Tupananchiskama, Lorena Chauca: el adiós a una periodista
Foto: Facebook - Lorena Chauca

Tupananchiskama, Lorena Chauca: el adiós a una periodista

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Foto: Facebook – Lorena Chauca

 Por: Jack Hurtado / @JackHurtado

“Hoy estamos acá, y mañana no sabemos” fue la frase más repetida la tarde-noche de ayer. Lorena Chauca Amado, periodista, colega nuestra falleció en un accidente de carretera, y junto a ella, María Gilda Gómez Sánchez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas-filial Chanchamayo, Marisol rojas y el gran Javier Ascue, veterano periodista de El Comercio.

Los mensajes de pesar, lamento y cariño no se hicieron esperar, Lorena. Cada uno de esos caracteres reflejaban el gran respeto que tenían algunos colegas de la prensa, como Paola Ugaz, Ricardo León, Paco Bardales, Juan Gargurevich, Esther Vargas, Juan Álvarez, y no terminaríamos de contar. Dicen que fuiste una excelente alumna, motivo no me faltan para creerlo. Cómo olvidar aquel artículo tuyo en Clases de Periodismo, en el que explicabas con esmero tu tesis periodística, y nos entusiasmabas a otros alumnos de periodismo a emprender la nuestra, y no dormirnos en los laureles o en la ociosidad.

“Eventualmente hay más satisfacciones de tipo emocional cuando uno ve, como profesor, los resultados en los alumnos, ya sea en sus trabajos, en sus exámenes o en su vida, cuando ya empiezan a trabajar”, decía Jacqueline Fowks en una extraordinaria entrevista que le hiciste. Fuiste alumna suya, te asesoró en tu tesis, y no la defraudaste, ni a ella ni a Fidel Chauca o Norma Amado, tus padres. Ni a ellos ni a nadie. Eras una promesa del periodismo, fundaste la revista digital “Numero Zero”, te apasionaba el periodismo digital, quizás un poquito más que el fútbol. Alguna vez fuiste redactora de “Depor”, hasta llegar a editar la web de “Publimetro”. ¡Editora a los 25 años!, caray. Cuánto te admiro, Lore.

“Cara de niña linda” estabas en todas. Fuiste jefa de prácticas de registro audiovisual en la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP), tu alma máter, y quizás por ese ánimo de comerte el mundo con tus trabajos periodísticos viajaste a Oxapampa a realizar un reportaje a la empresa Agromotor. ¡Si hasta lo tuiteaste!

Foto: Facebook Lorena Chauca

Maldito día, la estrecha vía de Serpentín de Carcapata no te dejó llegar a tu destino. Pereciste junto a otros colegas en la vía Tarma-Chanchamayo. No era la primera vez que pasabas por ahí, lo leí en tu Twitter, ya habías ido antes, pero por desgraciadas causalidades de la vida ese día partiste, nos tomaste ventaja.

Amante del quechua, pues hasta fundaste Alli llanchu para transmitir todo lo que no sabíamos de nuestra lengua autóctona. Debo confesar que me enterneciste mucho mientras deslizaba la flecha hacia abajo de tu ‘timeline’. No tuve la fortuna de conocerte, pero al leerte, puedo adivinar que fuiste extrovertida, chacotera, jodida, metida, audaz; pero sobre todo periodista.

No somos los mejores remunerados, nuestra profesión es una de las más riesgosas del mundo -y valgan verdades-, una de las más estresantes. Matan periodistas por decir la verdad, por informar. No tenemos un seguro de vida, y muchas veces otros más “grandes” que nosotros hasta nos hacen menos. Sin embargo, elegimos esto, el periodismo, con sus riesgos y ventajas; con sus alegrías y decepciones. Lo elegí yo, lo elegiste tú. Moriste haciendo tu trabajo, mientras cumplías tu función. Inacabable, pilas como todos los jóvenes deberíamos de ser.

Lore, nos dejas esa chispa prendida a todos los que aspiramos llegar a ser un poquito como tú, a devorarnos el mundo con nuestros proyectos periodísticos, a transmitir lo aprendido a otros colegas, a tener la ética y moral como principal escudo ante los que piensan que el dinero lo compra todo; a no prostituir nuestra dignidad y saber renunciar cuando nos imponen alguna línea editorial. En el recuerdo quedarás siempre, tú, Marisol, María, y el ‘taita’ Javier.

Lamentable haberte conocido en estas circunstancias, pero gracias por todo lo que leí de ti, lo que transmitiste. Eso, eso no lo borra nadie. Ni el fatal destino, ni la maldita muerte. Nuestros trabajos, nuestras entrevistas, nuestros reportajes quedarán ahí, en la posteridad, para la historia, para las futuras generaciones, y ahí me incluyo. Gracias Lorena, gracias por lo que le diste al periodismo. Ahora, allá, donde estés, seguramente debes estar planeando alguna comisión con Melissa Alfaro; o entrevistando a Willy Retto y Jorge Luis Mendivil sobre la infernal violencia del terrorismo; aunque podría apostar que andarás viendo la forma de comunicarte con el gran Ryszard Kapuściński para preguntarle sobre los reportajes que tanto te gustaban. Descansa Lore, solo nos has tomado ventaja. Tupananchiskama, colega.  

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