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Marcha #22D / Jorge Weston
Marcha #22D / Jorge Weston

Nunca antes una marcha había llegado hasta la CONFIEP. Nunca antes miles de jóvenes habian gritado “hay oro, hay cobre, ¡y el pueblo sigue pobre!” en su rostro. Nunca antes habían dado una vuelta olímpica en uno de los distritos más valorizados de la capital. En realidad, en ninguno. Nunca, desde el 2000, una protesta caló tan hondo como la de ayer. Este, sin dudas, no fue un 22 de diciembre cualquiera. Feliz Navidad.

Por:  Jorge Weston / @JorgeMWeston

Miles de personas se reunieron a las 5 p.m. en Plaza San Martín, donde se realizó la concentración de la segunda marcha contra la Ley 30288, mejor conocida como #LeyPulpín, que afecta directamente los derechos laborales de los jóvenes entre 18 y 24 años, aunque muchos digan los contrario.

Poco más de las 6 p.m., la multitud salió, gritó y convirtió un 22 de diciembre cualquiera, en un día histórico para el Perú. Un día en el que, además, el presidente Ollanta Humala al fin logró -por sus equívocas decisiones- que lo comparen con Alan García, el político más corrupto del país, según una reciente encuesta de Pulso Perú.

Lo curioso es que, pese al amplio margen de descomposición, no se sabe aún a quién le molestará más la comparación.

“Ollanta y García, la misma porquería”, voceaban tras pasar la Av. Wilson, rumbo a 28 de Julio. La gente, sin duda, agarraba confianza. La convicción empezaba a remecer el ambiente. El ímpetu se prolongaba cada vez más.

Es así que, unas horas después, más de 10 mil almas dieron la vuelta al Kennedy de Miraflores.

Al periodista y escritor Paco Bardales esta protesta le recuerda, con cierta nostalgia y desazón, a la de los 4 suyos.

“La cabeza de la marcha ya llegó al parque Kennedy, la cola está dejando la avenida Aramburú. Calcula la magnitud (…) No había visto tantos jóvenes marchando desde, creo, el año 2000”. Ese año finalizó la dictadura fujimorista luego de que saliera al aire el primer vladivideo, en el que se ve al excongresista Alberto Kouri recibir 15 mil dólares del brazo derecho derecho de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos.

Los jóvenes en en ese entonces salieron a marchar e hicieron conocer su rechazo al fraude en torno a la tercera elección del expresidente Fujimori. Esta vez, pasó lo propio pero para defender sus derechos laborales . ¿Qué dirá ahora el Gobierno? ¿Las autoridades de nuestro país pensaron, tal vez, que por Navidad y Año Nuevo la ley de empleo juvenil pasaría desaparcibida? Ya les demostraron lo contrario.

Spacio Libre a continuación hará un cuento de una de las marchas más sentidas de los últimos años.

«HAY ORO, HAY COBRE ¡Y EL PUEBLO SIGUE POBRE!»

Llegaron por grupos y de a pocos. Ya para las 5 y 30 de la tarde habían miles de jóvenes y cientos de carteles. Todos en contra de la norma que vulnera sus derechos laborales, la cual fue promulgada recientemente por el presidente Ollanta Humala. En plaza San Martín se reunieron ante un  tímido clima que auguraba una dura jornada.  Ellos avanzaron.

"A ver, ahora dime pulpín, pues" / Jorge Weston
«A ver, ahora dime pulpín, pues» / Jorge Weston

La manifestación, que reunió en su mayoría a estudiantes y trabajadores que, en esta ocasión, se juntaron con los sindicatos independientes de diferentes empresas, pasó por la Av. Wilson en dirección a la Av. 28 de Julio. Horas antes, la Policía Nacional había cerrado varias calles en el Centro de Lima. Sin embargo,  la organización fue un punto clave para el éxito de la movilización.

La gran fila se divisaba a lo lejos. Entre las avenidas República de Chile y 28 de Julio caminaban a un solo paso y gritaban a una sola voz. ¿Cuán inmensos llegaron a ser? Horas después, en redes sociales los llamarían gigantes. Ya con el cielo obscuras, se dirigieron hacía la Arequipa gritando “vamos pueblo carajo, el pueblo no se rinde carajo”, ahí la Policía también se encontraba resguardando la zona.

Después, cruzaron la Av. Javier Prado y se dirigieron a el local de la CONFIEP, ubicado San Isidrio. “Escúchame empresario, no voy a ser tu esclavo”, gritaron envalentonados en lasa afueras de la institución.

Ayer, fue la primera vez que una manifestación llegó a la CONFIEP . Parece que el Gobierno despertó al pueblo.

Y en la CONFIEP gritaron / Foto: Luis Davelouis
Y en la CONFIEP gritaron / Foto: Luis Davelouis

«No sé si sea la primera vez que la personas van a protestar a la oficina de los que empuñan la correa y no a la de sus mayordomos. No sé si sea la primera vez, decía, pero espero que no sea la última», refirió el periodista Luis Davelouis sobre tal hazaña.

También se hicieron escuchar en la sede del Partido Nacionalista, segunda casa de la pareja presidencial después de Palacio. Lo mismo ocurrió en la sede del partido fujimorista, pero ahí los jóvenes voceaban “asesinos”.

(Mientras tanto, en un mundo paralelo, un parlamentario naranja soltaba una pachotada. “Mucha zapatilla Nike en Marcha contra Ley de Empleo Juvenil, ellos no son el Objetivo, es para los de las zapatillas gastadas y con hueco!!”, escribió Carlos Tubino en su cuenta de Twitter. Es decir, para Tubino, quien escribe desde su cómoda oficina congresal, donde recibe un gran sueldo por hacer -poco o- nada, las personas que usan zapatillas de marca no pueden participar en manifestaciones.)

Y así llegaron miles y miles a Miraflores, tal como ocurrió en la primera protesta, cuatro días atrás, pero en esta ocasión formaron un bloque y dieron una vuelta al conocido Kennedy.  La marcha logró captar la atención de un país en busca de que un Gobierno prepotente reflexione sobre una norma que, por qué no, podría perfeccionarse antes de ponerse sobre la mesa. Entonces, quedó claro que en estas dos marchas se defienden derechos y no caprichos.

Foto de @Psicoseada
La vuelta / Foto de @Psicoseada

(Luego de ello, algunos grupos volvieron a dónde empezó todo, a Plaza San Martín. Ahí sí hubo represión y hasta bombas lacrímogenas. Pero esa es otra historia, hoy contamos solo la victoria, pero le dejamos referencias para que no se queden con la duda)

 


Sobre el autor

Por Jorge Weston Padilla

Periodista. Mi viejo me dijo que no trabaje hasta culminar mi estudios en Bausate. No le hice caso. Mis ganas de conocer la profesión, pagar derecho de piso y expandir mis horizontes pudieron más. Es así que en el 2014, luego de rodar y rodar por ahí, trabajé en una entidad de derechos humanos y dos medios, Diario 16 y Perú21, donde duré un par de meses. En realidad, seguí rodando. Luego de ello, me pregunté, muy abiertamente, lo siguiente: ¿Por qué no le hice caso a mi viejo? Porque el periodismo es un estilo de vida y, lamentablemente, contra ello no puedes ir. Es inevitable. Y aquí estoy, reinventándome casi a diario en esta web y haciendo otras cosas, muy aparte de la carrera, para sobrevivir. Hace poco egresé de la universidad. Me falta harto por aprender. La política y la investigación son mis caminos.

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