
Por: Carlos E. Flores | Kipu Digital
Cuando ingresé por primera vez a Venezuela lo hice por Cúcuta (Colombia) cruzando el Puente Internacional Simón Bolívar y, al otro lado, estaba el Estado de Táchira. Íbamos camino al Foro Social. La recomendación de algunos era: «tengan cuidado de hablar de política». Tal cosa venía por el hecho de que los ánimos se podían caldear y terminar entrampados en apasionadas defensas pro o anti Chávez. Una delegación de «jóvenes bolivarianos» nos recibió y guió, mostrando de paso su amor por el proceso (y Chávez) además, estaban convencidos que de ser necesario «tomarían las armas» para defenderlo (a Chávez y al proceso evidentemente).
Chávez ha sido re-elegido por tercera vez, van 14 años de gobierno y con este nuevo período llegará a 20 años (si la salud le permite). El Presidente re-electo dejó a Capriles con una distancia de 10% de votos, Cuba respira con alivio porque las relaciones económicas se mantendrán, el resto de gobiernos progresistas abrigan tranquilidad porque el socio geopolítico latinoamericano seguirá en el Palacio de Miraflores, las «Misiones» continuarán y el discurso «anti imperialista (estadounidense, sobre todo)» seguirá resonando por la Patria Grande.
No me cabe duda que se han impulsado cambios estructurales en nuestra Venezuela (que también la siento propia). Aunque me genera honda preocupación el hecho de que el movimiento ciudadano quede adormecido por el discurso imperante, muchas veces crispado. Me preocupa que todo se ha reducido al binarismo de estar a favor o en contra. Me salgo de ese maniqueísmo, so riesgo de que me tilden de «derecha». Creo con firmeza que si Nuestra América ha avanzado es porque sus organizaciones de base han sido vigilantes permanentes de las políticas públicas. «Ser de izquierda» no significa dar una carta blanca a un poder político, con el que simpatizo (Venezuela). También creo que el poder social siempre debe mantener una vigilancia al poder político, independientemente de quien esté. Y aquí recuerdo la postura de las organizaciones indígenas de Ecuador frente a la aprobación de la Constitución de Montecristi, años atrás en Ecuador: «Un sí crítico». Siempre.
El informe Panorama Social de América Latina 2011 (CEPAL), indica que Venezuela ocupa el tercer lugar de los países con menos pobreza en el continente, que contrariamente a lo que se puede pensar, no son las «misiones» las que hacen posible eso, sino los ingresos laborales y la distribución de las rentas, según la institución cepalina. Es un importante avance, pero quedan otros aspectos urgentes por trabajar como la seguridad, por ejemplo.
Revolución se escribe con r de «revisión permanente» para mejorar y no perder el rumbo.