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Foto: @BlogdoFavre
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Por: Paco Bardales

Cuando vi por primera vez los enormes paneles que se colocaron en las avenidas limeñas, el rostro de actrices muy famosas anunciando el NO a la violencia contra la mujer, sinceramente pensé que se trataba de una campaña sibilina de apoyo a Susana Villarán, financiada seguramente por alguna institución u ONG. Me entero ahora que esta marca el punto de partida de la contra campaña a la revocatoria.

Mi sorpresa se acrecienta cuando veo que el gran estratega Luis Favre no sintoniza con las necesidades de la campaña de Villarán. ¿Es el mismo que tuvo un impecable desempeño en el triunfo de Humala en las pasadas elecciones?

Lo que se le ha reprochado constantemente al equipo de comunicaciones que busca la continuidad edil es la falta de reflejos para que se neutralicen los mensajes negativos que los opositores han sembrado exitosamente sobre la alcaldesa (al margen de que puedan ser injustas o no). Con pocas excepciones, han ido de tumbo en tumbo, a veces saboteándose a sí mismos, en su propósito de conectar con el ánimo popular, aquel que no considera a la gestión de Villarán como eficiente, mucho menos exitosa.

Los paneles que se han colocado no van al corazón del asunto. En medio de un sofisticado formato (que nos recuerda el de las campañas publicitarias de ropa), se lanza un mensaje confuso, que lo mismo da si se refiere al tema en cuestión o a una nueva telenovela. No aterrizan en el tema específico de la revocatoria, porque no se anuncia nada más que el lema. De la sensación que se dispara al aire, quedando en esfuerzo infructuoso sin mayores resultados (los cuales, como sabemos, deben ser inmediatos, a escasas 6 semanas de la consulta popular).

“Yo le digo no a la falta de las oportunidades” o “yo le digo no a la violencia contra la mujer” son códigos erróneos. Villarán no está postulando como presidenta, tampoco es la lideresa de un movimiento de reivindicación social. Estas no son las elecciones generales. Se está jugando el puesto, y las cifras indican que lo va perdiendo por lejos hasta el momento.

Hasta el momento no se ha usado la artillería pesada, si se quiere, de los pros de la alcaldesa. No hablan de por qué las reformas del transporte y del sector informal son importantes. No se menciona por qué las obras civiles que se están planteando son vitales y beneficiosas. En ningún momento se indica que la revocatoria detendrá inversiones, procesos valiosos, saboteará esa muy buena política cultural que se está llevando a cabo en Lima. Parece que todo ha quedado en el mundo virtual o en internet, el cual, aunque dinámico y en ascenso, no es precisamente masivo en el Perú, al menos para determinar políticamente el futuro de un personaje.

Lo primordial, a juzgar por las encuestas y análisis de coyuntura, es que la gente vea que existen, no solo en apariencia, obras (tangibles o no) que benefician directamente al ciudadano, sobre todo aquel de menores recursos económicos que no siente empatía con la lideresa de Fuerza Social. Se trata de convencer y persuadir de que existen cosas que están ayudando a los limeños a tener una vida mejor.

Dudo que se puedan ganar más votos o persuadir a más habitantes con este tipo de campañas estilo “Me fascina el NO”, como si fuera la nueva estrategia gráfica de las tiendas Ripley.

El tic tac para Susana y su equipo sigue avanzando. El tiempo se acaba.

Tomado de: Diario de IQT

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Por Spacio Libre

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