
Lima, Perú (Spacio Libre).- Si usted es de aquellos que no saben qué es la APDAYC, palabra que ha estado esta semana en boca de muchos, sepa que está donde usted menos se lo imagina: si escucha cantar a Julio Andrade en un supermercado o una peluquería, allí esta APDAYC, la asociación que agrupa a autores y compositores cobrando regalías por él.
Y es que los músicos en el mundo no solo viven de sus conciertos, de sus presentaciones en vivo y de sus discos. Los músicos, hace años, están representados por sociedades de gestión que se encargan de recaudar el dinero que corresponde a la reproducción de su obra para que así puedan vivir de ello. Y en Perú, quien se encarga de hacer este trabajo es APDAYC, la Asociación Peruana de Autores y Compositores.
Un derecho que nadie puede negarle a nuestros autores y compositores, siempre y cuando todos tengan igualdad ante esta sociedad, supuestamente, sin fines de lucro que hace unos años tenía una fuerza recaudadora que llegaba a duras penas a la cifra de 6 millones de soles pero que hoy, con Armando Massé a la cabeza, se ha convertido en una máquina de colectar dinero. Pues este año se pretende llegar a la ambiciosa cifra de 62 millones de soles.
“APDAYC no es una cooperativa, es una sociedad de gestión colectiva. APDAYC recauda el dinero de los productivos. Yo tengo en APDAYC más de 20 años, y los 20 años antes de ser presidente siempre ha sido productivo” declaró el presidente ejecutivo de APDAYC, Armando Massé.
Pero lo más preocupante tal como lo reveló un informe del prgrama Cuarto Poder, recogiendo los hallazgos del portal Utero.pe es que los millones que llegan a APDAYC anualmente no se reparten de forma equitativa entre los ocho mil titulares que han inscrito sus composiciones y en nombre de los que se recaudan estos fondos sino solo doscientos se llevan la mayor parte.
Por Sandra Reyes M./@SandraLoiseM
