Trujillo, Perú (Spacio Libre/El Comercio).- No imaginó que un poco de agua sería el trago más desagradable de su vida. Tonino Pastore, ciudadano italiano que vive en Trujillo desde hace medio año, compró una botella de agua Cielo, como todos los días, pero no imaginó -según afirma- que al interior había un bicho. Cuenta que se percató de ello después de que su hijo de 2 años y él probaron el agua que, según dijo, tenía un sabor muy extraño y desagradable.
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