
Por: Javier Contreras/ @Javiperiodismo
¿Sabía usted, estimado lector, que el fútbol también se colecciona?
En el Mundo hay centenares de coleccionistas que con paciencia y perseverancia atesoran la historia del «deporte rey» escondida en álbumes, camisetas, bufandas y muchos otros souvenirs.
El Perú, país futbolero por antonomasia, no podía estar exento, contamos con uno de las coleccionistas más grandes de Sudamérica: Jack Hurtado Valera, joven periodista de 20 años; Editor de cierre y Jefe de Redes Sociales de Spacio Libre, que desde los 12 atesora numerosas «joyas» del balompié peruano, las guarda y preserva celosamente con el fin altruista de que todos los peruanos tengamos en la memoria los gloriosos años del fútbol nacional.

Tras haber expuesto la muestra en el recinto de su alma mater, la Universidad Jaime Bausate y Meza, y haberla llevado también a otros países como Brasil y Uruguay, donde compartió, intercambió y mostró su envidiable colección a los «más grandes» de la región, Hurtado presenta la tercera edición de su Exposición Museo Coleccionables de Fútbol, la misma que se inaugurará este domingo 17 de febrero a las 8 de la mañana en la Avenida Peruanidad del Campo de Marte, en la conocida «Ruta saludable» de Jesús María.
Jack, no esconde su alegría por volver a poder exponer su colección, la que calificó como una oportunidad de saber y conocer más sobre fútbol, el periodista espera empezar una itinerancia con su exposición llevándola a diversos distritos de Lima y el Perú: «Mi sueño es poder formar la Red Peruana de Coleccionistas de Fútbol (RPCF) y que el museo tenga una sede propia», afirma.

En la exposición que se inaugurará este domingo, Hurtado ha prometido exponer su más reciente incorporación y que seguro atraerá a más de un hincha, una camiseta original de la Selección Argentina del mundial de Sudáfrica 2010 firmada de puño y letra, por el «astro» argentino, Diego Armando Maradona, para muchos el mejor jugador en la historia del fútbol.
Es sin suda una «oportunidad de oro» para culturizar y fomentar «la memoria colectiva», labor eminente que Jack inició hace 8 años y que -ojalá- nunca abandone.
