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Huir, quedarse o perder las ilusiones en el intento. Ese es el dilema de los miles de ciudadanos venezolanos que desde hace años están dejando su país en busca de nuevas oportunidades que les permita ganar algo de dinero para recuperar la esperanza que han perdido en el país llanero. No importa si tienen que trabajar en cosas que no pensaban, no importa caminar kilómetros para atravesar el corredor andino que une Colombia con Chile. No importan los papeles difíciles que hoy piden países como el nuestro. No importa.

Miles de ciudadanos venezolanos han buscado en Perú oportunidades de mejora económica / Foto: América TV

Por Francisco Pérez García
@franco_alsur

Publicado originalmente en Otra Mirada

La creciente migración venezolana nos ha puesto a prueba como país, y más aún como región. Ha llevado al límite no solo el tema de los servicios públicos, sino también la tolerancia de compatriotas que lejos de ver a los migrantes como personas en problemas, los ven como una amenaza, así no sea cierto.

Los que no llegaron y los que están

Las últimas cifras de la Superintendencia Nacional de Migraciones, registran un récord en el acceso de venezolanos a nuestro país. El 28 de julio, el titular de ese sector, señaló a la prensa que la cifra de migrantes provenientes de dicho país era de 414 mil 11 ciudadanos de Venezuela, entre adultos y niños. Solo en mayo, la cifra era de 300 mil.

El 25 de agosto, cuando entró en vigencia la norma que permitía el ingreso de migrantes venezolanos solo con el pasaporte emitido en dicho país, se estimó que cerca de 500 personas se quedaron en la frontera norteña de Perú, sin poder llegar a Tumbes.

Un informe de la BBC lo muestra así

“Los venezolanos que iban en los buses sentían que el gran objetivo se les escapaba de las manos por un puñado de horas después de semanas de travesía. Cuando llegaron, a las 4:00, les confirmaron el peor de sus temores. Sin pasaporte no había paso.

Se estima que fueron más de 500 los venezolanos que no lograron ingresar a Perú dado que no contaban con pasaporte. Sin embargo, unas horas después de que entró en vigencia la disposición peruana, este sábado, BBC Mundo constató que en el puesto de control migratorio de Huaquillas, lado ecuatoriano, ya no quedaban más que unas decenas de ellos (…) esperaban entrar en calidad de refugiados”

La esperanza venezolana

¿Qué esperan los migrantes venezolanos al llegar a Perú? ¿Qué pensaron cuando iniciaron su ruta llegando a Ecuador con la intención de arribar a Huaquillas y de ahí a Lima?

Radio Pichincha Universal de Ecuador, publicó una serie de reportajes donde conversó con ciudadanos venezolanos que llegaron a nuestro vecino país, un mes y medio antes de entrar en vigencia la norma que limitaba su acceso a cambio de un pasaporte bolivariano. En uno de los informes, el periodista peruano Carlos Flores señala:

“¿De todas maneras irán caminando a Lima? Les pregunto. Ellos sonríen y decididamente responden: es lo que queremos. Allá hay trabajo. Me cuentan que algunos se quedarán en la capital, otros buscarán ciudades en el interior de Perú.”

Señala también el informe

“En la actualidad hay más de 343 mil venezolanos que llegaron a Ecuador entre enero y mayo del presente año. Una cifra que supera ampliamente al número de ingresos reportados en el 2017, que llegó a 287 mil. Estas cifras corresponden a ACNUR, las mismas que fueron recogidas por USAID en este reporte regional del 28 de junio. Muchos migrantes venezolanos tienen como destino final Perú, sobre todo Lima (capital). La motivación por mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias les lleva a muchos a caminar largos kilómetros. Algunos mueren en el camino.”

En otro informe, la embajadora de Venezuela en Ecuador, Carol Delgado, reafirma algo que se sabe. Ecuador es un país de tránsito, los destinos finales son Perú y Chile, además responsabiliza a la “guerra no convencional que vive Venezuela, por los bloqueos comerciales de Estados Unidos y la Unión Europea”.

