituidos son el de Trabajadoras del Hogar (2003), con siete asociaciones y 7 mil agremiadas; la Federación Nacional de Mototaxistas del Perú (2006), que congrega a 15 organizaciones y representa a 7 mil miembros en el país; el Movimiento Nacional de Recicladores del Perú (2008), con 27 asociaciones y mil 800 integrantes; y la Federación de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales (1982), con 19 asociaciones y 6 mil miembros.

“Estos ejemplos muestran que es posible aprovechar el nivel de organización logrado por estos trabajadores, que tras empezar como informales se formalizaron, pero necesitan apoyo del Estado para acceder a la protección social que les garantice una jubilación y servicios de salud de calidad que pueden ser semi contributivos o subvencionados”, manifestó Guerrero.
Lo antes mencionado, acompañado de nuevas modalidades de gestión en salud, impulsadas por el Ministerio de Salud, harían surgir propuestas que resulten más atractivas y más accesibles para los trabajadores independientes, lo que permitirá elevar la calidad de vida de esta parte importante de la Población Económicamente Activa –PEA– en el país. (Según el INEI, más de 12 millones de habitantes son informales, 79.4% de la PEA, siendo el 34% personas entre 14 y 29 años de edad.)
Por: Gonzalo Junco / @Gonzalo_Junco

Es cierto que el acceso de salud viene a ser un privilegio en nuestro país, conozco amigos que viven en argentina y me cuentan que el servicio médico en ese país es totalmente gratuito incluido los medicamentos. Cuando un conciudadano acude a un centro hospitalario público, en el Perú, pareciera que estuviera ingresando a una clínica particular porque desde el primer momento que pisas el nosocomio te cobran ya para la consulta, para las inyecciones, curaciones, etc. Ni que hablar de las intervenciones quirúrgicas, análisis clínicos, hospitalización, etc.
Como dice el artículo más del 70% de los peruanos son informales por tanto carecen de un seguro médico, cuando se enferma todo el gasto tiene que salir de sus bolsillos.
Es hora de que tengamos una cultura de la prevención. Contar con un seguro médico no es un lujo, viene a ser una necesidad que toda persona debe tener.
Es necesario tener conocimiento de las ofertas que ofrece el sistema de salud tanto privados como públicos.
El sis que era un seguro gratuito por tanto muy restringido, sólo para pobladores de extrema pobreza ha extendido su cobertura con atención a personas independientes y trabajadores de pequeñas y micro empresas. Es necesario pues su difusión para que personas que cuentan con un negocio propio puedan gozar de este servicio.