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Protestas en Arequipa contra el proyecto Tía María / Foto: La República
Protestas en Arequipa contra el proyecto Tía María / Foto: La República

Por: Francisco Pérez García
@franco_alsur

Una arriesgada jugada de ajedrez fue la que realizaron el gobierno del presidente Ollanta Humala y la empresa de capitales mexicanos Southern con relación al proyecto minero Tía María en Arequipa.

Una jugada que se inició este viernes 15 de mayo en el congreso de la República cuando a primera hora, el presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano llegó a la sede del Legislativo para brindar explicaciones ante el Pleno sobre las acciones que se tomaron en Arequipa frente a las manifestaciones contra el proyecto minero.

Casi a las 11 am cuando se suponía que Cateriano Bellido daría las explicaciones del caso y las medidas que había tomado el gobierno para culminar con las protestas de la provincia de Islay que ya han dejado civiles y policías muertos y heridos, se dio una contraorden desde Palacio. El jefe del gabinete y sus ministros tuvieron que regresar a Palacio de Gobierno a la espera del mensaje que según se había informado, daría el presidente Humala desde la una de la tarde.

A partir de esa hora la espera se instaló no solo en el Congreso, sino en las redacciones de los medios y en las redes sociales, donde la impaciencia empezó a apoderarse de la gente, mientras que en Cocachacra la espera era tensa. Se pensaba que el mandatario podía dar dos alternativas: declarar el estado de emergencia en la zona o anunciar la suspensión del proyecto.

La segunda llamada desde Palacio anunciaba que el mensaje sería a las 2, sin embargo fue minutos antes de las 4 que el mandatario decidió salir en cadena nacional para hacer, lo que muchos consideraban un importante anuncio.

El mensaje

Tras señalar que el estudio de impacto ambiental (EIA) y el proyecto en sí no fue aprobado por su gobierno, Humala afirmó que su principal obligación era «defender al Estado» y que por ello iba a tomar todas las medidas para que esto sea así.

Luego aseguró que pese a los errores del primer estudio, se hicieron las correcciones necesarias para aprobar un segundo EIA y velar «por los intereses del pueblo arequipeño». Acto seguido insistió en pedir al Ministerio Público y al Poder Judicial a «sancionar con todo el peso de la ley a los violentistas, delincuentes y extorsionadores que actúan por intereses políticos y hasta económicos».

Luego de hablar de la importancia de la actividad minera y los beneficios que esta le daría a Arequipa y a otras regiones, dijo que no ha cambiado en nada su discurso cuando era candidato y que su principal interés es el beneficio de la población, pero que no podían presionarlo a que anuncie una suspensión, porque Tía María ni siquiera ha empezado por lo cual no podría «suspenderse algo que no ha iniciado», lo cual dejaba entrever la continuación contra todo de dicho proyecto.

Finalmente, coronó su jugada dejando todo en la cancha de Southern, invocando a la empresa a tomar las medidas necesarias para garantizar el orden y la tranquilidad en Arequipa. Es decir, ni declaró el estado de emergencia ni se animó a anunciar la suspensión del proyecto apelando a posibles juicios de parte de la empresa contra el Perú.

En medio de la tibieza presidencial, en Cocachacra se reiniciaron las protestas y el premier Cateriano se preparaba para volver al Congreso.

La suspensión

A los pocos minutos del mensaje, en Spacio Libre manejamos la versión que en México se estaba cocinando la suspensión del proyecto por un tiempo determinado. La información también fue deslizada por la agencia Reuters, y posteriormente confirmada por el premier Cateriano durante su presentación en el Congreso.

Minutos más tarde, como si la empresa hubiera «reaccionado» por el «tajante» mensaje presidencial, el representante de Southern, Óscar González Rocha, anunció que por un plazo de 60 días se suspendía el proyecto hasta lograr explicar las cuestiones técnicas y los beneficios de este proyecto a la población.

comunicado
Comunicado de Southern

 

Es decir, ¿después de años recién se iniciará el diálogo técnico y la comunicación a la población? ¿por qué no se hizo antes? ¿por qué se siguen imponiendo los proyectos mineros al caballazo? ¿vale la pena los muertos y heridos que esto causa?

¿Por qué esta absurda jugada para demostrar a un presidente como líder cuando hace tiempo ha dejado de tener liderazgo? ¿La empresa tenía calculada esta jugada? ¿Fue sugerencia suya o fue una propuesta del gobierno?

Muchas preguntas que hasta el cierre de esta nota sigue tratando de responder el premier Cateriano y su gabinete, mientras tanto ¿vendrá otro Conga u otro Tía María?

Sobre el autor

Por Francisco Pérez García

Periodista por vocación, profesión y adicción (y mucho de terquedad). Egresado de la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza. Fundador de Spacio Libre, interesado en toda la dinámica del periodismo digital y creyente de la (no) objetividad periodística y el enfoque con opiniones e interpretación. Especializado en temas de política y derechos humanos. Terco creyente que el país algún día cambiará y que el periodismo recuperará su función de informar y no de servir de plataforma para el mejor postor.

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