“Un 10% y 12% se estaría quedando en Ecuador (dependiendo del mes). Delgado nos dice que “de enero a mayo del 2018 habrían atravesado por el Ecuador 371 mil 749 venezolanos, de los cuales en el Ecuador habrían quedado 57 mil 493. Estas cifras son bien altas, pero todavía estas cifras son una fracción de los hermanos latinoamericanos y europeos a los que Venezuela les ha dado acogida en su territorio”. Delgado señala, además, que los países que prefieren los migrantes venezolanos son Estados Unidos y España; mientras que en Suramérica, optan por Chile y Perú.”

El impacto en Perú

Sobre el impacto económico de la migración venezolana en Perú, se ha especulado mucho, sobre todo basado en los rumores y los comentarios en redes sociales, cargados de xenofobia y de discriminación. Sin embargo hay datos certeros que pueden ayudar a analizar con detalle esta situación.

Hace unos días, en Otra Mirada, el economista Humberto Campodónico ha señalado:

“En el Perú, cada año ingresan a la fuerza laboral cerca de 350,000 jóvenes. Para que todos consigan empleo, la economía debiera crecer al 6 o 7% anual. Si no lo hace, entonces, una gran cantidad pasará al sector informal, para generar un ingreso que le permita sobrevivir, junto con su familia (…)

Si a esto se agrega que hay en el Perú más o menos 350,000 venezolanos y que la cifra puede duplicarse e incluso llegar al millón a fin de año es evidente que la economía, cuyo crecimiento sería de 4% este año (y eso) no es capaz de absorber a toda la nueva población (más toda aquellos que tampoco encontraron empleo en los años anteriores, que son cientos de miles).”

Entonces ¿qué hacemos con la migración? ¿De dónde sale el presupuesto para cubrir las necesidades de este flujo de personas que asciende en cantidad en cada mes?

Una reciente reunión de cancilleres de la región, con representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE) ha analizado la situación de los miles de migrantes venezolanos en la región.

Por lo pronto, se está acordando que se reciba a los venezolanos con los documentos que tienen, a pesar que ya haya caducado su fecha de validez y se acordó activar los mecanismos que brinden la protección necesaria a los ciudadanos de ese país que lleguen a otros territorios.

La Unión Europea por su parte, ha ofrecido otorgar ayuda económica a los países para cubrir estás brechas. Falta discutir cómo se brindará ese dinero a los gobiernos y cómo se utilizará en los presupuestos de servicios básicos.

Mientras, a nivel de convenios y documentos el Manual Regional de Derechos Humanos para las personas migrantes, elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas, establece que por “el derecho internacional de los refugiados (…) disfrutan de dos conjuntos de derechos parcialmente convergentes: los derechos humanos en general, que son plenamente aplicables basados en la normas internacionales de derechos humanos y los derechos específicos relacionados con el estatuto de refugiados”.

Por ello, la sección peruana de Amnistía Internacional ha declarado que el gobierno nacional y los de otros países receptores de la migración venezolana “deben aplicar de inmediato medidas efectivas de protección de esas personas y garantizar que no son devueltas. Los Estados deben garantizar el acceso a los derechos humanos tanto a las comunidades receptoras como a quienes necesitan protección internacional, incluidos los derechos a la salud, la educación, el trabajo, la seguridad y la libertad de circulación, entre otros”.

Sin embargo, el gobierno debe enfrentar la problemática de garantizar el acceso a los derechos básicos de los migrantes venezolanos, sin descuidar el costo social que genera entre los peruanos el desempleo, los niveles de pobreza y el escaso presupuesto a los sectores sociales. Tremendo reto, no previsto, de cara al bicentenario.

Sobre el autor

Por Francisco Pérez García

Periodista por vocación, profesión y adicción (y mucho de terquedad). Egresado de la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza. Fundador de Spacio Libre, interesado en toda la dinámica del periodismo digital y creyente de la (no) objetividad periodística y el enfoque con opiniones e interpretación. Especializado en temas de política y derechos humanos. Terco creyente que el país algún día cambiará y que el periodismo recuperará su función de informar y no de servir de plataforma para el mejor postor.

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